sábado, 31 de diciembre de 2011

Homenaje a la Libia sacrificada en este año 2011

La Humanidad pareciera como si se relajase en su constante búsqueda del mejoramiento humano. Todavía sigo viendo como uno de los mayores crímenes cometidos en este año 2011 el cambio de régimen efectuado por los poderosos en Libia. ¿Ya todo estaba preparado? Es muy posible. ¿Qué habrán preparado para el 2012? El presidente venezolano Hugo Chávez nos deja la reflexión sobre la posibilidad de que las graves enfermedades que azotan a diversos mandatarios latinoamericanos constituyan un plan del Imperio. No sería nada extraño en el que ha desarrollado tantas armas bacteriológicas. Su perversión no tiene límites. Siempre están trabajando para encontrar la más completa exterminación de aquellos que se oponen a su concepción de la vida. ¿Qué veremos el próximo año? Para nosotros, los débiles, sólo quieren que observemos. ¿Podremos reflexionar y levantarnos contra los mayores criminales de nuestra querida y necesaria Especie Luchadora?

Por todas partes los poderosos esgrimen la defensa de los Derechos Humanos. ¿Para quiénes? No creo que a ninguna persona le agrade vivir mal. ¿Todos tenemos alguna responsabilidad en ello? Seguro que sí. Hasta por el instinto animal de conservación la defensa es una legitimidad que nos otorga la condición humana. Si en ella cada cual sólo se ve a sí mismo, los crímenes continuarán. ¿Qué podría detenerlos? Pienso que ello será posible si creemos que lo sucedido en Libia también puede pasarle a cualquiera de nuestros países. Si creemos que nuestro Poder, el de los débiles, siempre es más fuerte que el de los poderosos, sencillamente por la cuenta de que somos la inmensa mayoría de los habitantes de la Tierra, siempre avanzaremos algo.

Cada ser humano debería tener la suficiente capacidad de unirse a otros para combatir los crímenes del Imperio. Resulta la única forma de salvarnos, porque cuando acaben con los países y los gobiernos que le sean incómodos, vendrán por cada uno de los individuos indignados ante sus procedimientos. Que a nadie le quepa la menor duda: por cada país o gobierno que, al ofrecer hasta la más pequeña preocupación a los dictados del Imperio, sea eliminado, más limpio él encontrará el camino para eliminarnos a cualquiera de nosotros.

Podremos seguir imaginando la perfección de un país o un gobierno, podremos seguir combatiendo los errores que cometan aquellos que en algo se acercan a las mejores ideas del ser humano, pero lo que nunca podremos hacer es ponernos al lado del Imperio. Podría tildarse esta aseveración como puro maniqueísmo. Desgraciadamente es así, y son los poderosos los que nos la imponen. No nos hagamos más ingenuos de lo que pretenden que seamos. La perfección social es una batalla muy larga y siempre habrá que irla buscando, pero no creamos que nos acercamos a ella eliminando a los que la intentan. No veamos mayores errores en ellos. Son superiores los del Imperio, y al Imperialismo, como decía el Ché: "ni un tantico así".

Por todo ello y por tantas cosas más, vaya el mejor recuerdo a la Libia sacrificada en este año 2011 que termina y que podamos extraer la lección. Cuando se trata de la guerra que le está haciendo el Imperio a todo lo que le incomoda, tenemos que saber ver, aunque nos duela, el frente que nos corresponde. Siempre es duro aceptar a los que, entre nosotros, se equivocan, fallan, desvirtúan el camino, pero siempre será más duro aliarse con su asesino. Apenas sin darnos cuenta, es lo que hemos hecho todos, en mayor o en menor grado, en este año 2011 con Libia. Los Grandes Medios ya no dicen nada sobre aquel país y nosotros tampoco. Nos han impuesto el olvido, y con él, nos han hecho más débiles. Cuidémonos en el 2012. La operación puede volver a repetirse. Y si continuamos así, muy pronto los poderosos habrán logrado que no nos rebelemos ni por los ojos que nos quiten: aceptaremos que ellos tienen el Derecho Humano a vivir y nosotros el Deber Humano de dejarlos vivir como ellos han decidido, o sea, sin nosotros.

viernes, 30 de diciembre de 2011

"Quiero tomarme un café en Madrid, entrar a un cine en Los Ángeles y saludar a un amigo en Sídney"

“A ver si al fin tengo la oportunidad de tomarme un café en Madrid, entrar a un cine en Los Ángeles y saludar a un amigo en Sídney”. Así expresa la bloguera cubana Yoani Sánchez sus más queridos deseos ante sus expectativas con la reforma de la política migratoria en Cuba. Como conoce su abultada cuenta bancaria, ella traza sus derechos de viaje desde Australia hasta España pasando por California, y seguramente otros países estarán en su agenda, ella misma se encarga de enviar al extranjero las noticias que le piden. Ahora es también reportera del diario El Comercio, de Perú. Y ya los Medios del Sistema comenzaron a funcionar con el titular preparado: “Nueva frustración del pueblo de Cuba”. Seguidamente expresan el gran contenido de esta frustración: “El presidente Castro rompe las expectativas de los cubanos que desean salir de la isla con absoluta libertad, alegando que paulatinamente se darán los pasos necesarios para la reforma de la política migratoria”. Y luego añaden los distintos artículos de diferentes acuerdos internacionales sobre la “libertad de viajar”, aunque no aclaran si los otros países otorgarán las visas necesarias, porque negarlas es lo que viene sucediendo desde hace rato, pero, claro, en las noticias que esos Medios dan no puede aparecer ninguna fealdad para sus lugares de residencia. Todo es precioso. Se invocan los Derechos Humanos y muchos otros principios para la mejor existencia del individuo. ¡Bravo!

Sólo que Yoani y los Medios siempre olvidan que esos derechos individuales no son posibles ni en los mismos países más desarrollados, a no ser que se tenga el privilegio de contar con esa abultada cuenta bancaria que cada vez indigna más a los pueblos. Con el trabajo honrado está prohibido enriquecerse.

Por ello los Medios olvidan que en Cuba dejó de funcionar desde hace mucho tiempo el exclusivo derecho individual y se privilegian los derechos de todo un pueblo. También olvidan que en la isla no es la emigración la principal preocupación de los ciudadanos, ya que todos están muy conscientes de que en ninguna parte del mundo esos queridos deseos de Yoani están al alcance de todas las personas. Mejorar la economía del país y acabar con los corruptos e indolentes sí es un gran reclamo del pueblo cubano. Pero, desde luego, dar esa noticia no le trae a la bloguera ningún beneficio. No es ese el camino que los grandes Medios han trazado para Cuba. Para la isla hay que atizar los mayores conflictos a partir de crearle a su gente los peores espejismos. Por ello es normal que Yoani sólo se preocupe de aquello que le posibilitará tomarse un café en Madrid, entrar a un cine en Los Ángeles y saludar a un amigo en Sídney. ¡Qué fácil resuelve esta señora los problemas del país por el que dice preocuparse tanto! Claro, si le pagan tan bien sus aportes informativos podría considerarse natural que ella lo crea así. Entonces resulta igualmente natural que el gobierno cubano se preocupe mucho más por aquello que dañe a su proceso revolucionario y al bienestar de su pueblo. Es el mayor deber de un gobierno obligado a desarrollar sus planes en medio del asedio imperialista. Y esto no es pura consigna de unos cuantos, aunque ya estemos cansados de decirlo. Es verdad absoluta repetida y apoyada durante muchos años en las Naciones Unidas y otros foros internacionales.

No obstante, Cuba reformará su política migratoria, y habrá de apurarse en hacerlo, pero no para satisfacer los requerimientos que los Medios le piden a Yoani, sino para bien de todo el conjunto de la ciudadanía cubana, incluida la propia bloguera, y cuando se piensa en todos en medio de las coyunturas por las que atraviesa el país, el pensamiento no puede ser dictado por una asalariada del bienestar para sí misma. De esa forma de pensar, aunque pueda dolernos, es imprescindible prescindir. La reforma migratoria anunciada por el Consejo de Estado Cubano, según dijo el presidente del país, se irá aplicando “paulatinamente”. Y de alguna manera es una política que Cuba ha ido modificando en los últimos años, algo que benefició a Yoani cuando después de instalarse en Suiza pudo regresar a su país, quedarse y ponerse a trabajar contra él. ¿Es que le fueron mal las cosas en Europa o allí fue adiestrada para realizar lo que hace ahora? ¿Ya olvidó que fue una disposición migratoria cubana la que le permitió recobrar el derecho al que renunció cuando se fue? Desde luego que Cuba continuará reinventándose y cambiará “todo lo que debe ser cambiado”, pero ello no será para el bien de unos cuantos, por muchos que sean y a pesar del dolor que nos causan, sino para el bien de todos, porque, más allá de ofrecer la oportunidad de tomarnos un café en Madrid, entrar a un cine en Los Ángeles y saludar a un amigo en Sídney, debe posibilitar a todos los cubanos el derecho de ser feliz en cualquier parte del mundo y ayudar a consolidar las mejores esperanzas para la Patria donde hemos nacido.

Resulta irrenunciable el respeto a los deseos de cada cual, aunque no sé si los deseos individuales de Yoani podrán algún día convertirse en Verdaderos Derechos Humanos respetados por todos los países del mundo. Ya llegamos a los 7 mil millones de habitantes sobre la Tierra y una simple mirada a cómo convivimos no parece ir por esa línea, al contrario, aumentan los pobres a nivel mundial, esos que cada vez observan más lejos la posesión de una abultada cuenta bancaria, los que viven del trabajo honrado y no de la mentira, el cinismo y la crueldad con sus hermanos. Sería maravilloso que todos podamos cumplir los sueños que provocan nuestros esfuerzos, pero para ello se necesita una mínima cuota de decencia y de amor hacia el prójimo. Sin esa actitud resulta una vergüenza cualquier preocupación hacia los demás. Y de los desvergonzados nadie debería oír ni una sola palabra, porque cualquier día hasta los engañados por la bloguera despertarán para exigir sus derechos. ¿Dónde estará su tutora? Ya lo dijo: tomándose un café en Madrid, entrando a un cine en Los Ángeles y saludando a un amigo en Sídney, bien apartada de los que la aplauden. Los engañados exigirán sus derechos al gobierno cubano. Por esta sencillez, imposible de no tener en cuenta, la reforma de la política migratoria se hará para todos y se hará paulatinamente, priorizando lo más urgente, sin pensar en los deseos de Yoani, sino primeramente en todos esos cubanos que esperan a una madre, a un hijo, a un hermano o a un amigo para saldar la cuenta del abrazo interrumpido por -precisamente esos como Yoani-, aquellos que sólo esperan el viaje como el gran deseo para estrangular a su tierra. Y que luego cada cual decida dónde ubicar sus brazos o su mente de labranza, pero primero está el amor, el fundamento principal de una Revolución que se fundó para que creciera la fraternidad en toda su amplitud.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Una sonrisa o la maldita lágrima

Cuba es como una caldera de diamantes y de carbón, y nosotros, todos, con cualquier cosa que hagamos sobre ella podemos crear la erupción volcánica. Lo sabemos: dirigentes políticos, albañiles, escritores, carpinteros, artistas, críticos, periodistas, estudiantes, chapistas, maestros, economistas, los que quieren solucionar los problemas y los que quieren agravarlos. El mundo entero está consciente del difícil momento que pasa esa tierra donde están sembradas tantas esperanzas. Cada cual hará su aporte, aún aquellos que creen que “no se meten en nada ni con nadie” porque lo suyo es “vivir con normalidad”, o los que, cortejando una falsa libertad, dejan las cosas pasar porque, sencillamente, “lo que ha de pasar, pasará de todas maneras”, y también los que piensan que “ya basta de tanta cubanología”, porque el país tiene que ser como cualquier otro y “se acabó”. ¿Cómo qué país? ¿Como Colombia, Guatemala, Honduras? ¿Como Cuba antes de 1959 o como Cuba y su continuidad revolucionaria? Es muy importante contestar antes de meter la pata en el fuego, en la sombra o por esos siempre difíciles caminos de la lucha por Un Mundo Mejor. Todos pondremos nuestro granito de arena para que la Revolución y su grito por los excluidos se salve o se despeñe por el precipicio. Hasta en lo más simple que hagamos quedará nuestra huella ante el dolor o la fiesta.

Lo que suceda en Cuba, a pesar de que parezca de risa tanta preocupación, tendrá una influencia global: en el pueblo cubano sobre todo, pero igualmente en los pueblos latinoamericanos, africanos y en todos esos que malviven con el chantaje democrático, con la amenaza en suspenso de la Cooperación Internacional, con casi o toda la dependencia del Capital y sus gendarmes, con la permisibilidad para que los saqueen en nombre de los famosos Derechos Humanos, con la autorización a que los exterminen cuando lo necesite el Orden Mundial. Y también influirá en los “ricos” países del Norte. Cuba determinará si todavía es posible luchar, dondequiera que sea, por una vida digna, o si es mejor cruzarnos de brazos y que los poderosos nos sigan pateando el culo y “vete con tus cuentos liberadores al cementerio”. De acuerdo a lo que pase aflorará una sonrisa o la maldita lágrima de la cobardía, la histeria, la banalidad y el “ya no se puede hacer nada”. Indudablemente, el asunto es más serio de lo que nos imaginamos.

Rap de la fiesta del guatao

Que Cuba es grande, sí, ya lo sé, mi cubita es un gigante que nadie puede ignorar. Es la llave, la perla y el caimán, todo junto para la fiesta del guatao, qué guatao, qué guatao vamos a crear. Es la hora del quinqué, de tamarindo con guayaba y sabor de guanábana madura. ¿Qué? ¿Dónde están? Ah, no sé, tendremos que sembrarlas otra vez. Sí, otra vez pa la tierra del mamey, perfecto, todo aparecerá. Cuba tiene muchas, muchas cosas bonitas, sí, es verdad, mira, qué pueblo tan rico en educación, lo sabe todo y lo que no, lo que no, le hace la fiesta del guatao, ya es historia y así fue. Se enfrentó a los yanquis con una dignidad de tres pares, vaya, lo que no ha hecho nadie en este mundo; y mucho, mucho más tiene mi Cuba, pero…

La guerra diaria, sí, ese banquete donde te ubicas, o te ubican, cada mañana, cada tarde, cada noche, cada madrugada y otra vez cada…, cada día lo mismo, para comerte los sueños, sin aceite, y siempre, con un mojo de marabú en salsa de DDT. ¿Qué?
Y todo por un poquito de papa, una silla rota, la luz que se acaba, el agua que no llega, el gas que no alcanza, la calle destruida, el barrio descompuesto, mi hermano y mi hermana en el Malecón, la guagua invisible, un papel desconocido, la medicina perdida, el maldito catarro, la vendedora de queso que no baja el precio, el paupérrimo salario, las tiendas en CUC, el Granma que apenas se puede leer, los problemas con el jefe del trabajo y la salud del Comandante en Jefe, ¿hasta cuándo?
Ahora mismo, queridos amiguitos, ¿me oyen? Estoy sobresaltao, sí, ya sé que eso no sirve, entonces, ¿qué hago? No veo los canales para salir en el momento oportuno, no sé quién los cerró ni hasta cuándo estarán cerrados, ¿qué quieren, que los abra yo? Pues yaaaaaaaaaaaa. ¿Hasta cuándo? No, no hay fecha, ya no habrá más fecha, acabamos de empezar, ¿qué dicen? ¿Qué? Por favor, hermano, calla, calla, brother, ¿no ves que estoy levantando el sol? Si, por supuesto que sé que pesa mucho, pero no pasa nada, bueno, si tú no me jodes más y me ayudas, porque… ¿Qué, qué te pasa, qué?

O tú eres marciano o tú comes jején. A ver, ¿quién, quién nos está mariconeando el cuerpo, los nervios, el alma?, y esa es la más grande jodedera, por el listillo, por el aprovechao, por el sinvergüenza. Un comino, me importa un comino, como si vive en La Lisa o en Miramar, da lo mismo, si quiere sal tenemos todo el mar, o vivimos todos o esto termina como la fiesta del guatao. A ver, ¿quién quiere vivir en una casa que no está del carajo, donde no falta nada, nada de nada, porque hasta las nueces abundan en los jardines? Ah, allí se dan las rosas sin espinas y todo el año se tiene el pasaporte abierto, la cartera llena, y hay una paz que huele a zapato podrido, ¿quién, quién quiere caminar así? ¿Hasta cuándo?

Si se dice, que se dice mucho, que somos unos bárbaros, ¿qué, qué es lo que no podríamos hacer? A ver, cachimba, si somos unos héroes, casi el pueblo elegido, lo mejor y lo más mejor del mundo, con carlito marx y un babalao, en Angola y contra el apartheid, hasta Mandela nos dio las gracias, ah, la operación Milagro, los niños de Chernóbil en Tarará y los médicos en Haití, la Escuela de Medicina gratuita hasta pa los ciempiés, la colaboración con Venezuela, con Bolivia y hasta con Andalucía, ¿dónde hay un pobre, un necesitado? Pa`llá vamos… AHHHHHHHHHHHHHH ¿Quién soy yo? ¿Qué?

Soy un mentecato con sabor a mantecao, el tonto del espejo, un arroz con mango y un sueco con tirapiedras, ¿quiero el capitalismo? Mentira, mentira, ¿quiero el socialismo? Mentira, mentira, ¿y qué es lo que yo quiero? ¡Ay, Dios mío, qué pregunta, soy un imbécil, asere, ¿cuándo voy a sembrar la papa y arreglar la silla? Ah, ¿cuándo resuelvo la luz, el agua, el gas, la calle, el barrio, a mi socio y a mi socia, la guagua, los papeles, la curandera? ¿Qué hago con los mocos y con el queso? Mi dinero, mi dinero, en pesos y en CUC! Ah, yo quiero el Socialismo, sí, que sí que sí, porque yo, yo no soy la tribu, sino Fidel, Fidel y esta vida es mi Moncada, la Sierra Maestra y Playa Girón, ¿qué?

¿Hasta cuándo qué? AHHHHHHHHHHHHHHHHH. Viva la Revolución. Eso siempre por delante. Viva Cuba libre. Viva el año 2012. Que lo sepan todos, aquí estamos, nosotros, los cubanos, para echar pa`lante lo que se quedó atrás, ah, que venga Chicho el croquetero y el compañero del Partido, La Lisa y Miramar, los de la Yuma y de Madrid, aquí falta mucha gente y la historia ha de continuar. ¿Qué? ¿Qué de qué, brother? Continuamos con la Revolución.

¡Qué falta nos haces, Fidel! ¿Sí? Sí que sí. ¿Sí por qué? Bueno, estaría bien, eres lo más grande que ha dado Cuba, pero si no estás, estarán otros. Ah, tranquilo, hermano, tranquilo, que mañana es otro día y nada se resuelve sin salud. Nosotros, asere, haremos lo que le faltó. El sol, el sol, nosotros, levantando el sol, el sol, el sol enguatao…

Curiosa paradoja: Un ensueño en una mañana de sol

La imagen de una posible mujer senegalesa, o india, me ha puesto en la disyuntiva de ver a una mujer hondureña reclamando sus derechos.

Una fotografía está llena de connotaciones personales y universales que nos afectan espiritualmente. La de la madre, el padre, el hijo, la hermana, son tan cercanas que ya tenemos todas sus singularidades incorporadas, definidas, amadas o rechazadas, pero ya pertenecen a nuestras vidas. Las reconocemos como una parte de nosotros. Viajan con todos sus derechos por el mismo camino.

Pero la fotografía de una extraña, aún cuando nos recuerde a una gran amiga, porque finalmente casi todos nos parecemos, se instala en otra zona de la conciencia donde una visita puede torcernos toda la vida.

Este es el caso de esta mujer. No sé quién es, ni qué idioma habla, ni cuáles son sus preocupaciones. La he visto por estos rumbos, le dí unas monedas y le hice la fotografía. Es una persona pobre, de las tantas que hay en el mundo. En la India, Senegal, Honduras, en cualquiera de esos países que van a la suerte de Dios y del flash con que acciono la imagen. Y ahí se queda, sin más razones que mi corazón abierto a la capacidad que pueda desplegar para asumirla.

¿Qué daño me ha hecho esta señora? Todavía no acierto a saber cuál es, pero sé que todo se debe a mi esfuerzo por reconocerla. No es ella la que debe hacerlo. Soy yo, el hombre de las monedas. ¿Y si de repente me entrara el impulso de ir a buscarla, de intentar hablarle, de hacer todo lo posible por sacarla de su situación? Entonces me viene a la mente que son tantos que ella comienza a desvanecerse. Como si la fotografía no fuera real. Está en la multitud que podría agolparse reclamando su derecho a la vida. Me doy cuenta que me falta valor para seguir averiguando. No sé compartir los bienes que tengo. Pero, sobre todo, no la reconozco porque yo continúo en mi viaje turístico, en ese tan defendido posicionamiento del “individuo libre, democrático, sensible y de buen vivir” del pensamiento occidental. Mi flash me ha jugado una mala pasada. Un ensueño en una mañana de sol que condena todo mi Sistema de vida y deja a esta señora en la más completa libertad de hacer conmigo lo que le dé la gana. Curiosa paradoja del Bienestar adquirido en este Primer Mundo del espectáculo garantizado para excluir a los demás.

Los Premios de Cuba

Muy bien saben el Parlamento Europeo, las Universidades de Columbia y Navarra, el periódico El País, El Pen Club Català, y distintas entidades de Holanda, Suiza, España y de otros países del Primer Mundo, por Informes de los organismos de las Naciones Unidas, que el pueblo cubano, gracias a cómo su gobierno ha respondido ante sus crisis, es poseedor de más altos índices en Sanidad Pública, Educación, Cultura, Deportes y en muchas otras ramas de la vida social que cualquier otro país del Tercer Mundo. Por ello es que los cubanos que sostienen su sistema revolucionario merecerían los más altos premios del planeta. Pero, evidentemente, todos estos señores que premian en nombre de la “Justicia”, no quieren enterarse de cómo, hasta en sus propios países, los gobiernos han gestionado la crisis que viven haciéndosela pagar a sus pueblos y abandonando a miles de familias a una suerte demoledora. Con toda la mala intención del mundo han preferido entregar sus más preciados galardones, con diplomas y con dinero, a los llamados “disidentes cubanos” sobre la base de que estos defienden los Derechos Humanos. ¿De qué hablan, señores parlamentarios, universitarios, intelectuales, escritores, periodistas y otros oficiantes de tan infausta ralea al servicio del Gran Capital y de los poderosos intereses que gobiernan en los Estados Unidos de América? Sean coherentes, o un poco honestos, y haciendo honor a sus saberes y responsabilidades, digan que premian a los “disidentes cubanos” porque el mayor objetivo de la actual civilización, dirigida desde el Mal Común que hoy día impera en el mundo, es destruir el ejemplo de la Revolución Cubana y envenenar material y sicológicamente al pueblo que la mantiene.

Es muy claro que estos “disidentes” -y la mayoría de ellos lo confiesa sin el menor pudor-, quieren para su patria lo mismo que buscan el Imperio y sus secuaces, esos que dominan las almas caídas en la indignidad, la ignorancia o la traición a sus pueblos. Por ello esos cubanos no dudan en colaborar con todos los planes que puedan causarle a Cuba el mayor daño posible a cambio, en la mayoría de los casos, de percibir las 30 monedas que Judas recibió de los gendarmes romanos. Recientemente, llevados del Partido Popular Español, se han envalentonado en Estrasburgo pidiendo que la Unión Europea mantenga a Cuba la “Posición Común” que, junto al bloqueo norteamericano, constituyen las mordazas fundamentales para que el gobierno cubano apenas pueda resolver los problemas que agobian a su pueblo. ¿Qué personajes son esos? Cualquiera que quiera conocerlos, hasta el más incauto, si revisa algunos de los documentos filtrados por Wikileaks desde la sede estadounidense en La Habana, podrá saber que estos “disidentes” son meros mercenarios de la estrategia imperialista, que algunos ya son demeritados por sus propios amos y otros, sobre todo jóvenes, están siendo erigidos como las nuevas cartas de triunfo contra Cuba.

Y mientras toda la sarta de premiaciones, con abundante pompa en los grandes medios de información, sucede con esos “disidentes”, en la complicada isla y en muchos rincones del planeta se premian a esos otros cubanos que, a pesar del cansancio, las limitaciones y otras angustias, se han mantenido bien lejos de la colaboración con el Imperio, han podido resistir tanta saña contra su patria y defendiéndose de la realidad, dentro o fuera de Cuba, han incurrido en múltiples errores –de los que la mayoría está consciente- y han seguido viviendo con la sabiduría de que pertenecen a una tierra que ha sido la abanderada más solidaria con los más necesitados del mundo. Estos premios no tienen ningún importe en metálico, son exclusivamente fraternales y no tendrán ninguna repercusión en los medios. No son entregados en suntuosos palacios ni por excelsas figuras de la politiquería mundial. Son los premios del aire, de la atmósfera limpia que algún precioso día respiraremos todos en la Tierra.

Algunos se preguntarán por qué premiar o destacar defectos y no premiar y destacar virtudes. Bueno, de alguna forma, todo estará mezclado, como lo ha sido la propia vida del pueblo cubano, pero como ya estamos bastante agotados de tantos premios y relevancias a la heroica resistencia, –aunque pueda equivocarme-, he preferido recoger el latido que me dice que ahora mismo ha de premiarse y destacarse todo aquello que ese pueblo –perdón, el planeta entero en sus, más o menos graves, correspondientes variantes-, habrá de revisar, arreglar, encaminar, para que algún día sólo quede el recuerdo de unos tiempos que se vivieron casi exclusivamente para contribuir con los principios que han de sostener al Ser Humano.

Habrá premios sencillos para Pedrito el cojo, por matar una vaca; para Dominga Fernández, por traer desde Santiago, en un tren demorado y atestado bajo un calor infernal, dos sacos cargados con 500 muslos de pollo; para Walfrido el tuerto, por envasar yogurt en botellas de ron y venderlas demasiado caras; para Danilo el cortador de cañas, por no gustarle ninguno de los trabajos que le ofrecieron y empezar a robar materiales de construcción; para Josefa la miliciana, por prestar su casa para trapichear con todo lo que se le presentara; para Ismael Batlle Cabrera, el internacionalista, por no comprender qué significaba ayudar a sus ancestros africanos; para Indira, la madre dulce, por no creer que era mejor entregar el Campamento Infantil de Tarará a los niños de Chernobyl; Para Yanisleydis, por no haber estudiado, por no conocer su inmensa posibilidad de realización humana, por no querer hacer un análisis integral, por no saber que el Socialismo empieza a construirse desde uno mismo, por no saber cuáles son los valores fundamentales de la vida y que tienen sentido para todos, por no saber que librarse de la banalidad es la única victoria contra el enajenante mercado de las vanidades, el morbo y las antiguallas; para Ernesto y Xiomara, que la prisa de la vida los ha llevado a creer que los problemas de un país se arreglan solamente arreglando la política migratoria; para Eduardo, Mercedes, Arturo, Mabel y Antonio, que no comprendieron ni fueron comprendidos y se fueron del país.

Habrá premios más destacados para Fabio, Carlos Rafael, Blas, Lázaro, el Ché, Raúl Roa, Osvaldo, Fidel, Celia, Raúl, Vilma, Ramiro, Juan, Armando, Haydee, Jorge, Faure, José Ramón, otros dirigentes y funcionarios de segunda y de tercera, ministros, embajadores, múltiples diputados y diversas personalidades que, con ninguna o con muy pocas restricciones económicas y políticas, no supieron cómo se construía el Socialismo y en su intento por saber no pudieron sopesar las enormes dificultades que tenían para construirlo, pero no se rindieron y siguieron intentándolo. Y también para Aldana, Ochoa, Robertico, Lage, Felipe, Yadira y tantos más que pretendieron lo mismo con diferente suerte, aunque entre todos hicieron hasta lo imposible para que Pedrito no perdiera las dos piernas y Walfrido pudiera ver por uno de sus ojos. Los dos fueron heridos gravemente con la metralla lanzada por los mercenarios de Playa Girón. Ese primer triunfo contra el Imperio en nuestro continente, tan vapuleado durante siglos, hizo fructificar uno de los hitos más descollantes de la Historia Moderna: La Revolución Cubana. Se pulsaron todas las cuerdas del ser humano y se empezó a caminar y a mirar con el ceño fruncido al lado de la cómplice sonrisa. Y así obraron, con miles de imperfecciones y otras miles de espléndidas dignidades. Por eso son tan revolucionarios, tan contrarrevolucionarios o tan difíciles de entender; tan gritones, tan escépticos o tan silenciosos: todos ellos sí fueron los reales disidentes del tortuoso camino de lo nuevo que estaban descubriendo y que les demandaba nuevos descubrimientos.

Pero somos nosotros la mejor disidencia cubana, los que encontrando y continuando la lucha liberadora, nos enfrentamos a nosotros mismos y nos creamos como disidentes propios, nosotros, el pueblo llano y hermosísimo, los dirigentes de cuarta y de quinta categoría, los delegados de las circunscripciones, los cederistas, las federadas, los intelectuales, los artistas, los licenciados y los buenos, regulares y malos hombres y mujeres sobre quienes recayó el mantenimiento de la Causa, a pesar de vivir con algunas o muchas restricciones económicas, políticas, sociales y de toda índole. Todos tendremos premios superiores por estar tan exhaustos y seguir siendo rebeldes, pobres, ilusos, líricos, insatisfechos, blancos sin complejos de superioridad, ricos desclasados, negros y mulatos sin muchas oportunidades, impuros, supersticiosos, creyentes, agnósticos o comunistas: el mayor enjambre de esperanzados que no puede creer que haya vida en la pestilencia de un imperio, un sistema y una época que ya agotaron su temporalidad histórica.

Entonces se dará El Gran Premio: para los que nunca, arriba, en el medio o abajo, nativos o extranjeros, dudaron del insistente sueño por el mejoramiento humano que venimos teniendo desde hace miles de años y en él envejecieron tristemente. Porque la Humanidad no rectifica sus absurdos existenciales sin conflictos con la condición humana y por ello sueña, combate y muere. Nunca se atacó tanto a un pueblo sin lograr ponerlo de rodillas: estaba soñando, estaba combatiendo, estaba muriendo y estaba resucitando.

Y por creer que el ser humano es un milagro, también habrá algún premio para los indolentes, los que pisotearon sus responsabilidades, los que abusaron del poder recibido y para aquellos que, sin comprender que mantenían el espíritu de esclavos del viejo orden social, se corrompieron y, conscientes o inconscientemente, le dieron salida a la bestia que llevaban dentro y se cebaron con numerosos compatriotas. Para todos ellos habrá el premio de la ley que castiga lo mal hecho. Y aún me faltan otros premios…

La vista de reconocimientos ha de ser completa, sin soberbia, sin humillaciones, pero con la luz bien abierta a las necesarias aclaraciones con todas sus consecuencias. Urge saber que el Socialismo es un sistema superior al Capitalismo porque piensa en la persona, en el pueblo y en el mundo. Sobre esos tres pilares debe efectuarse la premiación. Y nada más, porque cuando amanezca ya no habrá cabida para quien quiera vivir de espaldas al derecho de todos los seres humanos a tener una vida digna.

Posiblemente ahora comenzaremos a caminar y a mirar de otra manera. ¿Que cómo será eso? Bien fácil si tenemos el coraje de entregarnos a la obra con el corazón limpio. Por ejemplo, nosotros, los que hemos servido apasionadamente a la incierta utopía, sólo pedimos coherencia en el pensamiento, porque no es verdad que hayamos vivido “53años de mentiras, engaños y mierdas”, como dicen los “disidentes” creados por el Imperio. Si eso fue lo que aprendieron, lo sentimos, no fuimos buenos maestros, pero tampoco ellos fueron buenos alumnos, al menos de nosotros. Y en estas cosas de la Historia, si se quiere continuar en ella, sólo caben las rectificaciones evidentes. Hagamos lo que hagamos de ahora en adelante, en los últimos 53 años del mundo, Cuba ha constituido una de las mejores y más grandes hazañas de la Civilización, y todo cubano o extranjero debe estar orgulloso de verse reflejado en gran parte de esa tierra que evidenció tantas preocupaciones humanas.

Entonces, felicidades, cubanos, donde quiera que estéis, y felicidades también, hermanos de todo el planeta, que aman la gesta de Cuba. A pesar de tantas turbulencias, seguirá existiendo en este Nuevo Año 2012 esa isla de las mil y una imaginaciones para seguir alimentando la gran odisea de la Humanidad: la continuidad de la lucha por ser un poco mejor. ¡Hemos sobrevivido! ¡Felicidades a todos!

Los bravos de trapo y las bravas de papel

La corriente oficial cubana, aún con suficiente poder, insiste en los valores arrancados a unas circunstancias muy difíciles del mundo, los tremendos valores que aún se revisten, a pesar de su gran deterioro, con lo mejor que humanamente se pudo pelear con la Historia. Por otra vía va lo que queda de ello en el pueblo, en una parte exhausto y lleno de dudas o dispuesto a seguir adelante pero aburrido de tanta lucha, y en otra parte acomodado a la situación y expectante de lo que pueda pasar. Ambas posiciones, junto a la oficial, conforman un paisaje donde mutuamente se debilitan por la prisa de algunos, la lentitud de otros y el oportunismo de los peores. Por esa natural confrontación que no ha podido encontrar salida, y por el dinero que arriba desde el extranjero, van obteniendo cierto renombre, nada desdeñable, los llamados “bravos defensores de los Derechos Humanos, la Democracia, la Libertad” y de un supuesto Mundo Extraterrestre que ellos ven muy cerquita, al otro lado del Estrecho de la Florida. Vuelve a repetirse en la historia cubana la batalla entre independentistas y anexionistas.

Con algunos de estos “bravos” acaba de reunirse en La Habana la funcionaria norteamericana Roberta Jacobson. Según las noticias emitidas por ellos: “el intercambio de opiniones tuvo lugar en una atmósfera de cercanía y confianza que prefiguran las excelentes relaciones de respeto y buena vecindad que habrán de reconstruirse inevitablemente entre ambas naciones”. ¿Ignoran estos “bravos” que en Cuba existe un gobierno legítimamente constituido y reconocido mundialmente para ocuparse de esos menesteres? ¿No saben que entre Cuba y Estados Unidos “extiende sus olas el mar” porque la potencia imperial bloquea y agrede con los medios más sofisticados a la isla rebelde? No, no lo ignoran, y sí, sí lo saben. ¿La búsqueda de un salario justifica su actitud entreguista? Podría repetirse con ellos el cumplimiento del Código Penal y retornar el famoso “choteo” cubano:

“Yo no tengo la culpita / ni tampoco la culpona / Los bravos con la señora / no ocuparán la poltrona / Aé, aé, aé la chambelona”.

Los propios “bravos” han convertido sus “causas” en los trapos sucios del coloniaje. Ya resulta cansino y hasta empalagoso insistir que con la soberanía nacional no se puede jugar. Ninguna nación que se respete puede tolerarlo. Si ellos insisten con ese juego estarán convocando la conga popular. Evidentemente es lo que están deseando para después divulgar en el extranjero los desafueros de la multitud. Ya, como se ha demostrado, los enemigos de la Patria les han entregado los medios necesarios para el “trabajo” de descrédito malsano hacia la Revolución.

Para nadie son un secreto las difíciles condiciones en que se está desarrollando la vida del pueblo. Todos queremos soluciones, las queremos ya, en nuestra hermosa tierra y no en el ciberespacio, que ha devenido en una nueva forma para cobrar el salario de la vergüenza mediante continuos premios a la labor “informática” tildada como “la verdad de Cuba”. ¿No saben estos periodistas “independientes” que hasta el más ciego de los cubanos conoce cabalmente la realidad nacional? Días atrás la más “brava” recibía el Premio Príncipe Klaus en la embajada de Holanda en La Habana por su “gran faena”. ¿No sabe ella que estamos luchando contra los príncipes internos? ¿Acaso este “príncipe externo” adinerado contribuirá a la mejoría del país o sólo se trata de engrosar la cuenta de la “brava” que, por su juego sideral, tendrá mayor poder adquisitivo que cualquier trabajador cubano? Dolorosamente está jugando con nuestras penurias, errores, imperfecciones y tristezas.

En tiempos de tanta crisis mundial suena a “muñequita de cuerda” el discurso de la premiada. Su papel huele a mondongo. Ante unos invitados muy bien escogidos en la residencia del embajador ofreció su infinito amor a no sé quien. Tiene una notable tarea “presidencial” con los miles de euros que está recibiendo: crear un medio de información sin controles, aunque el dinero y las noticias permanecerán bajo su más estricto control. Es como el hada madrina ante sus embobecidos oyentes: “Ustedes serán los futuros redactores, fotógrafos, corresponsales del periódico”, y hasta al mismísimo cuerpo diplomático le brindó trabajo, porque será “un proyecto de todos”. ¿Ante tantas prioridades que tenemos nos vamos a dedicar a fundar órganos de prensa? ¿Todo un pueblo podrá dedicarse al periodismo? De nuevo aparecen las huellas de “aquella República” y su terrible esperanza: “Tiburón se baña, pero salpica”.

¡Qué grande es la música popular cubana! Tornarán a Prado y Neptuno los compases de “La Engañadora” y de otras tantas melodías. El pueblo cubano no dejará nunca de ejercer su proverbial alegría junto a la buena inteligencia para quitarse de encima a cualquier bobo que se le arrime. Para los bravos de trapo y las bravas de papel siempre existirá el talento en menos de lo que canta un gallo, igualito que muchos años atrás, como ha sido siempre que hemos tenido que defendernos alegremente:

El bobo de la yuca se quiere casar
Invita a todo el mundo pa´la Catedral
Va a pasá su luna de miel
Comiendo trapo, comiendo papel
Comiendo trapo, comiendo papel…”

Homenaje a DEFENSEM CUBA

“Ser una sola vez, ¿no es ya bastante?”
José María Valverde
Este sábado 17 de diciembre de 2011 se celebrará en Barcelona el 20 aniversario de la fundación de la plataforma solidaria DEFENSEM CUBA, una entidad nacida en Catalunya con ánimos de ver el mundo con ojos diferentes a los que nos “pone” el Mercado en países como el que vivimos, donde aprender a contar se ha vuelto una operación sumamente complicada.

Según un reciente Informe de las Naciones Unidas, el pueblo cubano posee un Índice de Desarrollo Humano que equivale al 0.8 en la utilización de los recursos y bienes que puede ofrecernos el planeta que todos compartimos. O sea, se trata de un alto nivel comparado con Burundi, que sólo disfruta del 0.3, y de un bajo nivel comparado con los países desarrollados, que disfrutan de entre 3 y 5. Lógicamente, los cubanos, y mucho más los burundeses, desean obtener un nivel de vida donde reciban todo el bienestar que la Tierra puede ofrecerles. ¿Cuál es ese nivel? Últimamente se comenta que podría ser el de Portugal, aunque no está del todo aclarado que ese país esté justamente en 1. Lo que sí está suficientemente investigado y comprobado es que para vivir como un norteamericano medio necesitaríamos 5 planetas y para vivir como un europeo serían necesarios 3 planetas. Pero el problema es que sólo tenemos 1 y todos queremos vivir en él con los suficientes recursos y bienes que este puede proporcionarnos. He ahí, entonces, el mayor problema para cualquier iniciativa solidaria: que vivamos en ese 1 que existe a disposición de todos y sin exclusiones de ninguna índole.

Según el mismo Informe de la ONU, el 2% de personas más ricas del mundo posee más de la mitad de la riqueza mundial, mientras que la mitad más pobre sólo posee el 1%. Y la pésima relación tiende a incrementarse. Oyendo a un ex funcionario de la FAO, oímos que “el presupuesto de esta organización para 2 años, en su lucha contra el hambre en el mundo, equivale a lo que 2 países industrializados utilizan en comida de perros y gatos”. O sea, las personas que viven en menos de 1 planeta están por debajo de cualquier expectativa como seres humanos. Si creemos en estas estadísticas estaríamos desarrollando el mayor holocausto humanitario en nuestra civilización.
Es de sobra conocido que la Revolución Cubana lleva planteando estos asuntos desde hace mucho tiempo y condiciona su desarrollo a no pasarse del 1, enviando su inmensa solidaridad a los países que no arriban a ese 1. Y también conocemos cómo su proyecto transformador es agredido, bloqueado y rechazado por el Mercado Mundial, ese mismo que no acaba de aprender a sacar bien las cuentas, pues dice que la condición humana no da para más.

Una plataforma solidaria como DEFENSEM CUBA se ha ocupado de mostrar al pueblo catalán la realidad del esfuerzo cubano en su lucha por el mejoramiento humano. ¿Qué preferimos, la conservación del desastre planetario que conlleva la actual correlación de números o su transformación? Resulta indudable, ya que sólo poseemos un planeta, que la transformación es la única vía posible para salvar nuestras alegrías, amar a nuestros seres queridos, cumplir con nuestros oficios y trabajos, celebrar las obras de Arte, de Ciencias y de Tecnología, contarnos un chiste, tomar una copa de vino y hasta para olvidar ese “dicho” tan repetido de que “de política es mejor no hablar”.

Cuba no renuncia a seguir planteando que no hay pueblo que quiera aplazar su bienestar. Nunca la Humanidad había dispuesto de tantos recursos para lograrlo. Si a ello se ha arribado por haber vivido como bestias durante miles de años, parece haber llegado el momento en que no es posible continuar conviviendo como fieras y que es el tiempo del ser humano y de toda la Naturaleza que nos sostiene si sabemos cuidarla. No se necesita tanto para reír y aspirar a la felicidad.

A estas alturas de la desigualdad en la vida de los países y de las personas no existe ninguna fiesta superior a la de la solidaridad. Cualquiera otra cosa se convierte en un entretenimiento mentiroso. Urge aprender a vivir con la verdad. De seguir como vamos, ni la mayor riqueza del mundo podrá salvarse de la catástrofe. Si sólo tenemos 1 vida, y no 5 ni 3, lo más normal sería que viviéramos esa 1 y que a nadie se le ocurra robarle a los demás lo que, de ninguna manera, puede quitarle si no quiere zozobrar, porque de eso se trata, de que la vida no se hunda, que es lo que va a pasar si seguimos empeñados en vivir por 5 o por 3 en vez de por 1. Esta simple cuenta es la que ha enarbolado en estos últimos 20 años DEFENSEM CUBA en su encomiable lucha por la defensa de la Revolución Cubana, una gesta con sus pros y sus contras, sus hermosuras y abatimientos, su gran paso al futuro y sus retrocesos, y que aceptándola o no, constituye la mayor alerta para el sostenimiento de la vida en 1 planeta. Tal vez por ello uno de los activistas en la creación de esta plataforma solidaria, José María Valverde, escribió en uno de sus poemas:

…Pues habéis sido un día, seréis siempre.