viernes, 2 de marzo de 2012

17 puntos con Santiago Alba Rico

No recorremos el mejor camino cuando alguien desde la Izquierda plantea no continuar debatiendo con Santiago Alba Rico. Con él y con todos debemos seguir y aumentar nuestras más auténticas polémicas. No debemos permitirnos desarrollar, aún más de lo que ya están, nuestras incertidumbres y divisiones. ¡Es una cuestión de urgencia! En su reciente artículo “Siria, los medios alternativos y las verdades propagandísticas” nuestro compañero vuelve a llamarnos al debate necesario y enriquecedor, y por ese motivo lo citaré –lo repetiré- in extenso. Creo que resulta muy valioso volver a leer a Santiago, y sobre todo cuando su escrito parte de su reciente estancia en Cuba, en esa isla que es como otro Nuevo Mundo, pero sin necesidad de conquistadores y evangelizadores, donde es de sobra conocido que hay y no hay una dictadura, que hay y no hay una libertad de prensa, que hay y no hay represiones, que hay y no hay un imperialismo interior, porque, por encima de todos los diccionarios, predomina la verdad y la justicia social hasta donde ha podido cumplir su altísimo proyecto altruista a 90 millas del Imperio y luchando contra él con las más frágiles y poderosas armas, las de la unidad anti-imperialista y el continuo llamado a mejorarnos como seres humanos y como revolucionarios:

1-“Hace unos días en La Habana tuve el privilegio de escuchar a Fidel recordando los principios que han sostenido a la revolución cubana durante cinco décadas contra el acoso de los EEUU y de sus socios europeos: los valores éticos, el internacionalismo humanitario, la defensa de los derechos humanos. “Estamos en contra de todos los crímenes y todas las formas de represión”, dijo el Comandante. “Hemos resistido porque tenemos fundamentos morales; un gobierno corrupto y represor no habría durado nada”; y a continuación recordó que en la lucha mediática los anti-imperialistas debíamos fajarnos “con la verdad en la mano”.”

Pienso que todos los compañeros que nos debatimos con las diversas causas sociales en estos tiempos tan oscuros firmaríamos corriendo tales postulados. A ninguno de nosotros se le ocurriría ir por otros caminos, aún cuando no podamos obviar las características en que se desenvuelven los distintos procesos revolucionarios en el mundo de hoy y en todo ese embrollo que nos sitúa dentro de una, querámoslo o no, nueva etapa de reparto imperialista después de la caída del Campo Socialista Europeo. Pareciera que al Sistema “vencedor” se le hubieran quedado por liquidar algunos rincones periféricos, y en eso anda desde que no se le completó el efecto dominó o que, contrariamente a lo esperado, le surgieron nuevas cuñas en el juego que creyó con cierto efecto mágico a su favor. Imposible no pensar en estas cuestiones. Posiblemente sea la mayor verdad que llevamos en la mano. Los imperialistas se empecinan en que es una cuestión de principios civilizatorios impedir nuevos brotes revolucionarios y nosotros en que es un asunto de vida o muerte: sencillamente quieren liquidarnos a todos los que, aun con nuestras terribles angustias, todavía sostenemos alguna esperanza en que el mundo puede y debe ser distinto. Y no porque deseemos imponer nuestro criterio, sino porque en nuestras demandas se unen, en creciente esclavitud intolerable para la contemporaneidad, los gritos de la inmensa mayoría de la Humanidad. Cada vez resulta más apabullante en el conocimiento público que las riquezas amasadas por unos cuantos constituyen el esfuerzo de todos y por ello deben ser distribuidas y no que se queden en unas cuantas mansiones, coches, yates, aviones y otros glamurosos lujos que habitan unos pocos mientras los demás sólo participamos para verlos por la Tele. Somos, de hecho, los condenados a una existencia virtual. De nuevo la lucha de clases que parecía estar desterrada del mapa. Es preciso tener muy claro que ni los valores éticos, ni el internacionalismo humanitario, ni la defensa de los derechos humanos que enarbolamos son los mismos que pregona el Imperio. Tal vez sea esta claridad lo que más nos diferencia y no debemos olvidarla jamás. Efectivamente, estamos en contra de todos los crímenes y de todas las formas de represión, pero no podemos dejarnos llevar por lo que ha seleccionado el Imperio. Al Imperio no debemos entregarle las riendas de nuestras luchas. Es una verdad de Perogrullo: si aceptamos su mando ya nos estamos rindiendo y seguramente saldremos en los Grandes Medios entonando el glorioso mea culpa que tanto buscan en nosotros y que decididamente no tenemos por qué entonar, porque en realidad nunca nos han derrotado ni nunca han conseguido superar las ideas del por qué de las revoluciones. Mientras estas existan, la verdad está de nuestro lado.

2-“Parafraseando al filósofo Pascal, insistía yo en que estos medios son tanto más mentirosos cuanto que no mienten siempre, lo que convierte el trabajo de deconstrucción anti-imperialista en una labor tan sutil y minuciosa como lo es la de la construcción imperialista. El peligro de no comprender la formidable sutileza de los medios (ni sus gruesas inercias de promiscuidad desnudamente comercial) es el de acabar creyendo que la verdad se alcanzaría mediante la pura inversión mecánica de las noticias publicadas en la prensa convencional, simplificación que puede llevar muy fácilmente a delirios igualmente intoxicadores, como lo son, por ejemplo, los que pretenden -según he escuchado o leído en los medios llamados alternativos- que la OTAN habría arrojado “una bomba atómica de baja intensidad” en Beni Walid, matando en pocos minutos “a todos los miembros de la tribu Warfala”, o que 12000 soldados estadounidenses estarían “controlando los pozos y las ciudades de Libia”.

Siento la certeza de todo lo afirmado, aunque me cabe una duda: ¿conocemos realmente todo lo que pasó en Libia? No sé si tendremos forma de saberlo, y desde luego que sería muy bueno conocer toda la verdad. ¿La OTAN nos la dirá? No, la OTAN nos seguirá engañando. Todavía no sabemos con precisión cuántas armas químicas arrojaron sobre Irak para que incluso los propios soldados norteamericanos fueran afectados. ¿Lo sabremos algún día? Quizás. Si en los Grandes Medios se trasmitió, veladamente, esa noticia, y luego se tapó, algo más grave nos esconden. Cabría preguntarse entonces por qué no pensar que en Libia hubieran probado otras armas que desconocemos y que la noticia dada por alguien de los nuestros pertenece al imaginario de las tantas agresiones que el Imperio ha cometido en sus guerras contra los pueblos. Desde hace mucho tiempo, y en ese mismo encuentro de La Habana, el líder cubano planteó las numerosas agresiones químicas y bacteriológicas realizadas por los Estados Unidos contra Cuba. Creo que los Grandes Medios no han hablado de ello jamás. ¿Miente Fidel? Los cubanos sabemos que no, pero el silencio es aterrador. Si con tal desprecio a la vida nos han tratado los imperialistas a nosotros, estando tan cerca de ellos, ¿qué no se les puede ocurrir en un lugar tan lejano como Libia? Y conocemos su invariable sed por experimentar nuevas armas. También sabemos del gigantesco negocio que han tejido alrededor de las empresas privadas de seguridad. Ya no tienen que ir en primera fila los soldados norteamericanos, pues para ello el Imperio dispone de suficientes mercenarios militarizados y técnicamente adiestrados en todo lo que pueda ser de su interés y los pozos de petróleo libios tenían una prioridad absoluta. En fin, está muy claro para todos que la verdad no se alcanza mediante la pura inversión mecánica de las noticias publicadas en la prensa convencional, pero igualmente debemos tener muy claro que la verdad que nos trasmiten esos Medios no es la nuestra. Y no se trata de que objetivamente muchas veces no mientan y que simplifiquemos la verdad, se trata en definitiva de aceptar la verdad: la que nos brindan los Medios es, la mayor parte de las veces, para que sigamos adormecidos y no tengamos siquiera la capacidad de entender, después de tantas experiencias, que uno de nuestros mayores poderes está precisamente en la imaginación y a la que nunca debemos renunciar. No sólo nos ayuda a aguantar los vendavales que a diario recibimos, sino que también nos ayuda a reflexionar en la necesaria prevención y divulgarla lo más rápidamente que podamos. Y tampoco se trata de que defendamos una imaginación que nos lleve a delirios intoxicadores, pero sí que nos haga ver que todavía tenemos fuerzas para enfrentarnos al Imperio, no con la copia burda de sus intenciones, pero sí con todas las posibilidades fundamentadas en todo lo que les hemos visto hacer y en todo lo que sabemos de que es capaz de seguir haciendo.

3-“Un prejuicio largamente asentado en la experiencia me lleva a desconfiar de TVE. Pero me inquieta, y mucho, que no podamos encontrar otra manera de denunciar su tendenciosidad que recurriendo al mismo expediente tendencioso. Este es el caso, por ejemplo, de un comunicado difundido por la Plataforma “No a la guerra imperialista” (y reproducido en la sección Mentiras y Medios de Rebelión: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144547&;titular=comunicado-de-protesta-por-la-emisi%F3n-del-reportaje-%22siria-la-lucha-sin-fin%22-en-tve-) en el que se analiza un documental sobre Siria que la televisión pública española emitió el sábado 4 de febrero”.

Creo que no hay día en que los revolucionarios no nos preguntemos cómo encontrar todas las formas posibles para denunciar las tendenciosidades en los Grandes Medios. Tal vez por ello no nos queda otra alternativa que usar sus propias armas, arrancárselas, como cualquier acción de guerrilla. Todos debemos colaborar a darles el mayor lustre, desde el más culto y preparado hasta el menos sabio y especializado. Toda proclama contra la guerra imperialista es poca. Y el intento por hacer ver a la población que de nuevo el Imperio está justificando un cambio de régimen, ahora en Siria, como ya lo hizo en Libia, es loable para todos, principalmente porque ya casi estamos logrando dejarlo solo con ese discurso. Y mientras más solo esté el Imperio, más rápido se impondrá la verdad que defendemos. Pienso que, a pesar de la tendenciosidad de los Grandes Medios, o porque cada vez les es más difícil ocultar sus fines, este comunicado contribuye en mucho al aumento de esa conciencia popular que va creciendo de que el Imperio tiene unos intereses muy definidos y una selección muy conveniente para acabar de terminar su faena. Y nosotros no tenemos por qué esconder nuestros objetivos, son harto conocidos y crecen las ansias en la población para que aparezcan en los Grandes Medios. Me parece lo más destacable de esta Plataforma, aunque todos podamos objetarle alguna deficiencia. Es lo que somos, esa magnífica diversidad de posiciones contra las guerras imperialistas, y cualquier preocupación debe constituirse en una colaboración a ser mejores desde el lugar al que podemos acceder y continuarla.

4-“Veamos. El comunicado, tras anunciar su propósito de poner al descubierto la “tendenciosidad” del reportaje, afirma como primera prueba que en él “se daba por supuesta la naturaleza antidemocrática del Gobierno sirio”. En esa suposición es difícil localizar otra cosa que una “tendencia” a decir la verdad; y en la denuncia otra cosa que una “tendencia” a ocultarla”. Es una de las manipulaciones más frecuentes y más burdas utilizadas por nuestros medios hegemónicos y no deberíamos usarla nunca nosotros, por muy justa que nos parezca la causa. Si “acusamos” a alguien de sostener que la nieve es blanca generamos la ilusión de que no lo es. ¿Es honesto sugerir que el régimen de Bachar Al-Assad es democrático? ¿Nos conviene por algún motivo negar que es tan dictatorial, y por los mismos motivos, como lo fue el de Pinochet en Chile, el de Marcos en Filipinas o el de los Somoza en Nicaragua? No es honesto y no creo que nos convenga. Y sin embargo, es ese modelo de manipulación el que desarrolla sistemáticamente el comunicado”.

¿Acaso todos los revolucionarios tenemos a un grupo de expertos para asesorarnos en cómo realizar mejor nuestras acciones? No tenerlos, con toda justicia, es lo que nos sitúa en el centro de las preocupaciones populares, y es ese el mejor lugar para desplegarnos. Pero en este párrafo lo que más me sorprende es esa aseveración de que el gobierno sirio es comparable al de Pinochet, Marcos y los Somoza. Realmente, al menos a mí, nunca me había pasado por la cabeza una comparación similar. ¿Es verdad? Por asuntos como ese el debate resulta cada vez más urgente.

5-“Totalitario es una palabra que no me gusta, pero si tiene que ver con la centralización total del poder, es difícil imaginar un poder más totalitario en el mundo que el del régimen sirio”.

¿Mucho más grande que el del Imperio? Me cuesta, honestamente, me cuesta mucho creerte, Santiago. Posiblemente se deba, en todo caso, a que mis objetivos de lucha tienen una dirección muy definida y no debo abandonar ningún frente. A mí tampoco me gusta la palabra, pero desconfío mucho, muchísimo, cuando desde el Imperio me la definen y me invitan a enarbolarla.

6-“En cuanto al “miedo y la represión”, también en este sentido la dictadura siria puede describirse como un sistema “totalitario”; en él un aparato policial omnipresente -con los tentáculos oscuros de los mukhabarat y los shabiha incrustados en el corazón mismo de la vida social- garantiza desde hace cuarenta años, mediante la represión y la tortura, la reproducción en el poder de unas cuantas familias que en los últimos años han liberalizado la economía en perjuicio de sectores cada vez más amplios de la población”.

¿Desde hace 40 años se mantiene así el gobierno sirio? También me cuesta mucho creerte, Santiago. Y no porque piense que estés exagerando, porque también tú tienes derecho a la imaginación, sino por el tufillo que tiene tu afirmación a engrosar las mayores calamidades en un gobierno que nunca había sobresalido por esas características.

7-“El comunicado de “No a la guerra imperialista” (consigna a la que hay que sumarse sin ambigüedades) recurre a continuación a otro típico procedimiento manipulador: el de denunciar el silencio sobre cosas que no existen y que cobrarían existencia así a la sombra de esta denuncia. TVE -dice el comunicado- no hace “ninguna referencia a las elecciones presidenciales por las cuales ha sido elegido el actual Presidente sirio, ninguna referencia a la libertad de prensa, o al laicismo en la educación y demás esferas de la vida pública, ninguna referencia a la igualdad entre hombres y mujeres en la legislación siria, o a la constitución de una Asamblea Popular con representación multipartidista”. Tampoco hace referencia -añado yo- a la existencia de caballos voladores ni de volcanes de chantilly. Seamos serios. No podemos denunciar la hipocresía de TVE, que no dice nada de Arabia Saudí y de Qatar, e incurrir en el mismo doble rasero olvidando, por ejemplo, los casos de Túnez y Egipto. Del “multipartidismo” en Siria ya hemos hablado, pero conviene recordar que también Ben Ali y Mubarak cooptaron o consintieron otros partidos (algunos de ellos incluso “socialistas”) sin que nadie haya dudado por ello de la “naturaleza antidemocrática” de sus regímenes ni de la primacía escandalosa del RCD y el PND. De la “elección presidencial” da casi rubor hablar: Bachar Al-Assad se reeligió a sí mismo en referéndum en 2007 con el 97% de los votos; Mubarak, más modesto, se conformó en 2005 con el 88.5 %; y Ben Ali, en una verdadera demostración de espíritu democrático, admitió incluso otros dos candidatos en octubre de 2009, última vez que fue “elegido” con el 89,60% de los sufragios. No he escuchado a nadie de izquierdas conceder ninguna legitimidad a los mandatos de los dictadores tunecino y egipcio ni restar legitimidad a las revoluciones de sus pueblos. ¿En qué sentido sería más “auténtico” o “creíble” el apoyo “electoral” recibido por Bachar?”

Tú, Santiago –discúlpame el tuteo que me es muy familiar y deseo mantenerme en esa situación-, que has vivido tantos años en el mundo árabe y evidentemente dominas las diferentes problemáticas, ¿crees realmente que no hay ninguna diferencia entre la vida que llevaban los pueblos de Egipto y Túnez con respecto al que lleva el pueblo de Siria o el que llevaba el de Libia? No me parece que sean comparables en muchísimos aspectos conocidos. ¿Ben Ali tuvo una verdadera demostración de espíritu democrático mucho mayor que Bachar? De nuevo vuelves a una comparación que tampoco me sustenta tu propia opinión sobre las luchas revolucionarias. Y no hablemos de esa “democracia” del voto cada cierto periodo de tiempo que tanto rechazamos y que el Imperio nos soporta, hablemos de esa tan buscada sociedad democrática que al menos cree en el internacionalismo humanitario y que apenas se practica ni en los países más desarrollados del planeta, prefiriendo esa falsa libertad individualista donde el glamur nos hace a todos menos democráticos y más desvergonzados. No sé, amigo mío, sinceramente, no sé qué más decirte con ese párrafo, porque hasta para los Grandes Medios siempre estuvo claro que el nivel de vida de los pueblos libio y sirio era muy superior al de Egipto y Túnez. ¿De qué hablamos? Es mucho lo que no sé, pero igualmente presiento que no es más lo que me enseñas.

8-“En Siria hay bastante menos libertad de prensa que en el Egipto de Mubarak y la misma que en el Túnez de Ben Ali y nunca nadie de izquierdas se habría atrevido a negar el sofocamiento mediático de los egipcios y los tunecinos. ¿Por qué nos burlamos de los sirios?”

¿A qué llamas libertad de prensa, a que cualquiera que tenga el dinero necesario pueda fundar un órgano de información pública? No, no creo que pienses así, pero debo anotar que por esa facilidad que los Grandes Mercaderes tienen con las finanzas han creado el Imperio y por ello existen sus Grandes Medios. Y sé que también tú lo sabes. Nosotros no tenemos ninguno, porque Telesur, con intenciones de ser nuestro Gran Medio y que realmente lo creo más cercano a mí, también para ti es similar a Al Jazeera. ¿Estás igualando a Venezuela con Catar? Los matices, además de en los comunicados, es muy conveniente aclararlos en estos asuntos muy serios. No creo que ninguno de nosotros se burle de los sirios. Pienso que todos queremos a todos los pueblos, sólo que, en medio de tanta barbarie con que el Imperio quiere dominarlos, nosotros nos inclinamos contra esa tarea que al Imperio le falta por terminar, la que ya apunté cuando hoy día adopta el arma de la necesidad de un cambio de régimen donde más le conviene. ¿Israel no necesita ningún cambio? Para el Imperio, no, pero para mí, sí, así de sencillo, es mi primer deber: colaborar a que se haga otra selección, y antes de Siria podría nombrar a numerosísimos pueblos que están prácticamente olvidados por la libertad de prensa y que son los que realmente conviven con la peor de las dictaduras: las que les destruye el derecho a la vida. Entonces, aunque nos sea bastante enrevesado, nos deben interesar mucho los movimientos geo-estratégicos que nos rodean. Y sí, ¿por qué negártelo? Encuentro motivos superiores en las revueltas populares de Egipto y Túnez que en las de Libia y Siria. Incluso, si por invención me moviera, que no es el caso y en ese punto te escucho mucho, me atrevería a pregonar que la caída de Libia y el asesinato de Gadafi fueron planificados por las Potencias imperiales minuto a minuto.

9-“Si una invasión imperialista es una dictadura exterior, una dictadura es una forma de imperialismo interior”.

Otra vez volvemos a la selección hecha por el Imperio: no puede haber otra razón que la suya y cualquiera que se aparte de ella es…, lo que más le gusta denominar, una dictadura, y ahora tú la redondeas con que también es un imperialismo interior. ¿Acaso no es en estos momentos la dictadura del abandono que azota a los haitianos después del fatídico terremoto el mejor ejemplo dictatorial contra el que debe luchar todo el mundo? ¿Acaso no es el caos y el hambre del cuerno africano otro ejemplo de ferocidad dictatorial? Tanto el Imperio como sus Grandes Medios pregonan los horrores que existen allí. Pero nadie ha dicho que en esas zonas existe un imperialismo interior impuesto por el imperialismo exterior. Digámoslo nosotros si se nos ocurre usar ese concepto. De ahí que denunciar la selección del Imperio constituye una tarea de primer orden porque, sin ningún miedo, debemos aceptar que nosotros tenemos otra selección, no precisamente de fútbol, con la que nos alienan, sino de verdad y de justicia social que es el terreno donde queremos participar. Tenemos que luchar contra todas las dictaduras que nos avergüenzan como seres humanos cada día, pero no es el Imperio quien nos debe dirigir. Cuando hayamos resuelto esas dictaduras que tanto nos degradan, incluso algo reconocido por muchas voces cercanas al Imperio, nos ocuparemos de la mayor: el Primer Mundo en general, y más adelante, sin cortapisas, de las equivocaciones en que incurrimos nosotros. Si primero vemos nuestros errores, ahí nos devoraremos nosotros mismos, y es eso, digámoslo claro, lo que parece que has hecho tú con el mencionado comunicado. Imagino que tú no perteneces a esa Plataforma, yo tampoco, a ninguno nos llamaron para perfilar mejor la denuncia, ¿eso les quita valor? No, Santiago, aunque se hayan equivocado, según tu criterio, en los puntos tocados. Lo que más debemos robustecer está en que desde los más disímiles lugares y personas se levante la denuncia ante las acciones del Imperio. En otro artículo puedes exponer, para beneficio de todos, los tantísimos argumentos que te asaltan para que, según tus conocimientos, no nos equivoquemos tanto. Sería algo más acertado. No deben confundirse la lección y el sentimiento, ni la crítica con la condena a las guerras imperialistas, y sin ambigüedades, como muy bien tú señalas con esa consigna.

10-“El comunicado se refiere a continuación a las “reformas” y “amnistías” aprobadas por Bachar Al-Asad y de las que TVE tampoco habría hablado. Sería muy bueno, en aras de la paz y a fin de evitar una tragedia mayor, que el gobierno las aplicara y que satisficieran las demandas de los ciudadanos, pero tampoco indican nada acerca del régimen dictatorial, salvo que en efecto lo es. Las mismas promesas, con muchos menos muertos a sus espaldas, fueron hechas por Mubarak y Ben Ali y todos nos felicitamos entonces de la dignidad con que los tunecinos y egipcios las rechazaron para continuar luchando hasta el derrocamiento de los dictadores. Incluso en el caso de Marruecos, donde las protestas provocaron apenas una decena de víctimas, la izquierda ha denunciado la maniobra de Mohamed VI, su reforma constitucional galopada en diez días y la falsa legitimidad que ha obtenido de ella; y ha apoyado sin vacilaciones el boycot del movimiento 20-F a la convocatoria electoral. Sin duda sectores de la oposición siria en el exilio vinculados al CNS rechazan toda reforma y todo diálogo porque quieren precipitar una intervención exterior, pero eso ni ilumina favorablemente esas reformas tardías que van acompañadas de un aumento de la represión ni deslegitima a los revolucionarios que se niegan a aceptarlas por una combinación de justificada desconfianza y valerosa dignidad.”

Creo, con absoluta fidelidad a las ideas revolucionarias, que cualquier demanda para una intervención extranjera en Siria por fuerzas imperiales deslegitima totalmente a esos movimientos revolucionarios. No puedo evitar mi mayor rechazo a cualquier alianza con Hilary Clinton y mucho menos si esta se hace en nombre de una valerosa dignidad. No creo que a estas alturas un revolucionario no sepa ver a quiénes representa la Secretaria de Estado Norteamericana. Desde luego que tenemos que estar al lado de las justas reclamaciones de los pueblos, pero antes, no vaya a ser que nuestros enemigos nos agarren tomando el té, tenemos que marchar junto a los combatientes que luchan contra los intereses imperialistas. No tengo muy claro en este momento si el gobierno sirio lucha contra ellos, pero sí tengo clarísimo que es el Imperio quien más ganas le tiene al gobierno sirio y del Imperio no me fío “ni un tantico así”, como decía el Ché. De ahí que no me quede otra alternativa que apoyar al gobierno sirio. Después tendré que averiguar más y realizar los pertinentes análisis que ahora no me sirven de mucho. Ayudar al Imperio a terminar su tarea, jamás.

11-“Finalmente el comunicado reprocha al documental “alejarse completamente del rigor periodístico y de la contrastación de fuentes”. Es posible que así sea y comprendo la alergia frente a El País y el CNS y las reservas frente a Amnistía Internacional. Lo que me preocupa es que esa acusación y la versión de la Siria “democrática” que trata de dibujar la denuncia no se sostenga, a su vez, en ningún dato ni fuente contrastada, salvo en la superstición de que si El País dice algo es cierto lo contrario. Y, por supuesto, según queda de manifiesto, en la agencia oficial SANA, en el canal sirio Dunia y en el iraní Press-TV, fuentes interesadas de regímenes dictatoriales frente a las que deberíamos mostrar cuando menos el mismo espíritu crítico y el mismo escepticismo que frente a The New York Times o El Mundo. En vez de eso, las replican -las repican- los medios llamados alternativos que habían nacido precisamente como voz anticipada de otro mundo posible”.

Ese otro mundo posible no vendrá de la mano del Imperio y sus secuaces, de esto no me cabe ninguna duda. Con los demás, es cierto lo que dices, debemos tener también un espíritu crítico, pero eso sí, nunca el mismo, entre otras cosas porque los demás son los perseguidos por el Imperio. Y tocas a Irán, que parece ser el próximo país en que hay que cambiar el régimen, tal y como el Imperio lleva su selección. Bueno, ya dije que tal selectividad no la comparto y estoy seguro que tú tampoco, aunque me preocupe que te acerques tanto a ella. Y lo digo porque en una entrevista declaraste que desde la izquierda latinoamericana nos vienen ciertas manipulaciones que no te agradan, sobre todo porque “es una izquierda que en algunos países está en el poder”. ¿Es que acaso te agrada la selección hecha por el Imperio? No, tampoco puedo creerlo tratándose de ti, pero, es inquietante. Mera precaución, nada más, y tal vez, humildemente, un llamado de atención.

12-“Una de las particularidades de la verdad es que se puede hacer también un uso propagandístico de ella y estoy seguro de que TVE así lo ha hecho. Son muchos los medios dedicados en estos días a justificar, a partir de esta verdad degradada o tuneada, una intervención militar, aún no decidida, que sería una catástrofe para Siria y para toda la región, sobre todo para los que luchan desde dentro por la liberación de un yugo terrible y que podrían verse sometidos, como recuerda Bassam Haddad, a un yugo peor: “apoyar la desaparición del régimen sirio por todos los medios, incluida la intervención militar externa, es tremendamente insensato, especialmente si el objetivo es salvar vidas sirias o crear el marco para una vía de autodeterminación post-régimen” (http://rebelion.org/noticia.php?id=143492).”

Creo que esa es la esencia que anima a los compañeros que redactaron el comunicado: que no haya intervención imperialista en Siria. ¿Qué nos pasa? ¿Por qué nos dividimos tanto? En estos momentos tan complejos para la izquierda mundial sólo deberían prevalecer las esencias. Si nos vamos por las ramas sólo conseguiremos mayor desunión. No creo que nadie pueda estar interesado en ello. ¡Ya de por sí muchos revolucionarios se sienten tan débiles!

13-“El derecho de los pueblos a la autodeterminación frente al imperialismo interior no debe hacernos olvidar la dictadura global exterior que los amenaza. Las teocracias del Golfo y la OTAN, indiferentes a la suerte de los palestinos, los bahreiníes o los colombianos; los EEUU de los 70 vetos en el Consejo de Seguridad de la ONU y el millón de muertos en Iraq; las potencias occidentales que no dudan en sacrificar a sus propios pueblos en Europa y EEUU sólo pueden agravar la suerte ya trágica de Siria. Nuestra solidaridad con su pueblo rebelde incluye necesariamente nuestra inquebrantable oposición a todos los que tratan de impedir la decisión soberana sobre su propio destino.”

De acuerdo, Santiago, pero creí que en el párrafo anterior ya habíamos alcanzado un primer acuerdo, precisamente por todo esto que apuntas antes de decir sobre nuestra solidaridad con el pueblo rebelde de Siria a decidir su destino. Lo primero es lo primero, después llegará lo segundo. Y por supuesto que toda la solidaridad les llegará a los sirios, la misma que enviamos a todos los pueblos y a todos los revolucionarios que sepan ver más allá de la situación particular en que se encuentran. No puede olvidarse que por nosotros esperan millones de hambrientos, no de libertades y confort, sino del pan elemental de cada día. Que alguien tiene que esperar un poco, al menos intentando solucionar sus problemas sin injerencias externas, es lo único que por ahora nos cabe defender. Es cierto que en tal espera se nos puede ir la vida individual y legítima que a todos nos corresponde vivir, es triste, pero cuando pienso en las tantísimas tristezas que nos circundan sólo me queda preguntarme qué hago con mi tiempo de vida. Podría silenciarme ante las múltiples confusiones y dedicarme al disfrute elegido en la orilla de la playa más tranquila, podría olvidarme hasta de Cuba, y claro está, también de Libia, Siria, Irán, Venezuela, de ti, pero sucede que mi mayor goce se extiende sin reparos en la lucha anti-imperialista. A ello, a escala global, dedico lo que me queda por vivir. Pienso, sin una gota de indiferencia a nadie, que mientras no derrotemos a este Imperio nos crecerán las imperfecciones.

14-“Frente a la verdad rebajada a propaganda, es necesario denunciar enérgicamente la hipocresía y señalar con vigor qué cajas puede descerrajar y qué fosas puede abrir, pero ninguna manipulación por nuestra parte -ninguna propaganda invertida- podrá impedir la intervención en Siria, si es que está ya decidida, y aún menos dignificar la causa de los que nos oponemos a ella”.

Seguimos acompañándonos, es nuestro máximo deber.

15-“El caso del comunicado no es más que una gota en un aguacero. Lamentablemente, algunos sectores de la izquierda consideran que imperialismo y anti-imperialismo son solo dos formas diferentes y enfrentadas de mentir y dominar al otro. No es así: ninguna mentira puede ayudar a fabricar hombres sinceros y ninguna dictadura puede ayudar a construir hombres libres”.

No, Santiago, no creo que ningún compañero realmente de izquierda crea que imperialismo y anti-imperialismo son sólo dos formas diferentes y enfrentadas de mentir y dominar al otro. Son dos formas de ver la vida muy bien diferenciadas, y no precisamente por mentir y dominar al otro, sino porque es el imperialismo el que más nos miente y nos domina. No queremos mentir, pero no queremos jugar con él a la verdad –ya sabemos cuál es la suya-, y tampoco queremos dominarlo para tenerlo como esclavo –que es como él nos tiene-, aunque sí nos agradaría mucho que desapareciera y así habremos terminado, por ahora, con la falsa verdad que lo sostiene y con la esclavitud en que cree que puede alcanzarse la felicidad. Para evitar cualquier acercamiento a esa posición que tú crees ver en algunos sectores de la izquierda es que debemos acompañarnos más de lo que usualmente lo hacemos. No hay otra vía. O nos unimos o nos extinguimos. Y extinguirnos, como muy bien tú sabes, sería la verdadera mentira y la mayor ampliación de la dictadura del Imperio que, esencialmente, es el mayor impedimento a que seamos hombres sinceros y libres en cualquiera de los países que nos toque vivir.

16-“Sólo la verdad y la justicia social son realmente anti-imperialistas”.

¿Qué verdad, Santiago, sí, qué verdad?, porque ya sabemos que no hay solamente una, e igual con la justicia social. Ya has dicho cuál es la verdad tendenciosa de los Grandes Medios, y ya sabemos, por Haití, el cuerno africano y por tantos pueblos tercermundistas ahogándose en la desesperación, en qué consiste la justicia social que pregona el Imperio. Incluso ya esa verdad y esa justicia social que podrías ensalzar se están transformando en muchos países europeos con la crisis. Se ve claramente la intención de empobrecer y debilitar a sus pueblos. Entonces debemos estar muy claros en cuál es la verdad y en qué consiste la justicia social que son realmente anti-imperialistas. No podemos olvidar que ni la verdad ni la justicia social son concepciones abstractas y plenas de arrobamiento romántico. Nada de eso. Se trata del último fin de tanta gente que padece la voracidad insaciable del Imperio y a la que debemos responder concretamente fanáticos: ¿todos comemos, todos nos curamos de las diversas enfermedades, todos estamos educándonos? Luego vienen las ampliaciones. Todavía en este martirizado planeta existen millones de seres humanos que no comen lo suficiente, que no tienen medicinas, que no se educan, que no saben qué cosa es una sonrisa y mucho menos qué es la verdad y la justicia social. Si empezamos por los conceptos no habrá cuerpo que los resista. ¿O es que sólo debe animarnos el alto bienestar que cada uno de nosotros y algunos de nuestros pueblos han alcanzado? Sabemos que tales niveles de vida son insostenibles. ¿Será cierto que tal bienestar nos puede hacer imperialistas? Parece como si hicieras Arte con la vida. Nuestro inmenso José Martí decía: “La justicia primero, el Arte después”. Creo que tal sentencia define la más exacta posición anti-imperialista.

17-“Los tiempos cambian; son, como decía Fidel, “enteramente nuevos”. Para invadir Iraq hacía falta mentir -la patraña de las armas de destrucción masiva- y frente a las mentiras de EEUU y la UE los anti-imperialistas nos defendíamos diciendo la verdad, gracias a la cual se debilitaron los medios capitalistas y se robustecieron los nuestros. El problema es que para intervenir en Siria -si finalmente ocurre- habrá bastado con decir, y degradar, la verdad: que hay allí una dictadura feroz y que una parte del pueblo se ha levantado contra ella. ¿Nuestra defensa será entonces la mentira? Si no se nos ocurre ningún otro recurso, entonces es seguro que vamos a perder no sólo esta batalla sino también todas las venideras”.

No, Santiago, nuestra causa contra la guerra imperialista no es el camino de la mentira, sino el de la lucha, como dijo Fidel en ese encuentro en que tú participaste en La Habana y donde pudiste hablarle y aplaudirle, como haríamos todos los revolucionarios del mundo. Y ya que estamos en estos avatares de la verdad, la justicia social y tantos otros temas de explicación cada vez más complejos y soy cubano, y un ferviente defensor de la Revolución Cubana, a pesar de sus numerosos errores (que un buen amigo y prestigioso escritor cubano residente en la isla ha llamado “horrores”), debía tomarme la licencia para aclararte algunas incógnitas que tus palabras pueden provocar, pero, no, no creo que seas un ingenuo al hablar de Cuba. Es que a veces pienso que ser revolucionario hoy día es muy difícil, dificilísimo, tanto, que puede afirmarse que somos las criaturas más contradictorias e imperfectas de todo el universo. Quizás sea esa nuestra mayor maravilla, nos hace más humanos, porque la Derecha se muestra tan perfecta y tan espectacular en sus definiciones que verdaderamente suena de forma rimbombante en el circo de las enajenaciones, algo fácilmente comprobable por estos días, en que Madrid y Barcelona se pelean por agradar a un millonario norteamericano para que invierta su dinero en el futuro Eurovegas en sus territorios. Las dos administraciones autonómicas se disputan el negocio, aunque ello signifique violar todas las verdades y justicias conquistadas por los trabajadores españoles y tantas otras cosas que para estos señores sólo son lindeces pasadas de moda. En Cuba, posiblemente, después de oír las condiciones planteadas por este señor para realizar la inversión, le dirían que se esperara un momento, el tiempo justo para llamar a la policía, que lo detuvieran, que lo condujeran a un hospital psiquiátrico y le confiscaran todo su dinero. Claro, por eso dicen que allá tenemos una dictadura y no dicen que aquí la dictadura la tiene este señor, en fin, estoy seguro, amigo mío, que en estas grandes y complejísimas batallas podremos contar con tu compañía. Te agradezco más de lo que puedas imaginarte –y conmigo muchos-, que no te apartes de nosotros, aunque a veces debas añadir algún matiz a nuestros apresurados comunicados por evitar el silencio ante otra guerra imperialista. Justa y verdaderamente tu valor y el nuestro se emparentan mientras nos acompañemos siempre.

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