viernes, 30 de noviembre de 2012

Carta Abierta a los Partidos Políticos del Parlament de Catalunya





Apreciados diputados que van a representarme

No será mi voz, ni la de los millones de seres humanos que vivimos en Catalunya, la más divulgada por nuestros Medios. La que más conoceremos corresponderá a los intereses que, por diversas razones, tienen los propietarios o responsables de esos Medios. En ustedes está, por su situación en la Política que tenemos, la posibilidad de representarnos a todos y entregarnos la suerte de creer en vuestras palabras.

Prácticamente todos los partidos políticos representados en el Parlament Català han luchado y nos dicen seguir luchando, con mayor o menor fuerza y según sus concepciones de la vida en común, por la más completa y posible liberación del ser humano de todas sus opresiones. Ahora viviremos una nueva experiencia en cuanto a los asuntos que más nos preocupan: la liberación social y la liberación nacional. Creo que ambas cosas han de ir juntas. Ninguna podrá avanzar mucho si pretende ir sola. 

Con ese ímpetu ha entrado al Parlament otra fuerza: la CUP. Parecería que es una fuerza nueva, pero, no, debo decirles que es una fuerza que viene desde muy lejos, desde lo más antiguo del ser humano: las grandes ansias de su liberación. Dice la CUP que será el caballo de Troya del pueblo. No creo que lo digan por ilusos o advenedizos. Creo que lo dicen porque es el sentimiento generalizado –a pesar de no demostrarse en las urnas-, de aquellos que están más concienciados con la realidad del mundo o de los que se encuentran más oprimidos. Y ya en estos momentos estar concienciado y no poder hacer nada o estar oprimido reflejan la misma falta de liberación. Si la CUP y los demás Partidos Políticos no cuidan ese caballo de Troya que tanta falta nos hace, la Historia nos pasará la cuenta de forma bastante demoledora.

Creo que las personas de hoy día están obligadas a defender su derecho a la vida y su derecho a vivir plenamente su diversidad cultural. Creo que, más que nunca, se hace imperativo frenar la colonización uniformada del espíritu humano que está en marcha. 

La independencia de hoy, ahora, no puede ser cambiar de nombre un territorio. Ahora todo ha cambiado o va en vías de cambiarse. Cada vez más los pueblos y sus miembros tienden a unirse, a mezclarse, y nadie resiste las imposiciones. Sólo tendrá valor lo que impulse los nuevos valores de la vida, que no podrán ser las habilidades del dinero ni de las conquistas. El máximo valor será la gran diversidad que contenemos y que todos habremos de proteger. 

Más tarde o más temprano nos daremos cuenta de que vamos hacia la verdadera y única independencia posible: la de cada ser humano que tengamos delante, sea danés, guatemalteco, nigeriano o vietnamita. Y no importará si vives en Europa o en África, si perteneces a la Unión Europea o a la Unión Africana. Sólo importará si tienes deseos de paz, de compartir los bienes y de apasionarte con las buenas características de los demás.

Uno de los referentes más coherentes que tenemos en Catalunya es el economista Arcadi Oliveres. Divulgar sus sabias palabras es lo más consecuente que puedo sentir para llenar mi voz y terminar mi petición.