domingo, 19 de octubre de 2014

El 9N entra en el debate




Muchos creían, y aún otros muchos seguimos creyendo que el 9N Catalunya realizará un gesto entre nosotros de gran valor contra el Sistema Capitalista y sus inmensas dotes para continuar enajenando a los pueblos mediante la corrupción que entraña este Sistema. En el Procés Constituent, uno de los proyectos más limpios, a pesar de su escasísimo poder o tal vez por eso, y con un cero de posibilidades para la manipulación de las personas en la actualidad catalana, seguimos sin arribar a los 50 mil adheridos, pero todavía pensamos que es posible la esperanza para cambiarlo todo.

¿Qué piensa la sociedad catalana instalada en el Sistema del Bienestar del Primer Mundo? ¿Acaso los independentistas, los del sólo derecho a decidir, las izquierdas divididas -como siempre- y las derechas en el Poder Español y Catalán piensan que todo se remite a celebrar la fiesta de la movilización, de la ley, la democracia, la soberanía popular o la paz de las necesidades colectivas? ¿Es que el cambio del Mundo lo podremos hacer yéndonos de camping e ignorando que tenemos grandes adversarios? Mucho se hablará de todo ello en los próximos días. Todo parece posible si finalmente podemos efectuar el encuentro popular esperado sean cuales sean las condiciones de su realización. Al fin, el 9N entra al debate. Parece que los que queremos votar en la Consulta ya no estaremos tan juntos en los argumentos para participar en el Proceso Participativo recién anunciado por Mas como Consulta. No obstante, los que iremos a votar sabemos que tal hecho constituirá una de las más grandes reacciones contra la corrupción del Sistema en que vivimos y que vale la pena debatir todo lo que hay que aclarar y cambiar.

El panorama es claro. CIU, con un Artur Mas que no puede avanzar más allá de donde ha ido y aún sin contar con la simpatía de muchos, es el bando del aumento de competencias autonómicas o de la independencia a su tiempo, legal, ordenada, tranquila, pactada con España y que aún en su carácter decimonónico y descafeinado ya contentaría a muchísimos y a la que tanto, a pesar de todo, contribuyó Jordi Pujol y toda su corrupta herencia expuesta al arbitraje del Poder Popular. “¿Qué más quieren en estos tiempos que corren, con las fuerzas que tenemos y con una sociedad donde mayoritariamente no se quiere prescindir de estar en la Unión Europea y ni pensar en ser algo parecido a Cuba, Venezuela, Ecuador o Bolivia y ni siquiera Kosovo, Portugal o Grecia? No, aquí queremos ser un país normal, pero de éxito, con una normalidad semejante a la de Dinamarca o Austria”, podría decir el flamante President de la Generalitat a todos aquellos que se le unieron en un bloque soberanista y a los que queremos participar del correcto desenvolvimiento de nuestra sociedad. Ante esto el bando de ERC, aunque a Oriol Junqueras se le corte la voz y pida “por favor, no perder tiempo”, realmente no puede decir mucho, salvo pedir elecciones plebiscitarias con urgencia al constatar que la nueva consulta no contó con su apoyo y seguidamente apuntar a todos sus diputados como voluntarios en el Proceso Participativo de Mas. Todo corre al ritmo calculado. CIU gobierna y ERC le ofrece soporte. Hay que recordar que fue el mismo Junqueras, con mano firme, el que firmó un pacto de estabilidad gubernamental con CIU, ¿qué pensaba ERC de su socio? Mientras cientos de familias residentes en Catalunya eran desahuciadas brutalmente de sus viviendas y la pobreza crecía, ERC sólo buscó resquicios legales para paliar los problemas. CIU ha hecho lo mismo con la Consulta. El que gobierna decide, y si ERC en aras de su pacto de estabilidad, mediante el apoyo o la abstención conveniente a las medidas neoliberales de CIU, puso a un lado sus tradicionales reivindicaciones sociales en pro de imaginarse el triunfo de su camino liberador, ¿qué fuerzas la impulsarían ahora a la desobediencia a las leyes para exigir la realización de la Consulta pactada? Está muy claro: muy pocas y nada prometedoras para sus objetivos centrales. Los principios de ERC están en la independencia por encima de cualquier otro orden y así han actuado y seguirán actuando ya sea con urgencias o con silencios.

En ese otro orden del que se ha apartado ERC se encuentran Iniciativa y la CUP, organizaciones políticas bastante conscientes de que los problemas de la vida están por encima de cualquier otro principio. Ya Iniciativa ha dicho que el 9N se movilizará, pero no ofreciendo legitimidad a la nueva Consulta, pues se siente que la han utilizado y que tal formación no es ingenua. Para ello debemos recordar que a principios de la actual legislatura el propio Joan Herrera le expresó a Mas: “el problema es que yo no creo en usted”. Si desde el principio tuvo esa percepción, ¿cuál es el desengaño actual? Quizás podría pensarse que Iniciativa sí ha sido muy ingenua. En cuanto a la CUP, totalmente coherente en sus exigencias sociales de corte bien radical, asume todas las responsabilidades por desobedecer a las leyes, pero, ¿será necesario? Parece que no, ¿quién le habría dicho a David Fernández a su llegada al Parlament que un día estaría en la galería gótica de la Generalitat junto a la mayor parte de la familia política del país aplaudiendo la firma por Mas del decreto de convocatoria de la Consulta? Alli estaba el magnífico David junto a algunos de los que, en gran medida, él mismo acusó de reprimir violentamente las acampadas del 15M en Plaça Catalunya. En fin, el ser humano está lleno de sorpresas. La CUP, aunque también ha expresado haber sido engañada, no rechaza del todo la nueva propuesta de Mas y analiza qué hará el 9N. Así, tanto Iniciativa como la CUP, a pesar de sus discrepancias con Mas, serán consecuentes con el clamor de participar activamente el 9N. Todos los residentes en Catalunya habríamos de estar en guardia ante las soluciones que tendremos a la mesa a partir del 10 de noviembre.

Mientras tanto, la Asamblea Nacional Catalana y Omnium Cultural, las mayores fuerzas de inspiración popular-catalanista y con rasgos que hacen pensar en el pacto de apoyo entre ERC y CIU, pero al revés en la gobernanza, y con el apoyo total para sus convocatorias de todo el aparato de poder de CIU y ERC, han dicho que se posicionarán este domingo en una concentración en Plaça Catalunya sobre su participación en la Consulta, y aunque ya han anunciado condiciones muy parecidas a las de ERC, cabe esperar que también se inscribirán todos como voluntarios en el Proceso Participativo de Mas. También la Asamblea expone su disposición a modificar sus estatutos y entrar en la Política. Ya TV3, la cadena de tv más influyente en Catalunya, con su desenfadada contribución a favor del independentismo sin fisuras, nos harán llegar la divulgación completa y todo lo que haga falta para priorizar su opción política por encima de las grandes ansias de todos los que sufren gravemente la crisis sistémica que vivimos en España y que lo sobrepasa todo. Ya lo vimos cuando, como si no fuera lo suyo, TV3 no trasmitió el bellísimo acto de solidaridad entre los pueblos de España y la imprescindible unidad de la clase trabajadora que, organizado por el Procés Constituent, celebramos en la Diagonal y el Paseo de Gracia de Barcelona durante la última Diada. Ello será un gran motivo para interpelarnos el próximo 9N. Con lo que manifieste este domingo la ANC se hará una buena recogida de leña para el debate. Pensemos que primarán los acordes más realistas y los espíritus más honestos. Resulta muy transparente que todos los que vivimos en Catalunya y que queremos votar el 9N queremos hacerlo con absoluta normalidad y sin ninguna manipulación, sea una Consulta o un Proceso Participativo, sea para enaltecer el triunfo de la estrategia de Artur Mas y CIU o para entender cabalmente cuál es nuestra realidad y las condiciones revolucionarias del pueblo al que pertenecemos. El debate está en nuestras manos y deberíamos aprovecharlo en toda su magistral amplitud, incluyendo esa parte fundamental de reivindicación nacional tan popular y tan legítima que vibra en los mayoritarios sentimientos del pueblo catalán. Abordar el mayor conjunto de factores presentes nos confirma que no hay otra alternativa para seguir imaginando que el Mundo ha de cambiarse y que ello incluso puede ser posible de la forma menos imaginable.

Calella, 18 de octubre de 2014