domingo, 12 de julio de 2015

¿De qué independencia estamos hablando?


A través del ministro alemán de Finanzas nos estamos enterando del Grexit -una salida temporal de Grecia del euro durante 5 años- que Europa está barajando para el pueblo heleno. Y así lo recoge el diario “La Vanguardia” de hoy domingo 12 de julio planteando estas condiciones:

“Una medida, que Schäuble sí planteó el sábado en Bruselas, sería ubicar en un fondo independiente empresas y otros activos por valor de 50.000 millones de euros, que ese fondo se encargaría de ir privatizando y de destinar las ganancias a saldar la deuda nacional. Una segunda medida sería reformar la administración pública bajo la supervisión de la Comisión Europea. La tercera tarea consistiría en legislar para que haya recortes automáticos en el gasto público si no se cumplen los objetivos de déficit. También señala que se acompañaría de "asistencia humanitaria y técnica" para Grecia y sus ciudadanos en tanto que país miembro de la Unión Europea.”

El diario, como no podía ser de otra forma, expresa el encubierto interés en que toda esta situación se estaba moviendo y que apenas conocíamos. Sencillamente hubo rescates anteriores a Grecia para cobrarlos como los prestamistas deseaban: la privatización del país y llevarse las ganancias; decidir cómo debe ser la administración pública griega de forma que posibilite, a partir de nuevos préstamos, continuar el expolio del país; establecer recortes automáticos en el gasto público para empobrecer aún más al pueblo griego. Y después de haber logrado retrotraer al país a colonia de los acreedores, ofrecerle “asistencia humanitaria y técnica” para que NUNCA vuelva a imaginarse que es una nación independiente y soberana, para que el mal de Grecia sirva de ejemplo a todos los países que puedan ocurrirsele la fantasía de separarse del Sistema que procura estas “bondades” a los pueblos condenados a ser esclavos. Puede resultar de una claridad irrefutable que este haya sido a largo plazo el objetivo de la fundación del euro e incluso la creación de la Unión Europea con principios neoliberales. ¿Es ahí donde queremos estar? Evidentemente en Catalunya no se dan las condiciones para una revolución que nos liberara de tales procesos como quisieran el Procés Constituent y la CUP. ¿Cuáles son nuestras condiciones? ¿Podremos llegar a ser como Austria o Dinamarca, como constantemente nos dice el President, cuando ninguno de estos países ni ningún otro de Europa se ha mostrado a favor de nuestras luchas y con machacona persistencia nos dicen que nos arreglemos con España? Y si al final nos arreglamos, como parece ser el camino que nos han escogido, ¿significará la abultada deuda de la Generalitat la Grecia que nos espera? Muy serios asuntos nos interpelan si deseamos seguir manteniendo el pulso independentista, pero, por la dignidad que saboreamos en estos útimos años de esperanzadores entusiasmos, sólo llenándonos de contenidos liberadores podremos seguir en pie.


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