Mientras no cambiemos a la Unión Europea...

Como podemos deducir, Grecia no podrá pagar su deuda y mucho menos el nuevo préstamo que se le hará. Todo este manejo ficticio de “préstamos” y “cobros” a Grecia que está realizando la Unión Europea no es más que la “astuta” manera que tiene el Capital para empobrecer aún más a los pueblos con la complicidad de los políticos que aprueban la Unión Europea que tenemos. Sabemos que el nuevo prétamo engrosará aún más la deuda griega y aumentará el nivel del nuevo neo-coloniaje con el pueblo heleno. Pero, además de Grecia, por ese camino también van los demás pueblos de esta Europa.

Distintos parlamentos están “discutiendo” si aprueban el nuevo préstamo a Grecia. España no tenía que hacerlo, pero el gobierno “ha querido” hacerlo, ya que serán “los contribuyentes españoles” los que finalmente habrán de pagar el préstamo a través de nuevos recortes en la vida de la clase trabajadora y quiere el gobierno que todos los grupos políticos “se retraten” con la decisión que tomen. Si el préstamo fuera realmente al pueblo griego no habría nada que discutir, pues precisamente una Europa solidaria es lo que buscamos, pero, no, el préstamo a Grecia no es para el pueblo griego, el llamado “préstamo” a Grecia es para pagar a los Bancos Transnacionales lo que estos mismos provocaron endeudando a Grecia. O sea, el nuevo “préstamo” no sólo va contra Grecia, sino que va contra todos los pueblos de Europa que han sido endeudados por los propios Bancos que, a través de muchos de nuestros políticos, seguirán exigiéndonos más aceptación del austericidio que padecemos. Mientras no cambiemos a la Unión Europea que tenemos no hay otra cosa imprescindible que cambiar. ¿Quién, que se precie de pensar, puede enarbolar como un Bien Común pertenecer a esta Unión Europea del Capital? Sí que será difícil y exigente de mucha resistencia en los pueblos poder cambiarla, pero los gobiernos y los pueblos que no se lo propongan se expondrán a su propia desintegración. Hoy, viernes 17 de julio, BBC Mundo publica una entrevista al reconocido filósofo esloveno Slavoj Zizek sobre la crisis griega donde aparecen 3 preguntas y 3 respuestas fundamentales.

¿Qué piensa del acuerdo entre Grecia y la UE para el rescate financiero de ese país? ¿Mejora o agrava la situación?

No sólo no resuelve el problema, sino que además lo empeora. Y no se necesita ser un izquierdista para decir esto. ¡Por dios! El representante del capital cruel y racional, el FMI, lo ha reconocido: Europa, no Grecia, vive en una ficción. La deuda griega es totalmente insostenible. Todos saben que los griegos nunca serán capaces de pagar. Y si este rescate sigue adelante, se darán otros 86.000 millones de euros a Grecia que no irán realmente al país, sino a bancos de Europa occidental. A nadie le importan los griegos de a pie. A los burócratas europeos no les interesa ayudar a Grecia; lo único que quieren rescatar es a sus propios bancos. Un 90% de ese dinero terminará regresando a Europa occidental.

¿Perdió la UE una gran oportunidad de demostrar que puede ser más humana que tecnocrática, como dicen algunos críticos?

No es necesario que lloren por los griegos, que se lamenten por su drama humano. Pero podrían haber aprovechado la crisis griega como una oportunidad para repensar los fundamentos de sus políticas económicas. Se necesitaba un cambio de paradigma, pero en su lugar optaron por seguir las mismas políticas de siempre. En la madrugada de este jueves toda la atención estaba puesta en el Parlamento griego en Atenas. Pero ellos en realidad no podían hacer nada, estaban acorralados. Tuvieron que aceptar el rescate porque sabían que si no lo aceptaban, en dos o tres semanas tendrían una catástrofe humanitaria, escasez de alimentos y medicinas, desorden público… Simplemente no tenían alternativa.

¿Ha entregado Grecia su soberanía fiscal y política?

Sí, pero no sólo a Grecia le ha pasado. ¿Quién tiene soberanía hoy a excepción de algunas potencias globales? ¿Piensas que por ejemplo mi país, Eslovenia, un paisito de mierda, tiene alguna soberanía? Ni España, ni otras naciones más grandes. La era de la soberanía tradicional se ha acabado.