martes, 4 de agosto de 2015

Avanzamos, sí, avanzamos empantanados hasta la próxima ocasión


El gran cantautor cubano Silvio Rodríguez recibe un premio de la organización “Cuba Posible” por su actuación en los barrios marginales. Fernando Ravsberg lo recoge en su blog y alguien comenta:

“Ray dice:
Como “La historia me absolverá”, las canciones de Silvio se van convirtiendo en el tiempo una condena para sus autores y después de medio siglo se hace y logra todo lo contrario de lo que se dijo:
SR (1971). Y para seguir con el cancionero puedo decir que “Lo que no le perdono”, es haber apoyado “con tanta alevosía” a los culpables de la miseria en que millones de cubanos viven actualmente y hacerse el desentendido de esa responsabilidad.”
Seguidamente, “Fernando Ravsberg dice:
Ray, no seas extremista, ¿qué pasaría si te juzgáramos a ti por lo que dijiste hasce 35 años? Ten en cuenta que quien le hace el reconocimiento es una organización no gubernamental. Y yo creo realmente que ha sido una persona consecuente, fíjate que se está gastando su propio dinero en giras por los barrios de conciertos gratuitos para visibilizar a los sectores mas pobres de la sociedad. Puede que él no piense como tú pero creo que merece respeto. Un abrazo.”
Por otra parte, la BBC publica parte del discurso de la aspirante a la presidencia de los Estados Unidos Hillary Clinton en Miami: “El embargo sobre Cuba se tiene que acabar de una vez por todas. (….) El papel jugado por EU en Cuba ha debilitado nuestra influencia en América Latina. (….) Ninguna región en el mundo es más importante para nuestra prosperidad y seguridad a largo plazo que América Latina. (….) América Latina es hogar de democracias vibrantes, clases medias en expansión, suministros energéticos abundantes y un PIB combinado de más de US$4 billones. (….) Debemos levantarnos para defender nuestros valores compartidos contra regímenes como el de Venezuela. Estados Unidos necesita ser líder en América Latina.”

Mientras eso sucede, Silvio tiene escrito en su blog, refiriéndose a su asistencia al izamiento de la bandera cubana en Washington, un conmovedor artículo que termina así: “Me pregunté cómo hubiera sido la vida si nuestros vecinos, en vez de hostiles, hubieran sido comprensivos. Me pregunté cómo hubiera sido no sólo la existencia de los que abrazamos la Revolución, entendiendo que así defendíamos a nuestra Patria, sino también la de los que escogieron el camino opuesto. Cuán diferente hubiera resultado la suerte de todos. En qué clase de mundo viviríamos hoy, si aquella vez hubiéramos logrado entendernos. Fue muy fuerte lo que sentí ayer cuando al fin me senté, creía yo, a continuar mi trabajo. Fue como si toda mi vida, mis padres, mis hijos, los hijos de mis hijos, mis canciones y todo lo que existe fueran el resultado de un albur. Qué extraño sentimiento. Y pensé si acaso estaremos viviendo el comienzo de otra oportunidad. ¿De qué manera nos condicionará? ¿Para hacernos mañana qué tipo de preguntas? Interrogantes que inevitablemente afloran.”
Sin duda, una inmensa mayoría de cubanos sentimos en ese momento un gran júbilo por lo conseguido y un gran dolor por lo que no conseguimos. Y nos hicimos múltiples preguntas. Uniendo los hechos nombrados yo me pregunto qué debo perdonarle a Ray. Igualmente me pregunto qué tiempos debo juzgarle a Ravsberg. Y también me pregunto por qué los Estados Unidos no son distintos con Venezuela a como fueron con Cuba. Todo ello me explica el sentimiento que tuve al mirar izar mi bandera. Por delante quedan muchas luchas para que, entre otras cosas, ningún cubano viva en un barrio marginal. Así me convenzo de que ni Ray, ni Ravsberg, ni los Estados Unidos, mientras no cambien en sí mismos, creerán en “el comienzo de otra oportunidad” para nuestras luchas que vislumbra Silvio esperanzado. Ray nos condena con nulas posibilidades para entendernos, Ravsberg nos juzga como de ideas superadas, y el último, sencillamente..., sostiene el tinglado. ¿Cuáles son las “interrogantes que inevitablemente afloran” para Cuba, Venezuela y toda Nuestra América? ¿Tenemos opciones? Como dice Silvio, “es un extraño sentimiento”. Pero los hechos son uno solo: avanzamos, sí, pero avanzamos empantanados hasta la próxima ocasión y está demás que lo diga: todos lo sabemos. Tal vez sea esa “la oportunidad”: ir avanzando sabiendo mucho mejor sobre los pantanos en que nos ponen y que hay que cruzar y vencer. Y no será “un albur” lo que nos pase. Nos pasará la vida por nuestras respuestas y cada cual vivirá con ellas según la elección que haga en su única oportunidad: “yo me muero como viví”. “¿El necio?” De todas maneras me pondrán un nombre, pues mejor me lo escojo yo y qué maravilla haber podido nombrarme en este pequeñísimo viaje de la vida: soy el que soy.



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