viernes, 21 de agosto de 2015

Por qué no hablar, por qué no participar, de la Política


Mientras “los políticos” se entretienen con la “Política”, buscan y proporcionan a “los no políticos”, es decir, la inmensa mayoría de la población, otros pasatiempos. Así, una parte cada vez mayor se enajena con el Fútbol, los reality show, la fortuna y la gran vida de los demás. Es enajenación, sí, pero también es sabiduría popular, porque para pasar el tiempo está montado todo el Sistema donde la real Política ni los reales políticos cuentan. De esta manera, “los políticos” nos hacen y nos deshacen en las tantísimas instituciones “sin ánimos de lucro” que crean cada vez con mayor rapidez y donde se “rompen” la cabeza discutiendo qué otra cosa más pueden hacer por “nosotros” sin que apenas nos enteremos, porque si bien es cierto que algunas veces podemos acceder al Parlamento de Estrasburgo, al Congreso o al Senado de Madrid, al Parlament de Catalunya o a los Plenos de los Ayuntamientos de los pueblos donde vivimos, todos sabemos que casi nunca tenemos tiempo o ganas de asistir a ver qué hay. Total, ¿para qué ver lo que luego los Medios se encargan de sintetizarnos lo que debemos saber para portarnos como buenos ciudadanos sin tener más problemas? Es que ya tenemos tantos por la sabia ocurrencia de
“los políticos”. Por eso unos eligen hablar y participar de las Artes, otros, de la familia, el trabajo -si lo tienen-, sus aficiones y la buena relación con amigos y vecinos. La Política es caso cerrado.

Habría que buscarle un trabajo a “los políticos”, un trabajo de verdad, cualquiera, pero uno donde pudieran generar buenas ideas para el propio trabajo que hacen, sus valores y sus consecuencias para el día a día del tiempo que se va irremediablemente mientras reímos o lloramos.

Hoy todos los Medios de Comunicación nos dicen que “CIU, ERC y la CUP están presionando a Ada Colau para que convoque un Pleno en el Ayuntamiento de Barcelona donde se discuta la adhesión de la ciudad a la Asociación de Municipios por la Independencia”, como si ya Catalunya entera no estuviera llena de esteladas y hay que obligar a Barcelona a unirse a una Asociación. Con tantos problemas reales de la gente que está enfrentando el grupo Barcelona en Comú que gobierna en el consistorio desde hace apenas 3 meses, ahora recibe otro que amenaza con romper la coalición por la justicia social que arribó a la institución. ¿No tienen estos “políticos” de la oposición algo en qué colaborar para mejorar la vida diaria de la gente que trabaja y le paga sus altos salarios para que hagan eso y no para satisfacer sus entrañables necesidades? Con la más alta precisión podría decirse que asistimos a un hecho lamentable, a otro hecho lamentable de “los políticos”. Todos sabemos, “los políticos y los no políticos”, que la independencia de Catalunya de España -y para muchos también de Bruselas si se quiere realmente la independencia-, es un tema muy sensible para gran parte de los catalanes y más bien que mal el resto de la población los hemos apoyado, pero, no es el único tema, pues hay muchísimos, y algunos muy asociados a ese, que revisten grandes contradicciones en la gente, ¿para qué entonces buscarle a ese gran tema mayores contradicciones de las que ya tiene? ¿Es que algunos no quieren que se resuelva? Esta actitud de CIU, ERC y la CUP presionando a la extraordinaria Barcelona en Comú es lo más semejante.

Cuando un pueblo no abre el caso cerrado de la Política, ese pueblo está condenado a no resolver ninguno de sus problemas, por más ingentes que sean. Lo vemos con el fracaso de “las revoluciones” árabes pilotadas por la OTAN, el fratricidio por el Maidan ucraniano provocado por los Estados Unidos y la Unión Europea, la turbulencia in crescendo de Grecia dirigida desde el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, la “plaga” -según el primer ministro inglés- de inmigrantes que “amenazan” en Calais, o “las alimañas” que son gaseadas en Macedonia antes de chocar con las alambradas de Hungría en su dirección a Alemania. Son los mayores impactos al status quo imperante en Europa. Todo esto es muy triste. Pues igualmente puede tornarse el otro gran impacto en Europa: el proceso soberanista catalán. Que Europa sea explicable en el siglo XXI depende de que todos abramos la Política.

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