martes, 6 de septiembre de 2016

"Que cada cual vaya a la suya" va contra todos

En nombre de la pluralidad al estilo capitalista muchos fracasaron al intentar romper la unidad lograda por el pueblo cubano. No creo que haya fruto en el pensamiento único, por demás imposible en su plena concepción humana, pero en el decir “que cada cual vaya a la suya”, de alguna manera se está buscando otra vez esa "pluralidad" falsa e ingenua que ni en los países más ricos obedece al sentido común.

Nadie lo duda, Cuba se propuso una pluralidad en la unidad. Y en mucho avanzó con independencia de quienes fueron o son sus mayores defensores. Que en las más difíciles circunstancias del proceso revolucionario, Cuba siga avanzando en sus transformaciones es un desafío gigantesco que a todos nos será complicado definir, pero los que creemos que en la pluralidad unida enarbolada sí existe libertad, democracia, un orden social justo y una apertura favorable al mundo, estamos obligados a redefinirla con nuevas ideas. Es la única imagen por la que el tiempo de la historia mira a Cuba y hasta para nosotros mismos, los cubanos, que viendo su posibilidad real o no, nos debatimos con algunos sonrojos. Que en nuestra pluralidad unida debemos ser sumamente cuidadosos para no dañar ninguna buena intención debe ser sagrado, pero que debemos ser igualmente exigentes con su existencia debe ser aún más divino. Lo contrario, ya lo sabemos todos, es cruzar el arco depredador que nos amenaza y donde solo dependerá de la sinuosidad en la suerte de cada cual la salvación de algo. Y esto no solo es válido para Cuba, sino para todo el mundo.

Las luchas por una vida digna individual y colectivamente no tienen nada que ver con rendir la unidad que nos formó. Pueden hacerse tantos cambios como sean necesarios, pero jamás la aceptación de “que cada cual vaya a la suya” es la clave de ninguna pluralidad ni de ningún cambio fructífero al que debemos correr. La unidad revolucionaria cubana se mantiene o la absurda “normalidad” del mundo nos perturbará hasta lo más insignificante que logramos.

(También publicado en El Periódico, Catalunya, bajo el título "En la pluralidad en la unidad cubana hay lugar para democracia y libertad")

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