lunes, 23 de septiembre de 2019

El derecho y el deber de vivir en paz (EEUU y los demás)

¿Para qué existen y sirven los organismos internacionales, la ONU, por ejemplo, y otros tantos de diversa índole en niveles regionales y nacionales? ¿Es que los derechos humanos, la legislación internacional u otros términos similares que el lenguaje ha bautizado como ejemplares, no pueden impedir que el presidente de los EEUU, sea cual sea, decida por todos si toma medidas militares contra Siria e Irán y condena a múltiples sufrimientos a Venezuela y a Cuba y todos los organismos creados y aceptados tienen que callarse y hasta a veces arrodillarse ante la nefasta decisión? La santa paciencia ante los imperios siempre ha tenido un límite con una conclusión: deben ser eliminados. El destino de la fiesta de la vida que nos hacemos todos, gústele o no a EEUU, nunca puede estar en manos de quien lo arroja al abismo como su propio suicidio.

domingo, 22 de septiembre de 2019

Últimos comentarios a 'El soroll de las abejas'

Queridos amigos, al ser de mi máximo interés el hacerles llegar la máxima paz sobre mi novela 'El soroll de las abejas' y al estar preparando una segunda edición que, hasta ahora, se mantiene en más de un 99% igual al texto ya publicado, les digo: estoy absolutamente satisfecho con mi obra, y para nada siento ninguna decepción, frustración o un cambio que deba dar en nuestra amistosa relación tan querida. Nunca he sentido esos sentimientos con nada de lo que he escrito ni hacia los criterios que generosamente me llegan. Todo lo que he escrito y publicado es el fruto de mi visión personal de la vida y del mundo que observo.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

L'escac i mat definitiu

¡Salvar a los presos independentistas catalanes porque con sus luchas pueden despertarse todos nuestros fantasmas! ¡Salvar a los Rosenberg porque se acerca una ola de fascismo y no basta con saber que nos llegará a todos!

Somos inocentes desde el instante en que crecemos con los descubrimientos de la ley que nos sojuzga. Defenderse de ella es un acto de paz y todas las personas y todos los pueblos han de ejercerlo frente a las mil formas que tiene la ley para culpabilizarnos. Y mucho más se ejerce si la única opción al conocimiento de que somos distintos es no creerlo y obedecer a la ley que lo obliga. Igual se ejerce si los Bancos, rescatados con dinero público, desahucian a nuestros vecinos y todos cargamos con sus angustias. Y también se ejerce al sentir que la ley nos pide calma y echa sobre nuestras conciencias a los muertos del Mediterráneo porque ya morían por el hambre, las enfermedades curables y las guerras que los consorcios del crimen transnacional les producían con sus expolios.