miércoles, 22 de mayo de 2013

El delirio en Amnistía Internacional




Al abrir la web oficial de Amnistía Internacional puedo leer en letras grandes:

El mundo puede cambiar, pero no va a cambiar solo

Luego sigo leyendo:

“Amnistía Internacional es una organización democrática e independiente que no acepta fondos que puedan comprometer su trabajo. Se financia exclusivamente gracias a las aportaciones de personas comprometidas con la idea de conseguir un mundo más justo. Tu colaboración, por pequeña que sea, es lo único que nos permite seguir defendiendo los derechos humanos, así como investigando y denunciando abusos que se cometen en todo el mundo. Hazte socio/a y apoya nuestro trabajo. Cuantos más seamos, más fuerza tendremos”.
A un lado de la página me dicen sobre la utilidad del dinero aportado a la organización:

“62% a Campañas, Respuesta a crisis y Sensibilización. 26% Aportación internacional al trabajo de investigación y campañas de Amnistía Internacional en todo el mundo”. O sea, el 88% de la recaudación dice estar dedicada, como se menciona en el párrafo anterior, a “la idea de conseguir un mundo más justo”, a “seguir defendiendo los derechos humanos” y a seguir “denunciando abusos que se cometen en el mundo”. 

Aunque me identifico con todos esos propósitos, no soy un colaborador monetario de esta entidad. No podría serlo. Soy, reiterando el slogan inicial en letras grandes, un luchador que sabe que “el mundo puede cambiar, pero no va a cambiar solo”. Por ello elijo unirme a los más consecuentes con ese slogan, a los que, enfrentados a miles de agresiones procedentes del Mundo Rico, insisten en que le mejoramiento humano es posible, y esos están, perseverantes, confundidos muchas veces, pero insistiendo junto a las luchas emprendidas por la Revolución Cubana en 1959. Sé que su proceso histórico no está carente de absurdos, errores y otras desacreditaciones. ¿Qué cubano no ha tenido contradicciones con su gobierno? Todos lo hemos criticado en numerosas ocasiones, pero la mayoría seguimos luchando por mejorar esa enorme tarea humana. No hay otra alternativa para quien sepa, por experiencias vividas en Cuba, en África y en América Latina, la gigantesca magnitud de la colaboración cubana por el máximo respeto a “los derechos humanos”, su constante batallar por “conseguir un mundo más justo” y su infatigable denuncia en todos los foros mundiales contra “los abusos que se cometen en el mundo”. Entonces, respondiendo a esa unidad elegida, me permito el derecho de señalar el error de Amnistía Internacional por su campaña contra Cuba a través del premio otorgado al documental “Voces prohibidas” en el reciente Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián, cuando allí mismo compitió un magnífico documental del 15M.

Muchos piensan que las intervenciones de la bloguera Yoani Sánchez en este documental ya no merecen tenerlas en cuenta y no es mi propósito hacerlo. El tiempo se ha encargado de envejecerlas, desmentirlas y que se vuelvan contra ella misma. Ya sabemos de la mendicidad sufrida en Miami por la madre del “mártir” Zapata, el suicidio en Canarias de uno de los ex prisioneros “políticos” cubanos que arribó a España en 2011 en busca de libertad, la brutal violencia que conoció la familia de otro de esos ex prisioneros “políticos” cuando fue desahuciada de su vivienda en Alicante al suspenderle el gobierno español las ayudas prometidas, el milagroso servicio médico cubano al salvar al huelguista Fariñas para que ahora, de visita en Miami, elogie el trabajo desestabilizador del gobierno norteamericano a través de la emisora anti-cubana Radio Martí. Y celebrándose aún la gira mundial de los “disidentes” cubanos, incluyendo a la propia bloguera, con sus publicitadas reuniones en Madrid, Washington y Miami junto a aquellos que más atacan “los derechos humanos” constatan las denuncias contra ellos del gobierno cubano. Y es que hasta la Iglesia Católica Cubana, una de las instituciones que más contradicciones ha tenido con el gobierno revolucionario, condenó a los cubanos y extranjeros que buscan desestabilizar al país. Así lo expresó el Suplemento Digital 230 de mayo de 2013, Espacio Laical, de la Arquidiócesis de La Habana: "Cuba tiene muchísimo que cambiar, pero los protagonistas de esos cambios no pueden ser los centros de poder de ciertos países fuertes e influyentes." Y por ello no aprueban que “determinadas personas, cubanas y extranjeras, insistan en pedirle a importantes centros de poder en el mundo que desestabilicen al gobierno cubano." Y eso es lo que están haciendo los "disidentes" de gira mundial, entre ellos la bloguera exaltada en el documental y Amnistía Internacional al premiar esta obra de “investigación”.

Estas verdades son suficientes para que el documental de Bárbara Miller no tenga la más mínima autoridad investigativa, pero muchos no conocen esas verdades que los Grandes Medios esconden. Como dije, no es mi propósito analizar el documental, sino que, como igual he señalado en numerosas ocasiones las torpezas del gobierno cubano, ahora señalo las de Amnistía Internacional por el delirio en que ha caído con premiaciones como esta. En el propio Festival compitió un magnifico reportaje del 15M, premiado por el jurado principal del evento y que Amnistía ignoró. ¿Es que Amnistía tiene mayor predilección por lo que pasa fuera de las fronteras del Primer Mundo? Podría señalársele que así no está cumpliendo seriamente con su propósito de defender “los derechos humanos” en todo el mundo. Al otorgarle su premio a este documental de tan bajo nivel de investigación y con tanta manipulación para desestabilizar a un país está promocionando su uso en campañas que van en contra de los magníficos propósitos que proclama la organización a nivel mundial. Cuando Cuba es torpe afecta a un grupo de personas. Cuando Amnistía Internacional es torpe afecta a todo un pueblo y al mismísimo orden internacional. ¿No conoce Amnistía esta responsabilidad con sus contribuyentes en todo el mundo?

Si a este tipo de acciones de “sensibilización” Amnistía Internacional dedica una gran parte de su presupuesto, ¿qué utilidad real tiene el dinero que podamos aportarle a esta entidad? No quisiera imaginar que las ideas de libertad, democracia y justicia que dijeron llevar los invasores de Irak y Afganistán, y que se han convertido en la mayor pesadilla de estos pueblos, hayan sido estimuladas por obras de investigación como este documental que Amnistía Internacional acaba de premiar. ¿La utilidad de los aportes monetarios está en el delirio?

No, realmente no quisiera imaginar a una organización como Amnistía Internacional mezclada con poderes que sólo han llevado la destrucción, el caos, la desesperación y la muerte a estos pueblos de Asia. No, no quiero imaginar que sus investigaciones se parezcan a la de los máximos violadores de los derechos humanos en el mundo. Pero la manipulación de la Opinión Pública es evidente. El documental premiado ya ha sido exhibido por la Televisión Española y seguramente seguirá su divulgación mundial. Tal pareciera que los grandes poderes van buscando, uno por uno, la desestabilización de todos aquellos países donde no impera su orden. Primero fue Irak y Afganistán. Después fue Libia. Mañana puede ser Siria, o Irán, o Venezuela, o Cuba. ¿Hacia dónde va el mundo por esa vía? Todos sabemos que tales formas nos alejan de “conseguir un mundo más justo”. ¿Ese es también el objetivo de Amnistía Internacional? No, reitero, no quiero imaginarlo y por eso denuncio, porque mirando “la realidad” de Cuba que refleja el documental premiado por Amnistía Internacional me ha hecho pensar en el infierno adonde nos han llevado “investigaciones” como estas.

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