domingo, 16 de mayo de 2021

En otro 15 M seguimos indignados…

              

No hicimos el amor y nos impusieron la guerra. La belleza no ocupó el poder y las ratas la devoraron. Y otra vez nos indignamos con nosotros mismos por no saber cómo es el ser humano que, a nuestro lado o un poco lejos, se duele de esta milenaria indignación: la nuestra y la de todos los que la padecemos. Cuba sigue bloqueada y Venezuela también. De Yemen apenas hablamos. En Egipto, a la orden de EEUU, manda el elegido, como en tantas otras tierras sagradas y profanas. No habrá paz ni tiempo para amarnos -nos dicen- y mientras el ave del paraíso se nos escapa libremente de las manos, oímos música para mirar a Gaza entre los muros de Israel, y casi no creyendo que cualquier día la ciudad desaparecerá y la oscuridad volverá a encerrarnos en una indignación demasiado infinita…

Realmente, hemos hecho mucho por el bien de todos, pero, evidentemente, no lo suficiente para insistir en amarnos y llevar la belleza al poder. Las ratas siguen venciéndonos. Parece ser el gran camino que nos ofrece el Sistema entre Facebook y Wikipedia. El Plan Bologna nos da el conocimiento con el que se amparan las Transnacionales en sus propios tribunales y donde los Parlamentos no tienen voz. Nos hacen olvidar que los libros y sus autores no adictos a las empresas, existen, como nosotros, seres humanos convertidos en pura información mercantil.

Entonces, ¿para qué existimos?, nos preguntamos muchas veces y en creciente proporción para que aumentemos con YouTube las diferencias en esa Izquierda, tan potente una vez, y que ahora, limadas las asperezas que naturalmente como seres humanos encarnamos con gusto, decidamos -porque es eso y no Coca-Cola o Pepsi- decidamos al fin y sin rodeos que Cuba importa, y también Venezuela, Yemen, Egipto, y tantos otros cielos amenazados por un algoritmo donde todos vivimos en Gaza y nos están matando con tanta facilidad como en Colombia. Exactamente como el Sistema quiere que olvidemos el camino para hacer el amor y no la guerra, para que confundamos el cántico de los Egos con el de llevar la belleza al poder.

Lo sabemos muy bien: no habrá ser humano sobreviviente si no hay Humanidad triunfante. Un gesto, basta un gesto para que de nuestras manos surja el Ave Fénix que todos hemos cuidado durante siglos. Ya es el tiempo para pararnos bien firmes frente a un mundo de tanto dolor, tristeza y fealdad. Una decisión que nos responda porqué estamos vivos y en otro 15 M seguimos indignados.


 


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