jueves, 12 de diciembre de 2013

¿Propuestas contra la corrupción en Cuba?



Muy leído es el blog de Fernando Ravsberg, el corresponsal de la BBC en Cuba, y en su reciente artículo “La corrupción en ríos revueltos” destaca a dos cubanos y argumenta su idea de la efectividad de la lucha contra la corrupción en la isla. Escribe el periodista: “El joven Roberto Peralo, del blog La Joven Cuba, recomienda al gobierno cubano que . Dice Roberto que y propone que se haga un balance de su patrimonio (de los funcionarios) con los gastos para compararlo con su salario… El destacado intelectual Noel Manzanares concuerda con la propuesta… El gobierno pidió el apoyo del pueblo pero cómo podría ayudar un ciudadano en la lucha contra la corrupción en medio de una oscuridad en la que no se distingue quien es quien. Roberto y Noel proponen una solución un tanto molesta pero muy efectiva.”

Podríamos estar de acuerdo. La corrupción hay que intentar llevarla a cero, perfecto, pero no pretendamos estar entre ángeles ni establecer una convivencia cuartelaria. Ningún país está habitado por seres divinos y mucho menos Cuba, obligada por las fuerzas dominantes en el mundo a realizar su proyecto social en constante persecución por sus enemigos. Si bien es cierto que la isla, por ser lo que es, se ve constantemente interpelada a mejorar la vida de sus habitantes, éstos no pueden definirse mediante las sospechas entre ellos. Podemos hacer todas las propuestas que estimemos, y muchas serán buenas, oportunas, necesarias, y otras serán sencillamente insustanciales o predispuestas a una absurda “cacería de brujas”. Cuando acorralemos a los corruptos todo marchará mejor, pero no creamos en la ingenuidad de confundir la existencia de la corrupción con la no existencia de las medidas que toma nuestro gobierno contra ella: las está tomando y las seguirá tomando en la misma medida que el país se normalice y que la ciudadanía completa se libre de las condiciones que pueden llevarla a la corrupción o a beneficiarse de ella. Y Ravsberg lo sabe, conoce el mundo y también algo más.

Para el Sistema Capitalista, para los grandes medios internacionales de la información dirigidos por los intereses de ese Sistema, para el gobierno norteamericano y para la contrarrevolución cubana “la corrupción en Cuba está en la existencia misma de la Revolución.” Eso, no está demás decirlo, nunca estará en nuestras concepciones.

Nuestro país es frágil en muchos aspectos, pero su mayor fragilidad está en su propia existencia como país muy diferente al resto del mundo. Por ello pienso que debemos tener mucha cautela en propuestas y argumentaciones de lucha. Ni es tan fácil la propuesta de Roberto ni es tan certera la argumentación de Fernando. Lo que sí es muy fácil y certero de imaginar es la euforia de nuestros enemigos ante una paranoia persecutoria entre nosotros mismos y que nos eliminemos sin pensar que pudimos confundirnos. No podemos descuidar que ello es parte de su estrategia para derrotarnos y ese es el camino que nunca debemos abonarle. El flagelo de la corrupción es bien complejo y debemos enfrentarlo desde nuestras peculiares circunstancias, sin buscar inexistentes campos celestiales ni propagar estériles campañas de recelos infundados. Todos sabemos con bastante precisión, como en cualquier país, quién es quién y por qué hace lo que hace sin ninguna, poca o mucha oscuridad. La corrupción nos daña, pero igual puede dañarnos equivocar el camino para combatirla. Combatamos la corrupción y luchemos por el país. Las dos cosas habrán de ir parejas si queremos proteger a la Revolución que defendemos.

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