martes, 7 de diciembre de 2010

La vergüenza del Pen Club Català

El Pen Club Català acaba de instituir el Premio Internacional Voz Libre y se lo ha entregado a uno de los disidentes cubanos por “su defensa de la libertad de expresión”. Él había sido liberado hacía unos meses y estaba instalado en Madrid, donde entre otras declaraciones afirmó que “sería una aberración retirar la Posición Común Europea contra Cuba que en 1996 logró el presidente español José María Aznar”. Una medida que intenta acorralar al país en la misma línea del bloqueo que sostiene Estados Unidos contra la isla. Son esas las aberraciones. ¿Puede ser Aznar el mejor interlocutor para el premiado?

Me encantaría que el Pen Club Català ayudara a este nuevo inmigrante, que lo ayudaran en su nueva vida, a encontrar un trabajo digno y salir adelante con su familia, como querría cualquier recién llegado, y no sólo por ser mi compatriota, para quien deseo lo mejor, sino porque tal ayuda es la que debería darse a todos aquellos que, por una u otra razón, arriban a un país capitalista con una crisis galopante y que, a pesar de ello, debe compartir sus bienestares con todos los necesitados. El cubano lo necesitará, igual que los africanos, otros latinoamericanos y todos aquellos de otras latitudes que nos llegan con una herida semejante a un poema o a un relato.

No tengo idea del significado del premio otorgado, y quiera Dios que sí signifique una ayuda real y que no se quede en la algarabía pública con que el Pen Club Català se integraría al cortejo de denuncias contra Cuba y a los reconocimientos a disidentes cubanos. Ya es común observar cómo últimamente distintos países europeos se han montado en el carro de la inmensa lupa que, por encima de las más dolorosas realidades en diferentes partes del mundo, sólo van detrás de la isla antillana para lanzarle una mirada destructiva.

Me siento impelido a escribir algunas palabras. Soy un escritor cubano residente en Catalunya. Cuba podría considerarse una de las naciones que más ha luchado por la defensa de su identidad y por la expresión de una dignidad más allá del plato de lentejas que siempre ofrecen los intereses destructivos. Quiso ser un pueblo libre y soberano fuera del pantano a que estuvo sometido desde la colonización española. De ahí su radical revolución con ese eterno Patria o Muerte que ha sacudido todos los cimientos del ser cubano. Lo más normal es que cometiera un sin fin de errores, y muchos más si, a pesar de las tantas agresiones con que ha hecho su historia, insistiera en una liberación absoluta de los dominadores. Infinidad de críticos a su obra han surgido a lo largo de más de 50 años de vida. Y con mayor o menor suerte se recibieron todas las críticas. Sólo había un muro infranqueable: la imposibilidad de colaborar con los vecinos desterrados del Norte, aquellos que, tras España, fueron el mayor escarnio para la isla, los Estados Unidos de Norteamérica, que ansiaban destruir la identidad nacional para convertir al país en una estrella más de la Unión. Cuba priorizó su independiente luz solitaria. Ha sido una controversia histórica. No hay cubano que no conozca estas razones. Quien intentara pasar sobre ellas recibiría las más duras condenas. Eso fue lo que sucedió en 2003 con la llamada “primavera negra” de los disidentes. Cuba defendió su identidad con la máxima fuerza de su justísimo derecho. No obstante, muchas críticas a esa actitud tan fiera de nuestra defensa se oyeron en la isla y entre cubanos se quedó su solución futura, como efectivamente ha sucedido con todos los detenidos recién liberados.

En ningún momento pretendo enseñarle al Pen Club Català cuáles deben ser sus objetivos. Sólo me limito a reflexionar que si en sus principios no existe una voluntad de país y una clara defensa de la identidad nacional, jamás podrá impedir la persecución de la libre expresión en su propio seno. Entonces, ¿de qué le servirá resaltar otras supuestas persecuciones? ¿Acaso en el alma de la decisión vibra el lenguaje discriminado en Europa? ¿Cuántos catalanes se ven imposibilitados de desarrollar sus palabras, sus versos, sus estrofas, por culpa de un sistema capitalista que los condena a una enajenación implacable? ¿Cuántos catalanes pueden tener una voz propia, verdaderamente creadora, para llegar a los grandes medios y expresar su más completa libertad humana? ¿Cuántos talentos catalanes se pierden en los márgenes del Mercado? ¿Alguno de ellos no merecería este recién fundado premio? La persecución y la cárcel no siempre están a la vista, y esto lo saben muy bien los escritores, porque conocen la sangre de la imaginación.

El Pen Club Internacional señala en más de mil los periodistas o escritores perseguidos y amenazados por expresar sus verdades. Imagino que también habrá alguno de ellos en el Sáhara Occidental a partir de los recientes sucesos en El Aium. E igualmente los debe haber en Israel, Honduras, Colombia y en tantos otros rincones de dolor. Pero entre tantos martirios que se han localizado por el Pen Internacional, el Pen Català optó por hurgar en el cubano. ¿Por qué? Prácticamente en esa isla, debido al enorme esfuerzo educativo y cultural de su Revolución, es posible encontrar a un periodista, o a un escritor, o a cualquier otro profesional, al alcance de la mano. Están por todas partes. Que esto suceda en un país pobre, latinoamericano, tercermundista, es algo a destacar y hasta incluso para premiar. Posiblemente no exista hoy día ningún país en el planeta donde toda la Cultura no se haya entregado al pueblo y además se intente ayudar a otros a que la obtengan. Se trata de un país que merecería un premio cada día. Seguro que por eso desata en los poderosos de Occidente el mayor rechazo y se promociona el premiar a los detractores. Realmente resulta peligroso que los pobres diablos del Sur aprendan que la libertad y la dignidad sólo se consiguen cuando se liberan de sus opresores propios y de los ricos dioses del Norte. ¿Pertenece a estos últimos el Pen Club Català?

Me avergüenza la decisión del Pen Club Català, porque se trata de una ignominiosa manipulación sobre la realidad de un país que, aún en sus torpezas, miserias y déficits democráticos, debería constituir un orgullo para toda la Humanidad por tantas humanidades conquistadas a fuerza de luchar por su libre existencia como pueblo. Que haya que seguir criticándole a Cuba sus incoherencias es indudable, pero de ahí a resaltarlas mediante tantos premios consecutivos sólo constituye una vía de colaboración con los indignos poderes que quieren destruirla. De ninguna manera, ni con la peor de las críticas, Cuba es la vergüenza del planeta. Habría que abrir bien los ojos y observar el Mundo. Es una mera cuestión de responsabilidad con el derecho a la vida para todos los pueblos. Sólo así puede medirse la libertad de expresión a defender y a premiar. Ya nada puede ser abstracto ni ingenuo en el “cielo estrellado” de la actualidad donde viven y mueren tantos luchadores por Un Mundo Mejor.

http://www.cubainformacion.tv/index.php?option=com content&task=view&id=18279&Itemid=86

Versión en catalán:

La vergonya del Pen Club Català

El Pen Club Català acaba d'instituir el Premi Internacional Veu Lliure i l'ha lliurat a un dels dissidents cubans per "la seva defensa de la llibertat d'expressió". Aquest personatge havia estat alliberat feia uns mesos i estava instal·lat a Madrid, on entre altres declaracions va afirmar que "seria una aberració retirar la Posició Comuna Europea contra Cuba que el 1996 va aconseguir el president espanyol José María Aznar". Una mesura que intenta acorralar el país en la mateixa línia del bloqueig que sosté Estats Units contra l'illa. Són aquestes les aberracions que condueixen al cubà, com a molts llatinoamericans, africans o d'altres latituds, a portar una ferida semblant a un poema: l'oprobiós abús d'un Món Ric que decideix com han de viure els altres éssers humans del planeta.

Pot ser que el Pen Club Català vulgui integrar-se, amb l'algaravia pública, al seguici de denúncies contra Cuba i als reconeixements a dissidents cubans que estan abundant pels països europeus. Però, realment no voldria que aquesta entitat nostra pugi al carro de la immensa lupa que, per sobre de les més doloroses realitats en diferents parts del món, només va darrere de l'illa antillana per llançar una mirada destructiva.

Cuba podria considerar-se una de les nacions que més ha lluitat per la defensa de la seva identitat i per l'expressió d'una dignitat més enllà del plat de llenties que sempre ofereixen els interessos destructius. Va voler ser un poble lliure i sobirà fora del pantà a què va estar sotmès des de la colonització espanyola. D'aquí la seva radical revolució amb aquest etern Pàtria o Mort que ha sacsejat tots els fonaments de l'ésser cubà. El més normal és que hagi comès una infinitat d'errors, i molts més encara si, tot i les tantes agressions amb què ha fet la seva història, ha insistit en un alliberament absolut dels dominadors. Infinitat de crítics a la seva obra han sorgit al llarg de més de 50 anys de vida. I amb més o menys sort es van rebre totes les crítiques. Només hi havia un mur infranquejable: la impossibilitat de col·laborar amb els veïns bandejats del Nord, aquells que, després d'Espanya, van ser el més gran escarni per a l'illa, els Estats Units d'Amèrica del Nord, que anhelaven destruir la identitat nacional per convertir el país en una estrella més de la Unió. Cuba prioritzà la seva independent llum solitària. Ha estat una controvèrsia històrica. No hi ha cubà que no conegui aquestes raons. Qui intentés passar-hi per sobre rebria les més dures condemnes. Això va ser el que va succeir el 2003 amb l'anomenada "primavera negra" dels dissidents. Cuba es va defensar amb la màxima ferotgia.

No pretenc ensenyar al Pen Club Català quins han de ser els seus objectius. Només em limito a reflexionar que si en els seus principis no hi ha una voluntat de país i una clara defensa de la identitat nacional, mai no podrà impedir la persecució de la lliure expressió a casa seva mateix. Llavors, de què li servirà ressaltar altres suposades persecucions? Quants catalans es veuen impossibilitats de desenvolupar les seves paraules, els seus versos, les seves estrofes, per culpa d'un sistema capitalista que els condemna a una alienació implacable? Quants catalans poden tenir una veu pròpia, veritablement creadora, per arribar als grans mitjans i expressar la seva més completa llibertat humana? Quants talents catalans es perden en els marges del Mercat? Algun d'ells no mereixeria aquest recentment fundat premi? La persecució i la presó no sempre estan a la vista, i això ho saben molt bé els escriptors, perquè coneixen la sang de la imaginació.

El Pen Club Internacional assenyala en més de mil els periodistes o escriptors perseguits i amenaçats per expressar les seves veritats. Imagino que també n'hi haurà algun al Sàhara Occidental. I igualment n'hi ha d'haver a Hondures, Colòmbia i en tants altres racons de dolor. Però entre tants martiris que s'han localitzat s'ha furgat en el cubà. Per què? Pràcticament en aquesta illa, a causa de l'enorme esforç educatiu i cultural de la seva Revolució, és possible trobar a un periodista, o un escriptor, o a qualsevol altre professional, a l'abast de la mà. Són per tot arreu. Que això passi en un país tercermundista és una cosa a destacar i fins i tot per premiar. Possiblement no hi hagi avui dia cap país al planeta on tota la Cultura no s'hagi lliurat al poble i a més s'intenti ajudar a altres perquè l'obtinguin. Segur que per això es desferma en els poderosos d'Occident el major rebuig i es promociona premiar els detractors. Realment és perillós que els pobres diables del Sud aprenguin que la llibertat i la dignitat només s'aconsegueixen quan s'alliberen dels seus opressors propis i dels rics déus del Nord. Pertany a aquests últims el Pen Club Català?

Em fa vergonya la decisió del Pen Club Català, perquè es tracta d'una ignominiosa manipulació sobre la realitat d'un país que, encara en les seves malapteses, misèries i dèficits democràtics, ha conquerit innombrables humanitats a força de lluitar per la seva lliure expressió i existència com a poble. Que s'ha de seguir criticant a Cuba les seves incoherències és indubtable, però d'aquí a ressaltar-les mitjançant tants premis consecutius només constitueix una via de col·laboració amb els indignes poders que volen destruir-la. Caldria obrir bé els ulls i observar el Món. És una mera qüestió de responsabilitat amb la llibertat d'expressió que defensem.

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