Preparemos la inteligencia para entender que cualquier cosa, -mala, desde luego- que pase en Podemos será magnificada hasta el delirio. La mayoría de los grandes medios y conocidos articulistas se hacen eco y riegan como pólvora un hecho sucedido en Podemos-Madrid. La situación se convierte para el mundo de las noticias, entre otras bestialidades, en que “la formación morada se hunde”, “Podemos atraviesa una grave crisis interna” o “Podemos se apaga”, cuando solo se trata de la renuncia, por desavenencias con el líder regional madrileño, de 9 miembros de un órgano del nuevo partido que cuenta con 31 miembros.
Ninguno de estos titulares se han usado con otros partidos políticos que sí tienen grandes hundimientos y oscuridades en renglones verdaderamente relevantes como la corrupción. ¿Por qué pasa esto? La respuesta es muy sencilla: el derroche de los recursos públicos por parte de políticos corruptos de distintos partidos se ha convertido en cosa menor frente a la real posibilidad de que Podemos acceda al gobierno y emprenda la mayor lucha contra la corrupción.
Casi sería preferible que estuviéramos mintiendo, dada la gigantesca gravedad que la situación actual con la corrupción coloca a todo el país. Pero, no, no mentimos, la corrupción arrasa al país.
¿Podrá Podemos, en su enorme juventud y optimismo, vencer las lacras de la corrupción? No lo sabemos, pero lo que sí sabemos es que ninguna otra agrupación política podrá emprender esa lucha con el suficiente apoyo popular que necesita la victoria agrupada en Podemos.
No es una anormalidad que la joven agrupación pacte con el PSOE. Anormalidad es que el PSOE pacte con Ciudadanos, el partido que degeneraría la historia de los socialistas cuando estos tienen la oportunidad histórica de regenerarse con Podemos y juntos logren alzar la transformación de la Política Española. Porque si esto no sucede, la desintegración final de España tendrá una fecha muy cercana.
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