sábado, 4 de enero de 2020

ERC en su encrucijada y en la de España

Parecía que no podía suceder y sucedió: ERC, por su legendario sueño independentista, se alió con la derecha catalana a convertirse, por sus rumbos innombrables, en un camino más radical que el de la confusa CUP. Pero los contenidos del lenguaje sobre derechas e izquierdas siguen vigentes y nos dan un nuevo bautizo: ya no hay Mesías ni ovejas, sino conciencias que se despliegan para cuestionar la política que entrega la democracia, el Estado de Derecho y la libertad a la buena salud del sistema capitalista. Y muchos, muchos catalanes, como si su idiosincrasia les prohibiera entrar en interrogantes que se les hacían muy extrañas, padecieron la pesadilla de oírlas y las pospusieron para poder creer que sus reivindicaciones eran suficientes.

Los líderes siempre piensan alto y, ante una situación de alteración colectiva, pueden creer, con una astucia ficcionada y el tronar soñador de los dirigidos, que los objetivos estaban ‘a tocar’. Así, sustituyen a la imaginación por un grito unánime: ‘Ara és l’hora’. 

E incluso, despertando con la caída, abanderan la actualidad con el eufemismo de ‘aquí no se hizo nada en realidad’ mientras el Mesías busca en las brumas europeas las respuestas que avalen su gloria

Viendo lo vivido, algunos siguen creyendo que Catalunya es ‘un solo pueblo’ y que sus buenos hechos durante el ‘procés’, que los tuvo -e igual de malos- solo fueron ‘un símbolo’. Como si la vida en estos últimos años hubiera transcurrido en el éter de Ítaca. No, así no se degradan la coherencia ni las consecuencias asumidas. Sí, hay que aclarar y rectificar muchas cosas. Esto es lo que los ‘indescifrables nombres’ con quienes ERC gobierna Catalunya no lo consideran vinculante. Pero ERC, madurando políticamente por sus largas luchas, empieza a realizarlo: apuesta por dialogar con una España de izquierda casi igual a ella. La jugada más arriesgada de su historia, pero también el avance más real para el sueño independentista y la imprescindible solidaridad entre los pueblos.

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