Parece haber llegado la hora del mayor lucimiento de la mayoría de los políticos en sus discursos sobre la pobreza, la desigualdad y las grandes ideas de mejoramiento social. ¿Por qué no dan el ejemplo bajándose los salarios que tienen como han hecho ya algunas agrupaciones políticas nuevas? Posiblemente tal paso sea cosmético, pero seguramente significará un paso de credibilidad muy alto para poder seguir imaginándonos que aún esta clase política tiene algo que decirle a la sociedad actual.
La gente padece, sufre y muere por el abandono en que los gobernantes disfrutan, gozan y viven.