Muchos
creían, y aún otros muchos seguimos creyendo que el 9N Catalunya
realizará un gesto entre nosotros de gran valor contra el Sistema
Capitalista y sus inmensas dotes para continuar enajenando a los
pueblos mediante la corrupción que entraña este Sistema. En el
Procés Constituent, uno de los proyectos más limpios, a pesar de su
escasísimo poder o tal vez por eso, y con un cero de posibilidades
para la manipulación de las personas en la actualidad catalana,
seguimos sin arribar a los 50 mil adheridos, pero todavía pensamos
que es posible la esperanza para cambiarlo todo.
¿Qué
piensa la sociedad catalana instalada en el Sistema del Bienestar del
Primer Mundo? ¿Acaso los independentistas, los del sólo derecho a
decidir, las izquierdas divididas -como siempre- y las derechas en el
Poder Español y Catalán piensan que todo se remite a celebrar la
fiesta de la movilización, de la ley, la democracia, la soberanía
popular o la paz de las necesidades colectivas? ¿Es que el cambio
del Mundo lo podremos hacer yéndonos de camping e ignorando que
tenemos grandes adversarios? Mucho se hablará de todo ello en los
próximos días. Todo parece posible si finalmente podemos efectuar
el encuentro popular esperado sean cuales sean las condiciones de su
realización. Al fin, el 9N entra al debate. Parece que los que
queremos votar en la Consulta ya no estaremos tan juntos en los
argumentos para participar en el Proceso Participativo recién
anunciado por Mas como Consulta. No obstante, los que iremos a votar
sabemos que tal hecho constituirá una de las más grandes reacciones
contra la corrupción del Sistema en que vivimos y que vale la pena
debatir todo lo que hay que aclarar y cambiar.
El
panorama es claro. CIU, con un Artur Mas que no puede avanzar más
allá de donde ha ido y aún sin contar con la simpatía de muchos,
es el bando del aumento de competencias autonómicas o de la
independencia a su tiempo, legal, ordenada, tranquila, pactada con
España y que aún en su carácter decimonónico y descafeinado ya
contentaría a muchísimos y a la que tanto, a pesar de todo,
contribuyó Jordi Pujol y toda su corrupta herencia expuesta al
arbitraje del Poder Popular. “¿Qué más quieren en estos tiempos
que corren, con las fuerzas que tenemos y con una sociedad donde
mayoritariamente no se quiere prescindir de estar en la Unión
Europea y ni pensar en ser algo parecido a Cuba, Venezuela, Ecuador o
Bolivia y ni siquiera Kosovo, Portugal o Grecia? No, aquí queremos
ser un país normal, pero de éxito, con una normalidad semejante a
la de Dinamarca o Austria”, podría decir el flamante President de
la Generalitat a todos aquellos que se le unieron en un bloque
soberanista y a los que queremos participar del correcto
desenvolvimiento de nuestra sociedad. Ante esto el bando de ERC,
aunque a Oriol Junqueras se le corte la voz y pida “por favor, no
perder tiempo”, realmente no puede decir mucho, salvo pedir
elecciones plebiscitarias con urgencia al constatar que la nueva
consulta no contó con su apoyo y seguidamente apuntar a todos sus
diputados como voluntarios en el Proceso Participativo de Mas. Todo
corre al ritmo calculado. CIU gobierna y ERC le ofrece soporte. Hay
que recordar que fue el mismo Junqueras, con mano firme, el que firmó
un pacto de estabilidad gubernamental con CIU, ¿qué pensaba ERC de
su socio? Mientras cientos de familias residentes en Catalunya eran
desahuciadas brutalmente de sus viviendas y la pobreza crecía, ERC
sólo buscó resquicios legales para paliar los problemas. CIU ha
hecho lo mismo con la Consulta. El que gobierna decide, y si ERC en
aras de su pacto de estabilidad, mediante el apoyo o la abstención
conveniente a las medidas neoliberales de CIU, puso a un lado sus
tradicionales reivindicaciones sociales en pro de imaginarse el
triunfo de su camino liberador, ¿qué fuerzas la impulsarían ahora
a la desobediencia a las leyes para exigir la realización de la
Consulta pactada? Está muy claro: muy pocas y nada prometedoras para
sus objetivos centrales. Los principios de ERC están en la
independencia por encima de cualquier otro orden y así han actuado y
seguirán actuando ya sea con urgencias o con silencios.
En ese
otro orden del que se ha apartado ERC se encuentran Iniciativa y la
CUP, organizaciones políticas bastante conscientes de que los
problemas de la vida están por encima de cualquier otro principio.
Ya Iniciativa ha dicho que el 9N se movilizará, pero no ofreciendo
legitimidad a la nueva Consulta, pues se siente que la han utilizado
y que tal formación no es ingenua. Para ello debemos recordar que a
principios de la actual legislatura el propio Joan Herrera le expresó
a Mas: “el problema es que yo no creo en usted”. Si desde el
principio tuvo esa percepción, ¿cuál es el desengaño actual?
Quizás podría pensarse que Iniciativa sí ha sido muy ingenua. En
cuanto a la CUP, totalmente coherente en sus exigencias sociales de
corte bien radical, asume todas las responsabilidades por desobedecer
a las leyes, pero, ¿será necesario? Parece que no, ¿quién le
habría dicho a David Fernández a su llegada al Parlament que un día
estaría en la galería gótica de la Generalitat junto a la mayor
parte de la familia política del país aplaudiendo la firma por Mas
del decreto de convocatoria de la Consulta? Alli estaba el magnífico
David junto a algunos de los que, en gran medida, él mismo acusó de
reprimir violentamente las acampadas del 15M en Plaça Catalunya. En
fin, el ser humano está lleno de sorpresas. La CUP, aunque también
ha expresado haber sido engañada, no rechaza del todo la nueva
propuesta de Mas y analiza qué hará el 9N. Así, tanto Iniciativa
como la CUP, a pesar de sus discrepancias con Mas, serán
consecuentes con el clamor de participar activamente el 9N. Todos los
residentes en Catalunya habríamos de estar en guardia ante las
soluciones que tendremos a la mesa a partir del 10 de noviembre.
Mientras
tanto, la Asamblea Nacional Catalana y Omnium Cultural, las mayores
fuerzas de inspiración popular-catalanista y con rasgos que hacen
pensar en el pacto de apoyo entre ERC y CIU, pero al revés en la
gobernanza, y con el apoyo total para sus convocatorias de todo el
aparato de poder de CIU y ERC, han dicho que se posicionarán este
domingo en una concentración en Plaça Catalunya sobre su
participación en la Consulta, y aunque ya han anunciado condiciones
muy parecidas a las de ERC, cabe esperar que también se inscribirán
todos como voluntarios en el Proceso Participativo de Mas. También
la Asamblea expone su disposición a modificar sus estatutos y entrar
en la Política. Ya TV3, la cadena de tv más influyente en
Catalunya, con su desenfadada contribución a favor del
independentismo sin fisuras, nos harán llegar la divulgación
completa y todo lo que haga falta para priorizar su opción política
por encima de las grandes ansias de todos los que sufren gravemente
la crisis sistémica que vivimos en España y que lo sobrepasa todo.
Ya lo vimos cuando, como si no fuera lo suyo, TV3 no trasmitió el
bellísimo acto de solidaridad entre los pueblos de España y la
imprescindible unidad de la clase trabajadora que, organizado por el
Procés Constituent, celebramos en la Diagonal y el Paseo de Gracia
de Barcelona durante la última Diada. Ello será un gran motivo para
interpelarnos el próximo 9N. Con lo que manifieste este domingo la
ANC se hará una buena recogida de leña para el debate. Pensemos que
primarán los acordes más realistas y los espíritus más honestos.
Resulta muy transparente que todos los que vivimos en Catalunya y que
queremos votar el 9N queremos hacerlo con absoluta normalidad y sin
ninguna manipulación, sea una Consulta o un Proceso Participativo,
sea para enaltecer el triunfo de la estrategia de Artur Mas y CIU o
para entender cabalmente cuál es nuestra realidad y las condiciones
revolucionarias del pueblo al que pertenecemos. El debate está en
nuestras manos y deberíamos aprovecharlo en toda su magistral
amplitud, incluyendo esa parte fundamental de reivindicación
nacional tan popular y tan legítima que vibra en los mayoritarios
sentimientos del pueblo catalán. Abordar el mayor conjunto de
factores presentes nos confirma que no hay otra alternativa para
seguir imaginando que el Mundo ha de cambiarse y que ello incluso
puede ser posible de la forma menos imaginable.
Calella, 18 de octubre de 2014
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