Cuba sigue siendo una incógnita. ¿Salvará su proyecto social de la ferocidad con que el gran capital impone la desideologización del mundo y el triunfo de la suerte individual? Para muchísimas personas el único sistema que funciona -aunque no sea de ellas ni puedan disfrutar sus desmanes-, es el sistema capitalista. Mientras, el socialismo cubano, aún con capacidad para que todos vivan, requiere de múltiples transformaciones para su pleno funcionamiento y en ello la valentía y la certeza en el camino dirán la última palabra. Porque ese capitalismo que funciona, y que a muchos satisface, funciona precisamente porque no es de todos aún cuando sus luces ciegan a muchísimos.
En el funcionamiento del capitalismo no debe olvidarse jamás que para los más desfavorecidos y aún para mucha clase media trabajadora solo queda la virtualidad de un extraño desperdicio del planeta. A la mayoría de los medios de comunicación -en poder de los interesados en el funcionamiento del capital- no les interesa para nada que en esos sectores tan amplios del mundo haya apagones eternos de electricidad y otras “menudencias” como las faltas de sanidad, educación, cultura y la gran “bagatela” de la dignidad humana. Toda rebeldía para conquistar esos faltantes termina, si no con una brutal represión sin ser noticia, con la asunción en cada persona y en cada pueblo de su destino intocable.
Es evidente que Cuba tiene que resolver sus claras complejidades antes de ponerse a reprimir o acallar sus populares sueños, pero es esto último lo que en definitiva desean algunos para celebrar su obra de desgaste con la Revolución Cubana. Nunca han cesado los rumores sobre el fin de Cuba y ahora se acrecientan para descanso del gran capital. ¿Qué hay más allá del esfuerzo y la conciencia de los seres humanos y los pueblos? La verdad, la magia, la vida, la Historia. Todas ellas siempre han sido de Cuba a pesar de parecer categorías del capital. Cuba es un milagro en medio de los misterios que la salvan.
(También publicado en El Periódico, en Catalunya, bajo el título "¿Se salvará Cuba de la voracidad del capital?")
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