miércoles, 30 de octubre de 2019

"El soroll..." nuestro de cada día

Por Rolando Barrientos Del Casal

El soroll de las abejas’, del escritor cubano-catalán Andrés Marí, constituye una desafiante mirada a los vínculos que entre el sueño, ya desprovisto de sus vertientes románticas, y la realidad, también liberada de todo anacronismo, vuelve a decirnos que el objeto del ojo humano no es su célebre egocentrismo, ya que en su más amplia contemplación del mundo observa la pequeña semilla encontrada tantas veces y no cultivada que regresa para interpelarnos, otra vez, sobre aquello que pueden caracterizar a los más audaces caminos de la condición humana. La obra de Marí, ante la maldad y las miserias de la indignidad habitual, apuesta por el perdón y el sacrificio como solución al gran tema del amor que, aun en su ingenuidad, es la única alternativa.

Todos somos ese cosmos de ternura y maledicencia con que Juan Ruiz de Alarcón en su simpática comedia, Las paredes oyen, jugaba a principios del siglo XVII, o mucho antes jugó Lucrecio con su De rerum natura desmontando a Epicuro. Todo eso está en la obra de Marí, pero pasado el tiempo tenía que haber más y lo hay. Cortázar no escribió su magna obra solo para que la leyéramos. Marí los desencadena a todos con su “soroll”. Su novela puede leerse sin ninguna prescripción. Disfrutarla es un privilegio para los que confiamos en la buena suerte con que el estoico Epicteto creyó que la inteligencia no es más que la cálida visita del cuerpo intangible de Dios en la materia.

Estamos ante una descarnada, divertida y alarmada exposición de una realidad, la nuestra, en vías de robotizarse y que cada cierto tiempo, en el universo de las lenguas romances, nos asaltan en toda su frialdad materialista, para que nosotros, los ávidos lectores de asombros y otras novedades en extinción, la leamos con la voluntad de implicarnos en otra posibilidad para sembrar la inocencia de jugar con la muerte como emblema para celebrar la vida. Ahí está la mejor incógnita que su ficción plantea: una segunda oportunidad es posible si logramos vencer al soroll...

(Rolando Barrientos Del Casal

Doctor en Literatura y lenguas clásicas.

Logroño, La Rioja, España)

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