martes, 3 de diciembre de 2019

Cuba en el Gran Teatro de Estrasburgo

Cuba y los cubanos damos gracias a los euro-parlamentarios que consideran que Cuba no es Colombia, donde son asesinados casi a diario activistas por los derechos humanos; que no es Brasil, donde, además de incendiar la Amazonia por privilegiar intereses privados, se resuelve la pobreza en las fabelas matando a su gente; que no es Chile, España, Ecuador o Francia, donde se reprimen brutalmente a sus pueblos; que Cuba no es tampoco EEUU, donde los crímenes por la libertad en el uso de las armas y el crecimiento de la colonia penitenciaria con afroamericanos e hispanos es galopante; que Cuba es otra cosa.

Quizás tengan una razón muy grande los euro-parlamentarios, pues en Cuba no suceden esas terribles cosas que dominan a tantos países para desgracia de sus pueblos. En Cuba, y debemos agradecerles a estos diputados que nos repitan que en la isla todavía no hay democracia, ni derechos humanos, ni libertad, sino que todo eso está en la más exacta construcción como en muy pocos países de nuestro doloroso planeta esquilmado y condenado a desaparecer si no desterramos el negocio con su muerte. Por esas y otras tantas faltas del mundo que Cuba no comete, para el gobierno de la isla y los cubanos debe ser un honor que nos recuerden, que nos entreguen tantos Premios Sájarov a la libertad de conciencia y que, en definitiva, nos obliguen a no dejarnos acosar ni obstaculizar nuestra construcción de la democracia que privilegie al pueblo y no a los mercados.

La resolución contra Cuba del Parlamento Europeo constituye un hito histórico en el momento actual: antes de preocuparse por tantas bestialidades que suceden en el mundo, vuelca su mirada hacia Cuba y sus ingentes esfuerzos para construir un país libre, colaborador y feliz con el mundo sin ser Bolivia, el país, política, social y económicamente más estable de la región hasta ayer y que de un zarpazo lo empezó a perder todo por el zafarrancho sistémico donde buscan enriquecerse aun más los ahijados del Gran Teatro de Estrasburgo.

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