domingo, 7 de marzo de 2021

Un artista cubano y Frances Stonor Saunders frente al MINCULT.

Mi querido y admirado cineasta Fernando Pérez, cuando le pidieron que enviara un mensaje a todos los artistas cubanos -vivieran o no en la isla-, sobre los sucesos del 27-N, y de ese 27-E ya más famoso que la misma Arca de Noé, expresó, a mi entender, algo que él y la inmensa mayoría de los artistas cubanos estamos diciendo, ya sea con nuestras obras, en el habla conversacional cotidiana o en las millones de reuniones y asambleas de creadores desde el mismo triunfo de la Revolución: “La libertad de expresión es libre o no es libertad”...

Como todos sabemos, entonces, para tener la más legítima, auténtica y verdadera ‘libertad de expresión’ se hace imprescindible que antes se tenga la libertad… Esto es más viejo que todos nosotros, incluso mucho más ‘viejo’ que las luchas cubanas por alcanzarla. El propio concepto de la libertad es algo más ‘antiguo’ que la propia Revolución Cubana de 1959. Para nadie es un secreto que por esa libertad, y no solo por una, la de expresión, es por la que los cubanos hemos luchado desde nuestras guerras independentistas del siglo XIX y desde antes también con las revueltas de los africanos traídos a la isla como esclavos entre otros animales y otras mercancías para vergüenza de los hombres llamados ‘blancos’.

Todavía hoy seguimos luchando por alcanzarla plenamente y no a medias ni rompiéndola en fragmentos que nos devuelvan a la tierna edad de la inocencia. Lo que pasa es que esa libertad, la nombrada hace ya más de 60 años, no es tan simple ni fácil de juntarla a todas las demás libertades que juramos para poder llamarnos hombres y mujeres libres. Por ello nunca es viejo ni antiguo decir con el poeta Fayad Jamís: “Por esta libertad de canción bajo la lluvia / habrá que darlo todo”. Es que únicamente por esta libertad es que podemos luchar para vivirlas todas.

Ya sabemos quién es realmente el que nos impide, por sus instrumentos esclavistas nada anticuados, que los lenguajes de la libertad cubana se ensanchen a todos los cubanos y no solo a los artistas. Porque es en esa libertad de la normalización de la vida en sus decisivas fuerzas de presente y de futuro donde -consensuada, querida y pacífica-, se asienta la mayor demanda del pueblo cubano y donde se alimentan los más fructíferos flujos del pensamiento.

Seguramente Fernando conoce la investigación realizada por la británica Frances Stonor Saunders en su libro ‘La CIA y la Guerra Fría Cultural’, y seguramente también sabe mejor que yo cómo enriquecer todos los diálogos de nuestra Revolución con esta y otras investigaciones ya hechas o intuidas por él y a quien le agradezco el siempre fresco aroma de su libertad.

https://www.casadellibro.com/libro-la-cia-y-la-guerra-fria-cultural/9788499922362/2054862

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