martes, 17 de diciembre de 2013

Kiev y Barcelona ante la muerte




Los grandes medios nos pasan la enorme manifestación en la plaza de la Independencia de la capital ucraniana. Nos dicen que la oposición no acepta que el presidente del país no firme el acuerdo con la Unión Europea y pide su dimisión. Hasta ahora no han pasado imágenes de represiones violentas, pues los Medios prefieren dar la mejor noticia: que Ucrania acepta las condiciones de la Unión Europea y desecha los ofrecimientos de Rusia, o sea, la privatización del país a favor del Capital Dominante Europeo.

Desde hace varios años la situación económica de España y las presiones de la Unión Europea han llevado a la desesperación a millones de ciudadanos que se han manifestado con enorme fuerza en todas las ciudades españolas. En Barcelona han sido particularmente intensas las manifestaciones. La represión ha sido violenta, hasta el punto de que las pelotas de goma lanzadas por los anti-disturbios han anulado algunos ojos. Como si no ver, o ver menos, fuera la imagen más elocuente para apreciar la realidad.

Las más altas autoridades europeas piden negociación con los opositores ucranianos. Ya está en Kiev la representante de Relaciones Exteriores para impulsar las negociaciones, el Secretario de Estado norteamericano acaba de llegar para aplaudir a los opositores, y el máximo dirigente de la OTAN también ha expresado su solidaridad con los manifestantes de la plaza de la Independencia.

Grandes sectores poblacionales de Barcelona han visto en la independencia de Catalunya de España una salida a la situación y todo parece indicar que ésta es la deriva que se desea que miremos, como si con ella alcanzáramos toda la visión que, al parecer, nos dejará ciegos en la lucha contra el Capital.

La Guerra Fría aún no ha terminado… Aunque Rusia no sea la URSS, el plan sigue siendo someterla completamente. El Capital no acepta medias tintas.
A Barcelona no ha venido ninguna autoridad europea a ver lo que ha pasado y pasa. Cuando se han expresado por la solicitud de independencia ha sido para deslegitimarla. Para ellos ya Barcelona pertenece a su reino y cualquiera otra cosa carece de importancia, sobre todo cuando entienden que la ceguera está aliada a los máximos representantes del Poder que protege al Capital. Son ellos los que finalmente tendrán el derecho a decidir por nosotros lo que los anima: la privatización más absoluta del pueblo catalán.

La Guerra Fría aún está viva… Aunque los movimientos populares ya no tengan la misma impronta que en años pasados, el objetivo del Poder sigue pretendiendo enterrarlos. El Capital Dominante no concibe ni a pueblos ni a gobiernos ni a personas libres de él. Lo que pasa en Kiev y en Barcelona es la guerra que siempre nos ha matado.


jueves, 12 de diciembre de 2013

¿Propuestas contra la corrupción en Cuba?



Muy leído es el blog de Fernando Ravsberg, el corresponsal de la BBC en Cuba, y en su reciente artículo “La corrupción en ríos revueltos” destaca a dos cubanos y argumenta su idea de la efectividad de la lucha contra la corrupción en la isla. Escribe el periodista: “El joven Roberto Peralo, del blog La Joven Cuba, recomienda al gobierno cubano que . Dice Roberto que y propone que se haga un balance de su patrimonio (de los funcionarios) con los gastos para compararlo con su salario… El destacado intelectual Noel Manzanares concuerda con la propuesta… El gobierno pidió el apoyo del pueblo pero cómo podría ayudar un ciudadano en la lucha contra la corrupción en medio de una oscuridad en la que no se distingue quien es quien. Roberto y Noel proponen una solución un tanto molesta pero muy efectiva.”

Podríamos estar de acuerdo. La corrupción hay que intentar llevarla a cero, perfecto, pero no pretendamos estar entre ángeles ni establecer una convivencia cuartelaria. Ningún país está habitado por seres divinos y mucho menos Cuba, obligada por las fuerzas dominantes en el mundo a realizar su proyecto social en constante persecución por sus enemigos. Si bien es cierto que la isla, por ser lo que es, se ve constantemente interpelada a mejorar la vida de sus habitantes, éstos no pueden definirse mediante las sospechas entre ellos. Podemos hacer todas las propuestas que estimemos, y muchas serán buenas, oportunas, necesarias, y otras serán sencillamente insustanciales o predispuestas a una absurda “cacería de brujas”. Cuando acorralemos a los corruptos todo marchará mejor, pero no creamos en la ingenuidad de confundir la existencia de la corrupción con la no existencia de las medidas que toma nuestro gobierno contra ella: las está tomando y las seguirá tomando en la misma medida que el país se normalice y que la ciudadanía completa se libre de las condiciones que pueden llevarla a la corrupción o a beneficiarse de ella. Y Ravsberg lo sabe, conoce el mundo y también algo más.

Para el Sistema Capitalista, para los grandes medios internacionales de la información dirigidos por los intereses de ese Sistema, para el gobierno norteamericano y para la contrarrevolución cubana “la corrupción en Cuba está en la existencia misma de la Revolución.” Eso, no está demás decirlo, nunca estará en nuestras concepciones.

Nuestro país es frágil en muchos aspectos, pero su mayor fragilidad está en su propia existencia como país muy diferente al resto del mundo. Por ello pienso que debemos tener mucha cautela en propuestas y argumentaciones de lucha. Ni es tan fácil la propuesta de Roberto ni es tan certera la argumentación de Fernando. Lo que sí es muy fácil y certero de imaginar es la euforia de nuestros enemigos ante una paranoia persecutoria entre nosotros mismos y que nos eliminemos sin pensar que pudimos confundirnos. No podemos descuidar que ello es parte de su estrategia para derrotarnos y ese es el camino que nunca debemos abonarle. El flagelo de la corrupción es bien complejo y debemos enfrentarlo desde nuestras peculiares circunstancias, sin buscar inexistentes campos celestiales ni propagar estériles campañas de recelos infundados. Todos sabemos con bastante precisión, como en cualquier país, quién es quién y por qué hace lo que hace sin ninguna, poca o mucha oscuridad. La corrupción nos daña, pero igual puede dañarnos equivocar el camino para combatirla. Combatamos la corrupción y luchemos por el país. Las dos cosas habrán de ir parejas si queremos proteger a la Revolución que defendemos.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

¿Mi reino por un caballo?



Cuenta la leyenda sobre los reyes de Inglaterra que “por falta de un clavo se perdió una herradura, por falta de una herradura, se perdió un caballo, por falta de un caballo, se perdió una batalla, por falta de una batalla, se perdió un reino”. Pero las Crónicas Inglesas, más que de esos detalles, se centran en corrupciones, traiciones y otros asuntos bien contundentes. Y aunque muchas veces la condición humana desdibuje el sentido de las cosas y con toda su indiscutible e implacable naturaleza priorice la trascendencia diferenciada de algunos aspectos para unos y para otros, el detalle siempre será el detalle y no la profundidad de los acontecimientos. Por ello en la Historia el detalle no impone su preeminencia, sobre todo porque hagamos lo que hagamos nunca estaremos a salvo de la fortuna. Por ello, sin subestimar nada ni a nadie, la batalla más elocuente se decide en lo que seamos capaces de significar para “el reino”.

Todos los cubanos, todos, estamos inmersos en una batalla de país o del “reino”, o sea, del todo, y en numerosas ocasiones con nuestras acciones bordeamos el célebre grito que Shakespeare puso en su Ricardo III: “mi reino por un caballo”, o sea, la nada a la vista.

Muchos compatriotas creen que la problemática cubana se acerca a la leyenda y de ahí que la coloquen, al no encontrar motivos suficientes, fuera de su historia. Está claro que la situación tiene muchas posibilidades para entrar en una batalla legendaria. De ahí que, en buena medida, estemos llamados a impedir que se consoliden las peores posibilidades y a que nos ocupemos de las batallas imprescindibles, las que también son un detalle realmente determinante para todos. Por ello pienso que la actualidad nos obliga a matizar las visiones de “nuestras luchas” y a encontrar en esos matices “las escalas” y “la diversidad” que muchas veces la pasión no nos deja contemplar y que obligatoriamente debemos distinguir para no confundir la verdad del “reino” con el espejismo del “caballo”.

No se trata “de aceptarlo todo para ganar el reino”, pero sí se trata de ganarlo y en esa épica nos lo jugamos con amor o terminaremos odiándolo sin notar siquiera que podíamos esperar “un caballo” que, por demás, no existía. Si algunos acuerdos tomados por nuestro gobierno, u otros asuntos que nos rodean, nos parecen negativos para la victoria del “reino” y decidimos combatirlos, pues a dar batalla con toda la valentía que nos caracteriza, pero sabiendo, o al menos imaginando, que entramos en esos combates porque están dentro de las mejores posibilidades del “reino”. Cuando no se tiene la más aproximada certeza de ello y se emprenden luchas relacionadas con la tenencia del “caballo”, entonces sí, aún ganándolas o precisamente por ganarlas, estaremos caminando “de victoria en victoria hasta la derrota final”, ya que ninguna contingencia de la suerte posee la suficiente relevancia para salvar a “un reino”.  





domingo, 24 de noviembre de 2013

Los enanitos de los sueños




Todos entendemos fácilmente que una auténtica revolución es un giro en la vida de todos hacia las mayores incógnitas. ¿Cómo la haremos, en qué nos equivocaremos, cuántos se mantendrán juntos y satisfechos, cuáles serán los mayores esfuerzos y sacrificios, triunfaremos? El ser humano, tú, yo, aquel, con todas sus diferencias y contradicciones y en su humildad y su soberbia, es el mayor determinante de las respuestas. Y al mismo tiempo, ninguna es firme, ya que todas llevan en su proceso un continuum inacabable “para cambiar todo lo que debe ser cambiado”.

Cuba fue condenada por el gobierno de los Estados Unidos de América, según un documento del Departamento de Estado norteamericano de los años 60 del siglo pasado, “a que los cubanos padecieran hambre, miseria y desesperación para que derrocaran a la revolución”. Finalizando 2013 el presidente de turno en la Casablanca dice textualmente que “la política estadounidense para la isla ha quedado obsoleta y deben buscarse caminos más creativos e imaginativos”. O sea, la gran potencia económica y militar más poderosa del mundo no logró su propósito con los enanitos de los sueños. ¿Acaso hay algo más creativo e imaginativo que haber resistido y vencido a semejante condena por más de 50 años?  ¿A qué nuevas imaginaciones y creatividades estamos abocados? 

No han sido tranquilos estos años. Todos hemos sufrido y seguro que muchos en algunos momentos hemos padecido hambre, miseria y desesperación. Todos cargamos el pesado fardo de la historia. No estábamos esperando que el presidente norteamericano nos comunicara nuestro triunfo, pero es bueno saber que asume su derrota y que debemos prepararnos para sus nuevos pasos. El camino sigue siendo largo y difícil, casi una broma más del destino, como si ya no tuviéramos bastante con lo recorrido, pero mientras queramos ser el país que queremos debemos ser bromistas.

Pensemos que podemos y hagámoslo sabiendo que vivimos en este doloroso mundo que nos ha tocado y no en el limbo de los cielos. Ello tiene múltiples significados, desde toda la justicia y la belleza que entraña la naturaleza del universo hasta las mayores confusiones y fealdades que las sociedades humanas nos aportan. No resultan nada felices los giros de la Tierra procurando el día y la noche. Sabemos muy bien dónde jamás se oculta el sol, dónde siempre está ensombrecido y por qué suceden estos errores del planeta. 

Recientemente Cuba volvió a recibir el apoyo de la Comunidad Internacional para el cese del bloqueo económico, comercial y financiero que ejerce Estados Unidos contra nuestro país. Hace unos días Cuba fue elegida para el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Evidentemente son otros triunfos del camino elegido y aquellos que, dentro o fuera de la isla, se han unido de forma sumamente indigna a la voracidad de nuestro fiero vecino se han convertido en la lástima de su propia existencia. ¿Es hora de lanzar fuegos artificiales? Desde luego que no. “Con todos y para el bien de todos” queremos seguir el camino. La auténtica humanidad de los revolucionarios no debe padecer las vanidades del poder. Nos faltan muchas otras odiseas por continuar y siempre debe salvarnos la coherencia de nuestro derecho a existir. Cuba ha vencido, pero los cubanos amamos nuestras luchas intentando resolver sus imperfecciones o terminaremos odiando nuestra victoria.

martes, 15 de octubre de 2013

Más allá de las fuentes de Montjuïc



Cielo azul, día soleado, son las 11 y 24 minutos de la mañana del 13 de octubre del año 2013 y arranca en las fuentes de Montjuïc uno de los movimientos más limpios y gozosos en la historia de Catalunya: el Procés Constituent. Habla mayoritariamente en lengua catalana, pero no participa del diferendo lingüístico que múltiples fuerzas políticas azuzan para dividir al pueblo. No se alza ninguna bandera, salvo la de la esperanza en el natural entendimiento de las personas, de los pueblos y de sus ideas por vivir un mundo diferente al que tenemos. Más allá de las palabras, siempre necesarias también, se plantea el inicio de una campaña popular: “Construyamos la República Catalana del 99%”. El próximo 16 de noviembre se producirán al unísono asambleas locales y el día 30 habrá acciones.

No se trata de “deshumanizar al 1%” que se aprovecha del trabajo de nuestras manos y mentes, porque todos somos víctimas del Sistema Capitalista que hemos construido y si este no funciona para todos, por mucho cambio que hagamos de personas en el poder, nada cambiará, entonces hay que cambiarlo todo. Así de claro se ha manifestado hoy el Procés Constituent en Barcelona.

No todos pensamos igual y el respeto a la pluralidad es la máxima riqueza de este movimiento que crece en Catalunya. Dentro hay independentistas y no independentistas, pero todos aspiran a lo mismo: la diversidad no podrá ser nunca el consentimiento de la pobreza o la extrema pobreza y actualmente, según un Informe de prestigiosos economistas citado por Teresa Forcades, en el territorio catalán existe un 30% de la población en riesgo de exclusión y un 12% en la miseria. Tampoco la diversidad podrá ser la tolerancia con la enajenación de las personas. La diversidad tiene que significar la libertad de todos para disfrutarla. Así, lo saben todos, el Sistema Capitalista no tiene capacidad para instaurar en ninguna parte una República, una independencia y una Constitución Nacional realmente para todos y desde abajo. En ese conglomerado que no cesa de caer cada vez más hacia el abismo existe aproximadamente un 40% que está próximo a reventar la escala del poder que lo sepulta; un 39% va soportando resignadamente la caída; un 20% espera obtener algún beneficio, aunque no le agraden las caídas; y ese 1% restante domina todos los hilos de la tormenta sin conciencia alguna de su propia perversión. ¿Podrán las diferencias entre nosotros conspirar contra la necesaria unidad del 99% de la población? El 1% tiene todos los recursos para que la conspiración sea el éxito a su favor que ha sido siempre. ¿Otra vez lo logrará? Dependerá justamente de hasta dónde podamos asumir o maldecir, con el ánimo de disfrutar, nuestras diferencias transformadas.

Sí, contra el Sistema Capitalista es la lucha más fuerte. No hay otras luchas tan apremiantes como la lucha por la vida de cualquier ser humano y por eso sólo hubo un momento de silencio, el que pidió Arcadi Oliveres por los más de 300 emigrantes muertos frente a las costas de la isla italiana de Lampedusa. Ni los muertos, ni los sobrevivientes, ni los simples habitantes de aquella pequeña tierra pueden sentirse felices con ninguna nacionalidad que los condena a un modelo de vida donde contemplar el horror es algo natural.

El resto del tiempo del acto, en manos de oradores, cantantes, instrumentistas y hasta de un payaso se dedicó a la fantástica gracia de estar vivos y convocar al aumento de este precioso encanto de luchar por la vida. No podemos antagonizar fuerzas o demeritar entusiasmos. Tenemos que abrazarnos y unirnos a sus luchas con los que se alegran en la defensa de la lengua y la cultura catalanas. Lo mismo con los otros pueblos hermanos de España, de Europa, de África –sobre todo de esa África milenariamente sufrida-, de Asia, de Oceanía y de esa recia y hermosa América Latina donde vibran nuestros antepasados.

“Sí, se puede”, fue el clamor que se extendió más allá de las fuentes de Montjuïc. No es una utopía lo que tenemos en nuestras mentes. Es la única victoria para la que está preparada la sociedad humana, sólo hay que empezar a darle suaves empujoncitos y lograremos hacer ahora la revolución para luego seguir haciéndola.