Ahora
que Cuba ha comenzado a acercarse a cierta unidad
con el mundo en el horizonte capitalista, descartando su vieja tesis
de la Guerra Fría que calificaba a unas personas como “confiables”
y a otras como “diversionistas”, comenzamos a entender la
explicación de aquellos términos que mantienen la vigencia de sus
contenidos. Los viejos términos de la Guerra Fría que el tiempo ha
ido consumiendo alcanzan su mayor destaque por los poderes del
Capitalismo Triunfante y son ahora esos poderes quienes los utilizan
para, según sus planes, acabar de destruirnos. Nosotros, para ellos,
nunca seremos “confiables”, sino muy “diversionistas” y
demasiado peligrosos para el status quo que seguimos rechazando
aunque ya no le demos la misma relevancia de antes. Pelear o
construir con “mano de hierro” era la única posibilidad que
teníamos para sostenernos y como hemos abandonado el término, en
pro de un mayor realismo -eso creemos-, no nos percatamos que el
Capitalismo, ya montado con “mano de hierro” desde su nacimiento,
al coger la que dejamos, ahora tiene dos “manos de hierro” para
gobernar el mundo. La visión es terrible: vemos que “las manos de
hierro” que esgrime el Capital son convertidas en el mejor realismo
para mantenerse en el Poder. ¿Fuimos buenos al abandonar la nuestra?
Tal vez, pero ni los poderosos ni muchos de nosotros nos lo creemos,
y hay parte de razón en ello, muchísimos de nosotros seguimos
combatiendo y muchos más sabemos que estamos condenados a combatir.
Es posible que nuestra "mano de hierro" haya sembrado
definitivamente en la Historia que ningún ser humano debe rendirse
ante un infausto destino. ¿Cómo son nuestras manos ahora? He aquí
el dilema que debemos resolver... Los grandes poderes del Capital no
sólo nos quieren gobernar con dos "manos de hierro", sino que
encima se ríen de todas las flores que hemos descubierto.
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