¿A qué nos enfrentamos en las elecciones catalanas del 27S?
¿Independencia sí o independencia no? ¿Sólo cuentan el sí y el
no o hay otras interrogantes en el entusiasmo con que vamos a las
urnas?
¿Qué proyecto de libertad y de justicia social vamos a votar? ¿La
sumisión a las transnacionales en que se fundamentan los Estados
miembros de la Unión Europea que están hundiendo al pueblo griego o
un proyecto que inicie la ruptura con la codicia en que los ricos son
cada vez más ricos a costa de nuestra precariedad? ¿La
privatización de la sanidad, la educación y los servicios sociales
o un proyecto que impulse su eficiencia pública sin otro interés
que los beneficios que reporten a la población? ¿El exitoso
espectáculo del fracaso de las luchas revolucionarias o un proyecto
donde la transparencia del gobierno sea la clave de todas las
apreciaciones políticas? ¿No hay alternativas a la OTAN, al TTIP,
al TISA y al continuo expolio de las clases trabajadoras o podemos
colaborar al final de las intervenciones militares y al saqueo de las
riquezas de los pueblos que empujan a la emigración a millones de
personas? ¿Podrá aplastarnos la corrupción política que corroe
nuestra libertad o la aplastaremos nosotros a ella para construir
nuestra más completa soberanía?
¿A quiénes elegiremos al próximo Parlamento de Catalunya? ¿A
Partidos Políticos que quieren mantener la Vieja Política de
obedecer a los Mercados y a la Deuda ilegítima o a Otras Propuestas
que quieren fundar una Nueva Política que obedezca al Bien Común?
¿Elegiremos a políticos que piensan que hay pueblos con los que
nunca podemos llegar a nada saludable o a dirigentes que provoquen la
buena sabia de los pueblos? ¿Elegiremos a quienes quieren que
votemos cuando les convenga, que nos manejan como títeres del
conflicto de sus élites, que no piensan bajarse los altos salarios
fijados y que no quieren renunciar a los privilegios que disfrutan
por encima del resto de la población o elegiremos a personas que
deben consultarnos cada vez que sea necesario, sabiendo que el poder
de la conveniencia reside en las demandas populares, que no deben
confundirnos con graciosas marionetas, que comprendan que los
salarios que tendrán serán acordes con el estado de la mayoría de
la población y que no habrá privilegios en el gobierno de la
administración pública?
¿Qué les pedimos a las nuevas autoridades? ¿Que nos engañen, que
nos manipulen, que produzcan mayores desigualdades y que nos lleven
a guerras atroces o que gobiernen con la verdad en todo, sin
oportunismos demagógicos, por el fin de los que se benefician con el
empeoramiento de otros y que busquen siempre los caminos de la paz
imaginando que el Ser Humano puede ser un encuentro universal y
obligatorio? ¿No es posible esa imaginación y debemos doblegarnos a
la idea de que somos la eterna basura de la Historia o también debe
ser ley el coraje para no abandonar las manifestaciones
independentistas para decidirlo todo? ¿A quiénes en verdad les
interesa que la independencia catalana se reduzca al anhelo nacional
y se olvide de las luchas de clases que vibran en toda España? ¿Por
España podría iniciarse la verdadera independencia que asusta a las
derechas europeas, españolas y catalanas? ¿Es que la dignidad
podrá alcanzarse pactando con el poder de sus depredadores o
mediante las luchas sociales que la encarnan, la exigen y la ganan
por los grandes sentimientos de fraternidad y solidaridad entre los
pueblos? ¿Nos alegraremos, nos angustiaremos, nos entenderemos y
lucharemos mucho mejor con los compañeros austriacos y daneses o con
andaluces, mallorquines, vascos, gallegos, valencianos, aragoneses,
cántabros, extremeños y los otros pueblos de España, del
Mediterráneo y de Latinoamérica? ¿A quiénes podríamos estar
entregándoles nuestra preciosa y gozosa libertad de acuerdo a lo que
votemos?
¿Qué sabremos la noche del 27S? ¿Catalunya sí o Catalunya no?
Tanto el sí como el no proyectan otros síes y otros noes que nos
dicen quiénes somos, dónde estamos y adónde vamos antes de la
noche.
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