Enterados de cómo Trump -dentro de su sueño americano- entronizando el negocio capitalista como el principal destino humano y, apartando los efectos de la globalización neoliberal, el cambio climático y la posible independencia de los pueblos, naciones y países, busca la última palabra, podríamos tener una buena oportunidad para que las tres cuestiones apartadas alcancen sus mejores fuerzas si participan del negocio capitalista que el nuevo presidente norteamericano propone.
No resulta fácil imaginar el triunfo de tales fuerzas en un sentido estrictamente humano. No puede negarse el daño que pueden recibir, pero, cuando recordamos el daño que ya hacen los poderes anteriores, ¿a qué tememos? Ahora entrará en juego la, en ocasiones, brillante inteligencia de la especie humana. Es el tiempo en que esta condición se pone a batallar de verdad o renuncia a toda esperanza en su conservación.
Trump es un millonario magnate. Quiere más millones y al país que empieza a presidir le sobran fuerzas. Con él, posiblemente, no habrá grandes guerras como las que ya proyectaban los conflictos con Rusia en Siria y Ucrania. Ya lo ha dicho: “La OTAN está obsoleta, ya no responde a su fundación.” Son muy conocidos sus guiños a Putin. En vez de la destrucción del mundo que ya está en marcha, tornarán las dolorosas guerritas solucionadas siempre por los desmanes ocasionados por las transnacionales y los gobiernos que compra en cualquier parte. Aquí pasará su prueba la posible sabiduría de un buen participante en el mundo.
La nueva situación, si los poderes pasados lo permiten -que tampoco se quedarán en ascuas- y ya deben estar pensando, por sus notables agonías, cómo resituarse sin perder nada, caerá en manos más expertas con el más puro negocio. Este es el gran desafío de la civilización actual: abrirá todas las puertas quién sepa hacer negocios. Dependerá solo de cuáles son y su capacidad para hacerlos. Tal vez en ello nos demos cuenta, al fin, a qué nos conduce la verdad del capitalismo y seamos más activos en la búsqueda y consolidación de ese mundo mejor que para nada puede ser la necedad de aniquilarnos.
(También publicado en El Periódico da Catatalunya bajo el título "Trump, una oportunidad para conocer el verdadero capitalismo")
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