La caída de Dilma en Brasil, como la de Cristina en Argentina, no está en sus posibles errores, sino en sus desafíos a la gran corporación por la que existen los Estados Unidos. A ella le da igual si los gobiernos son decentes, corruptos o totalitarios, pero exige fidelidad a su orden constitucional: que ningún país sea tan estúpido de no ser su aliado. Una constitución que desprecia a los que se enfrentan a los `fondos buitres', como Cristina, o que osan imaginarse otro orden mundial, como Dilma.
Con voz exquisita Brasil habló a Estados Unidos: si para viajar a ese país los brasileños pasan restricciones, iguales pasarán los estadounidenses en Brasil; si EU integra el G-8, Brasil integrará los BRICS; si EU espía el teléfono de Dilma, ella se indignará con Obama; si EU negocia con quien quiera, Brasil también. Pero la exquisitez brasileña puede ser un hazmerreír: ningún viajero norteamericano es un estúpido, ningún orden nuevo es real con Rusia y China, ninguna indignación vale frente a Obama. Y el colmo de Brasil: contribuir al desarrollo de Cuba.
La democracia dictada por la perversión del trabajo, de los trabajadores y de sus países posee todas las variantes dentro del orden vigente. Imposible un desvío. Todo ya está pensado y decidido. Y si eso no funciona, llegan los obuses, que para eso está la industria armamentística. ¿A qué gobierno se le destroza la economía, se le lanza una guerra mediática o se le arma un ejército rebelde para cambiarlo? No a Egipto ni a México donde el caos cotidiano bastaría para repetir lo hecho en Ucrania seguido de un apagón informativo. Sí a Venezuela y a Siria, los infieles. La desestabilización conveniente trajo la peor crisis de refugiados en Europa y el mayor cementerio al Mediterráneo, pero Obama pide más gastos en Defensa y no espera una exquisitez europea. ¿Callaremos para que no nos destrocen la economía, no nos lancen una guerra mediática, no nos armen un ejército o tendremos voz suficiente ante Estados Unidos sin ser su hazmerreír?
(También publicado en El Periódico, Catalunya, bajo el título "La voz de Europa ante Estados Unidos")
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