Bajo el título “La revolución cubana llega a Peralada”, la reportera de El Periódico, Martha Cervera, comenta las declaraciones del artista Carlos Acosta, director de la compañía Acosta Danza: “El bailarín se siente en profunda deuda con Cuba y aprovecha su enorme influencia y fama como estrella internacional de la danza para potenciar la danza de su país”.
Y recoge sus palabras: “Todos salimos y nacimos de Alicia Alonso, bailarina y fundadora del Ballet Nacional de Cuba. Esta continuidad que viene tras ella es fruto de su trabajo. Nadie lo puede negar.(….) Con la carrera que he tenido, estoy en condiciones de poder ayudar ( y no ) olvidar que mi país me dio la oportunidad de formarme como bailarín gratuitamente, cuando yo era muy joven".
La principal forma de ayudar a los pueblos es el reconocimiento o la denuncia a los responsables de sus sistemas sociales y esto Carlos lo aborda en toda su legitimidad. Alicia Alonso es la bailarina por excelencia fiel a la Revolución Cubana. Y un abordaje que no le correspondía a él: mientras las entradas al Castell van desde los 120 hasta los 45 euros, en el Gran Teatro de La Habana no pasan de los 20 pesos cubanos, unos 70 céntimos de euro. Podría decirse que los salarios en Cuba son muy bajos comparados con los españoles, pero si se observan las grandes gratuidades que a todo el pueblo el Estado Cubano otorga en la sanidad, la educación, el deporte y la cultura, podemos comprender mejor la magnitud de la presentación artística en Peralada. El coste para acceder al principal teatro cubano puede pagarla hasta el más pobre de los cubanos, mientras que en España no es accesible ni por poder adquisitivo ni por inquietudes culturales promocionadas por las instituciones públicas para la inmensa mayoría de los españoles. Ahí está la más rotunda irrupción de la revolución cubana en Peralada. Es esa verdad la que hoy late en toda su fuerza con la compañía Acosta Danza y su gran artista en el exclusivo Festival del Castell de Peralada.
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