sábado, 25 de julio de 2015

La Agenda Catalana, Española, Griega y Europea (Una opinión sobre el Procés Constituent)


Procés Constituent nace de un sueño bastante extendido: dignidad en todo y para todos con la participación colectiva como bandera, posturas bien difíciles de cumplir en una sociedad con un Sistema depredador reinando en las instituciones y en gran parte de nosotros mismos, pero el gran objetivo era caminar hacia la plena instauración oficial de esas posturas. Sabemos que cualquier proyecto fundacional, y mucho más el nuestro con su enorme cargamento justiciero, está sometido a un proceso de confluencia con las posibilidades de sus miembros, del resto de la sociedad y con los desafíos de la realidad. Ni el hermoso Manifiesto a que nos adherimos ni las bellezas participativas que nos impusimos pueden constituirse en impedimentos para avanzar. Nos planteamos ir a una batalla y esta ya tiene fecha: el 27 de septiembre. Si no vamos a ella nuestro sueño sufrirá aún más el estancamiento que padece desde hace un buen tiempo. Sabemos que nuestro camino continúa teniendo fuerzas, sobre todo en la buena mentalidad de sus propósitos, pero el riesgo de debilitarnos y hasta de desaparecer es grande. Estamos en el tiempo preciso y sin más dilaciones para participar en la batalla.

Ya decía Arcadi al inicio de toda nuestra ebullición independentista que “no cuenten conmigo si la independencia va con La Caixa”. Y todos, en gran medida, nos identificamos con ese análisis, porque aquello no sólo nos planteó una contundente expresión, sino que en ella se realizaba el diagnóstico de nuestra posición independentista: soberanía de contenidos y no soberanía de banderas. Si La Caixa es, entre nosotros, el símbolo de un vampirismo con las clases trabajadoras, ¿a qué iríamos con ella? Nuestra independencia, por la dignidad que nos guía, no puede convivir con el vampiro. Eso lo teníamos muy claro hasta que la imagen de España en esta tierra empezó a identificarse con los ataques a Catalunya del Partido Popular. Entonces nos radicalizamos en la identidad nacional catalana sin desarrollar, con efectividad, nuestra identidad con los demás pueblos de España que padecen igualmente los mismos zarpazos de entidades como La Caixa. Sabemos que la exclusividad independentista en Catalunya conducida con un extraño radicalismo por CDC, aparte de hacerla casi inviable al llevarla a su agotamiento, nos excluye. Sabemos también que si tal independencia es tolerada finalmente por el Poder se trataría de un cambio que no afectaría para nada el status quo del Poder. Ir contra ese Poder, en Catalunya y en los demás pueblos de España, sí nos conduce a un independentismo que, no por moderado o más realista y sí por su raigal radicalismo, sí atemoriza al Poder y, al parecer, aún cuando la independencia catalana pudiera demorar por la natural pelea contra el Poder Establecido, ir contra ese Poder podría ser el único camino a la independencia real de Catalunya o al menos a que no se desgasten nuestras luchas. No podemos menospreciar el resto de fuerzas soberanistas en los diversos pueblos de España que también quieren decidirlo todo y nos acompañarían si nos incluímos con mayor determinación en ellos. La fuerza de nuestros propósitos depende mucho más de la solidaridad entre los pueblos que de las tolerancias del Poder.

La participación del Procés Constituent en el proceso con la llamada Confluencia de Izquierdas Catalunya Sí que es Pot seguramente ha llenado muchos vacíos que podrían contener esas fuerzas. No es hora, con la fecha del combate tan cercana, de abandonar esas fuerzas. Todo lo contrario, hay que acercarse más a ellas con una decisión contundente: nuestro aporte a la lucha nacional y social en Catalunya con esa Confluencia es muchísimo mayor que el que podríamos otorgar uniéndonos a la CUP, a la que no añadiríamos nada sobresaliente, ya que la CUP por sí sola ya posee una fuerza suficiente. Sin embargo, la Confluencia podría no poseer la fuerza necesaria de presentarse sin el Procés Constituent y éste aún está en condiciones de ofrecérsela. La Confluencia, además, está corriendo el invaluable riesgo de romperse y tal marco sería demoledor para una real confrontación con la llamada Lista "Unitaria" el 27S: las alternativas a esa Lista se debilitarían. Sabemos que, en mucho, al final del camino, la CUP y Catalunya Sí que es Pot podrían decidir la agenda en Catalunya y para mayor honra del Manifiesto del Procés Constituent el camino podría crecer ampliamente y así contribuir en mucho también a la agenda española y con ello a la agenda griega y a la agenda europea.

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