Cada día quedan menos voces capaces de cuestionar con fundamentos
sólidos el inmenso desafío que constituye el soberanismo catalán.
Cada día vamos conociendo un poco más su trascendental significado.
Cuando para muchos sólo se trata de la secesión de un territorio,
la defensa de una identidad, ser un nuevo Estado en Europa y a darnos
el abrazo de la victoria, tal momento se interrumpe con singular
escape de todas las opciones de la realidad.
En entrevista a Vilaweb.cat del domingo 26 de julio, el historiador
Josep Fontana ha dicho: “La llista del Sí el problema que té és
que no se sap de què va la història. Hi ha dues realitats. Una és
la continuïtat del post pujolisme, amb el senyor Mas al davantuna
altra vegada. Ha estat una jugada molt hàbil, perquè si hagués
anat amb Convergència és evident que s'enfonsava. Per tant, aquí,
si totes les històries de la desconnexió amb l'estat fallen, doncs
seguirà havent-hi un govern del senyor Artur Mas. I la segona és
què passa amb tot aquest entusiasme que s'ha sabut crear. I que té
per mi uns elements que el fan pràcticament incomprensible. Realment
hi ha algú que creu que per aquest camí es pot aconseguir una
separació? En vuit mesos? No coneixen què hi ha a l'altra banda?”
El momento del abrazo choca con su principal contrincante: el Sistema
Imperante para este planeta donde, si no cuenta el respeto a la
Tierra, menos cuenta el respeto a los pueblos que lo habitan. Lo que
ahora mismo afronta Grecia como una exigencia de Europa: orden en los
mercados, obediencia al gran Capital, conveniencia geopolítica y
ningún desafío popular. Por esos cuatro aspectos el tablero catalán
se desordena para muchos que ya le es casi imposible suspender el
abrazo y ven cómo se amplía el asunto: la independencia de
Catalunya tiene mucho más que ver con finalizar un Sistema
Establecido que ya está agotado y en vías de corrupción definitiva
en Catalunya, en España, en Europa y en el mundo que con un
entusiasmo incomprensible. ¿Por no enfrentar esta realidad falla la
Lista del Sí?
La entrevista a Fontana es bastante pesimista y apenas deja títere
con cabeza, pero de ella se desprende otra realidad: “La CUP té un
avantatge de cara a tothom: són gent que se sap que són honestos i
coherents. Això també té problemes, com és lògic. Avui he vist
el David Fernández a la televisió i deia clarament que el que els
ha separat de la llista del sí és que ells tenen clar la
independència i la lluita de classes. I que no volen creure que
primer una cosa, i després l'altra. No volen creure primer
independència, i després en parlarem. Hi ha coses de la CUP que
aprecio prou: són joves i tenen credibilitat. Per altra banda tenen
un programa del tot o res que els farà anar guanyant vots. I
seguiran essent un element pertorbador si conserven aquesta
consciència, que l'element social també hi és.”
¿Entendemos? Si la Lista del Sí y la posición perturbadora de la
CUP no se interrelacionan no habrá ninguna posibilidad para explicar
bien de qué va esta historia de la independencia y si realmente la
sociedad catalana está suficientemente preparada para ella. Y no se
trata de estar “preparats” con una fuerte dósis de “astucia”
que nos pasen Mas y Junquera o con una campaña publicitaria que no
pasa de ser otra vez tener un Estado muy respetuoso con el Sistema
Establecido. ¿Que la CUP conserve su conciencia perturbadora puede
ser el gran problema de la Lista del Sí?
Si ya damos por extemporáneas las promesas del PSC y no creemos para
nada en el PP, en Unió y en C's, ¿qué nos queda? Evidentemente la
Confluencia de Izquierdas Catalunya Sí que es Pot. Lo que no sé es
si esta formación admite una pregunta: ¿cómo pretende hacer los
cambios? Porque si no hay salida ni en Junts pel sí ni en la CUP,
¿cómo salimos? Porque hay que salir. Se trata de estar preparados y
muy preparados para construir con honestidad y coherencia la historia
que la realidad nos ofrece.
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