Comparto con Eduardo Galeano que
“los sueños son derechos humanos”. Si algún día dejáramos de
soñar, ese día habremos perdido el más grande de los derechos y el
más humano de los caminos. Muchas veces los sueños chocan con la
realidad y la mayor parte de las veces son los más heridos o los
definitivamente destrozados, sobre todo en las sociedades donde su
modelo de vida rompe el principio de humanidad. Es el sueño
americano, donde alguien sueña con ser “alguien”. En la mayoría
de las ocasiones este “alguien” es visto como alguien feliz. Y
está visto que se es feliz de múltiples maneras, pero hay una que
abunda en ese sueño: ser un “millonario en dinero”. Un falso
sueño que destroza todas las mañanas la realidad de millones de
personas. ¿Es que vivir es una ignorancia?
En su recién escrito “La
realidad y los sueños”, el líder cubano Fidel Castro lo finaliza
con estas palabras: “La igualdad de todos los ciudadanos a la
salud, la educación, el trabajo, la alimentación, la seguridad, la
cultura, la ciencia, y al bienestar, es decir, los mismos derechos
que proclamamos cuando iniciamos nuestra lucha más los que emanen de
nuestros sueños de justicia e igualdad para los habitantes de
nuestro mundo, es lo que deseo a todos.” Alguien del sueño
americano, después de leer esto, seguirá soñando con ser un
“millonario en dinero”. Y lo hará principalmente porque sabe que
en su realidad todas esas cosas que escribe Fidel sólo se consiguen
con mucho dinero y, tristemente, a ese alguien no le faltará razón
en sus luchas y en sus sueños. ¿Dónde está la ignorancia?
Fidel escribe al principio del
mismo escrito: “nuestra sufrida humanidad debe ser más y mejor
educada ante la increíble ignorancia que nos envuelve a todos.”
Pareciera que la increíble
ignorancia de que escribe Fidel es sobre algo muy concreto: la verdad
que condena al modelo de país que exhibe y exporta el sueño
americano como una larga historia de destrozos humanos es la verdad.
Y por muy absoluta que nos parezca esta verdad -y que la costumbre
nos indique que se relativice-, es la verdad y no debemos verla ni
siquiera como un matiz de la asfixia de la realidad mundial. El
modelo de país proclamado en los Estados Unidos no es ningún matiz
de la asfixia mundial. Estados Unidos, con su modelo de sociedad, de
sueños y de felicidad, es el mayor responsable de tal asfixia. Por
esa responsabilidad superior a cualquiera otra que pueda tener esa
“nación imprescindible” -según la entienden sus presidentes-,
resulta imprescindible en los que somos “prescindibles” para ese
país no desviarnos ni un milímetro de la verdad que nos acompaña.
Hasta la más mínima desviación refuerza la ignorancia de que
escribe Fidel. Y no nos llamemos anti-norteamericanos, extremistas,
ultras de izquierda, comunistas ni nada semejante. No hay que tener
ningún nombre para comprobar la farsa del sueño americano. Mientras
Estados Unidos saquea al planeta impone un modelo de Mundo no
accesible para todos. Basta saber cómo el modelo se pudre en grandes
sectores de su propio país y en otros países donde rige como un
apéndice de sus dominios. No obstante, sabemos que Estados Unidos
posee la mayor acumulación de recursos del mundo para realizar una
rectificación del modelo. La humanidad espera. Pero no se ve la
menor huella de rectificación, al contrario, Estados Unidos avanza
incontenible a por más países que lo sostengan y a que nos riamos
con el espectáculo. No saberlo completa esa increíble ignorancia de
que escribe Fidel.
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