Casi todo el mundo se moviliza. Hombres y mujeres de todas las clases sociales, profesiones, ideologías y en cuanta cosa se organiza la humanidad se movilizan, se movilizan solidariamente juntos. Un hecho insólito en una movilización combativa al llamado de un pequeño e insignificante trozo de tierra del planeta. Muy pronto volverá a discutirse en las Naciones Unidas la “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.
Los EEUU, el país más poderoso del orbe, la nación imprescindible para el universo y reconocida como el seno de la democracia más perfecta que ojos humanos vieron, decretó hace más de 50 años “hacer padecer hambre y desesperación al pueblo cubano para que así derrocara a su gobierno”. Y logró muchas angustias, demasiadas angustias y todo lo que abrigan las angustias, pero no logró su propósito y Cuba continuó su andadura.
EEUU adoptó otro decreto: La ley de Ajuste Cubano. Desde Fidel Castro hasta todos los dirigentes gubernamentales, los intelectuales y el más sencillo cubano tienen el derecho a establecerse con todas las ventajas de un ciudadano norteamericano apenas pisen tierra de EEUU. Pero tampoco ha sido suficiente y EEUU sigue decretando: “Programa para captar a Profesionales Médicos Cubanos que trabajan en terceros países”, ya sea en Haití o en las regiones más pobres de África o América Latina.
Pareciera que cuando EEUU ya no pueda decretar más para hombres y mujeres, lo hará con las piedras, los pájaros, los árboles, los ríos y hasta con los pensamientos cubanos. EEUU, el país más poderoso del orbe, la nación imprescindible para el universo, la democracia más perfecta que ojos humanos vieron, quiere mirarse en Cuba, pero no le sirve para su juego. Quién sabe qué volverán a tramar para satisfacer el triste espectáculo con que se pasean por el planeta. Quizás por ello Cuba sea la palabra por la que más se está movilizando el mundo y por la que un día conoceremos la paz.
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