jueves, 18 de diciembre de 2014

Cuba y los más desfavorecidos de la Tierra




Hoy hemos recibido la feliz noticia de que, como un día dijo el Comandante Fidel Castro, nuestros héroes antiterroristas encarcelados injustamente en Estados Unidos han vuelto a nuestra amada isla. Gran acontecimiento. Y Fidel está vivo para verlos. Una maravilla de la suerte del ser humano. También supimos que, al unísono, -al unísono, es muy importante destacarlo- los gobernantes Raúl Castro y Barak Obama, desde La Habana y Washington, dijeron al mundo que Cuba y Estados Unidos inician una nueva etapa de relaciones que debe conllevar al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países y el fin del Bloqueo Económico, Comercial y Financiero que la pequeña potencia del Norte ejerce contra la gigantesca nación del Sur por más de 50 años.
Más de 50 años en que la potencia norteamericana se propuso, según reza el objetivo del bloqueo, "rendir por hambre, miseria y desesperación al pueblo cubano para que éste derroque a su gobierno revolucionario". Hoy oímos al presidente Obama decir que " no ha servido de nada". Y es un decir, porque, como bien dijera Raúl, "muchísimo daño ha ocasionado al pueblo cubano y a su economía". Pero no hizo el daño buscado, pues cuando un pueblo y sus gobernantes están dispuestos a resistir todas las embestidas de sus enemigos y a vencerlas, resisten y vencen. La inmensa mayoría de los cubanos, aún cuando vivan en ciudades bastante deterioradas y en mínimas condiciones materiales, poseen los más altos índices de educación y sus espíritus están plenos de la gran sabiduría que significa tener una dignidad a la altura de la historia que los hizo libres.
Esperemos que las nuevas generaciones de cubanos sepan continuar y revitalizar la inmensa obra redentora que les dejan las viejas generaciones con la Revolución. Muchos errores habrán cometido los dirigentes cubanos para poder entregarnos una proeza tan enorme como la que hoy celebramos millones de cubanos y otros muchos millones de personas y luchadores por todo el mundo. Y es que a pesar de asistir al reconocimiento norteamericano del gobierno cubano, de la nación cubana y de la dignidad cubana, el Sistema de Mercado, impuesto por el Capitalismo y al que en alguna medida Cuba ha tenido que recurrir para sobrevivir en un mundo globalizado de la peor manera por los más poderosos, puede hacerle un daño descomunal a todo y a todos. Pero tengamos confianza en que las nuevas generaciones no se dejarán enajenar por los colores fatuos del Sistema Capitalista y que lograrán sumergirse en la realidad tan necesaria y urgente del mejoramiento humano por el que tanto clama toda la Humanidad, sobre todo los más desfavorecidos de la Tierra: en ellos nos va la verdad.
Se podrían decir millones de palabras hermosas sobre el pueblo cubano y el hecho realmente histórico que nos ha tocado vivir por la propia existencia de la Revolución Cubana. La alegría es inmensa. El mundo entero, desde Australia hasta el más recóndito paraje de la Patagonia, desde el Ártico hasta la más sencilla aldea de Colombia, y así en todo lugar y por todos los medios de comunicación, se han hecho sentir con ferviente entusiasmo las noticias reveladoras de una verdad absoluta: Cuba ha vencido. No obstante, muchos interpretarán la realidad bajo otros prismas que atenúen la victoria cubana. Debemos permitirles el delirio, hoy estamos de fiesta.
Además, creemos que por encima de triunfadores y perdedores, lo que más impacta, sobre todo a aquellos que, dentro y fuera de Cuba, apoyamos los ideales cubanos, es que ahora el Mundo Pobre se hará más evidente: ha triunfado su causa para ser visto. Pensemos, entonces, que ahora habrá de extenderse, con mayores recursos y profundas voluntades políticas, lo que Cuba ha practicado durante más de 50 años: justicia social y dignidad humana. Porque Cuba siempre ha compartido con los pueblos más desfavorecidos de la Tierra lo más grande que teníamos en la isla, nuestro Sistema de Sanidad, de Educación y los más elementales Derechos Humanos que conquistó la Revolución Cubana. Y no dábamos lo que nos sobraba, dábamos incluso hasta lo que nos faltaba: todo.
Simplemente se quiso que el mundo entero mirara la espantosa herida que devasta a pueblos y naciones enteras. ¿Cómo poder aspirar a ser humanos y libres manteniéndonos indiferentes a la inhumanidad y a la esclavitud que reinan en la civilización que vivimos? Si esta civilización no cambia va directo al desastre más absoluto. Resulta una vergüenza para la civilización preconizada por los Estados Unidos que cuando el gobierno cubano organiza brigadas de médicos para asistir a los más pobres del Mundo en África, América Latina o Asia, el Departamento de Estado Norteamericano organice Planes para captar a esos médicos y mediante el ofrecimiento de ventajas económicas logre convencer a algunos para que abandonen esas misiones. Quienes realizan esos planes con los más sencillos especialistas cubanos están enarbolando la mortífera civilización que debe cambiar.
Bueno, acabemos el horror y comencemos la celebración: por encima de todos los argumentos, algo ha empezado a cambiar en el día de hoy. Emocionémonos entonces con el inicio de este cambio y pensemos que es posible la paz y la fraternidad entre todos los seres humanos y entre todos los pueblos que compartimos este mínimo trozo de tierra con el que giramos por el universo. Cuba es una isla muy pequeña en tierra y en habitantes, pero es una potencia gigantesca en el esfuerzo del ser humano por conquistar la esperanza de que Un Mundo Mejor es Posible.

domingo, 19 de octubre de 2014

El 9N entra en el debate




Muchos creían, y aún otros muchos seguimos creyendo que el 9N Catalunya realizará un gesto entre nosotros de gran valor contra el Sistema Capitalista y sus inmensas dotes para continuar enajenando a los pueblos mediante la corrupción que entraña este Sistema. En el Procés Constituent, uno de los proyectos más limpios, a pesar de su escasísimo poder o tal vez por eso, y con un cero de posibilidades para la manipulación de las personas en la actualidad catalana, seguimos sin arribar a los 50 mil adheridos, pero todavía pensamos que es posible la esperanza para cambiarlo todo.

¿Qué piensa la sociedad catalana instalada en el Sistema del Bienestar del Primer Mundo? ¿Acaso los independentistas, los del sólo derecho a decidir, las izquierdas divididas -como siempre- y las derechas en el Poder Español y Catalán piensan que todo se remite a celebrar la fiesta de la movilización, de la ley, la democracia, la soberanía popular o la paz de las necesidades colectivas? ¿Es que el cambio del Mundo lo podremos hacer yéndonos de camping e ignorando que tenemos grandes adversarios? Mucho se hablará de todo ello en los próximos días. Todo parece posible si finalmente podemos efectuar el encuentro popular esperado sean cuales sean las condiciones de su realización. Al fin, el 9N entra al debate. Parece que los que queremos votar en la Consulta ya no estaremos tan juntos en los argumentos para participar en el Proceso Participativo recién anunciado por Mas como Consulta. No obstante, los que iremos a votar sabemos que tal hecho constituirá una de las más grandes reacciones contra la corrupción del Sistema en que vivimos y que vale la pena debatir todo lo que hay que aclarar y cambiar.

El panorama es claro. CIU, con un Artur Mas que no puede avanzar más allá de donde ha ido y aún sin contar con la simpatía de muchos, es el bando del aumento de competencias autonómicas o de la independencia a su tiempo, legal, ordenada, tranquila, pactada con España y que aún en su carácter decimonónico y descafeinado ya contentaría a muchísimos y a la que tanto, a pesar de todo, contribuyó Jordi Pujol y toda su corrupta herencia expuesta al arbitraje del Poder Popular. “¿Qué más quieren en estos tiempos que corren, con las fuerzas que tenemos y con una sociedad donde mayoritariamente no se quiere prescindir de estar en la Unión Europea y ni pensar en ser algo parecido a Cuba, Venezuela, Ecuador o Bolivia y ni siquiera Kosovo, Portugal o Grecia? No, aquí queremos ser un país normal, pero de éxito, con una normalidad semejante a la de Dinamarca o Austria”, podría decir el flamante President de la Generalitat a todos aquellos que se le unieron en un bloque soberanista y a los que queremos participar del correcto desenvolvimiento de nuestra sociedad. Ante esto el bando de ERC, aunque a Oriol Junqueras se le corte la voz y pida “por favor, no perder tiempo”, realmente no puede decir mucho, salvo pedir elecciones plebiscitarias con urgencia al constatar que la nueva consulta no contó con su apoyo y seguidamente apuntar a todos sus diputados como voluntarios en el Proceso Participativo de Mas. Todo corre al ritmo calculado. CIU gobierna y ERC le ofrece soporte. Hay que recordar que fue el mismo Junqueras, con mano firme, el que firmó un pacto de estabilidad gubernamental con CIU, ¿qué pensaba ERC de su socio? Mientras cientos de familias residentes en Catalunya eran desahuciadas brutalmente de sus viviendas y la pobreza crecía, ERC sólo buscó resquicios legales para paliar los problemas. CIU ha hecho lo mismo con la Consulta. El que gobierna decide, y si ERC en aras de su pacto de estabilidad, mediante el apoyo o la abstención conveniente a las medidas neoliberales de CIU, puso a un lado sus tradicionales reivindicaciones sociales en pro de imaginarse el triunfo de su camino liberador, ¿qué fuerzas la impulsarían ahora a la desobediencia a las leyes para exigir la realización de la Consulta pactada? Está muy claro: muy pocas y nada prometedoras para sus objetivos centrales. Los principios de ERC están en la independencia por encima de cualquier otro orden y así han actuado y seguirán actuando ya sea con urgencias o con silencios.

En ese otro orden del que se ha apartado ERC se encuentran Iniciativa y la CUP, organizaciones políticas bastante conscientes de que los problemas de la vida están por encima de cualquier otro principio. Ya Iniciativa ha dicho que el 9N se movilizará, pero no ofreciendo legitimidad a la nueva Consulta, pues se siente que la han utilizado y que tal formación no es ingenua. Para ello debemos recordar que a principios de la actual legislatura el propio Joan Herrera le expresó a Mas: “el problema es que yo no creo en usted”. Si desde el principio tuvo esa percepción, ¿cuál es el desengaño actual? Quizás podría pensarse que Iniciativa sí ha sido muy ingenua. En cuanto a la CUP, totalmente coherente en sus exigencias sociales de corte bien radical, asume todas las responsabilidades por desobedecer a las leyes, pero, ¿será necesario? Parece que no, ¿quién le habría dicho a David Fernández a su llegada al Parlament que un día estaría en la galería gótica de la Generalitat junto a la mayor parte de la familia política del país aplaudiendo la firma por Mas del decreto de convocatoria de la Consulta? Alli estaba el magnífico David junto a algunos de los que, en gran medida, él mismo acusó de reprimir violentamente las acampadas del 15M en Plaça Catalunya. En fin, el ser humano está lleno de sorpresas. La CUP, aunque también ha expresado haber sido engañada, no rechaza del todo la nueva propuesta de Mas y analiza qué hará el 9N. Así, tanto Iniciativa como la CUP, a pesar de sus discrepancias con Mas, serán consecuentes con el clamor de participar activamente el 9N. Todos los residentes en Catalunya habríamos de estar en guardia ante las soluciones que tendremos a la mesa a partir del 10 de noviembre.

Mientras tanto, la Asamblea Nacional Catalana y Omnium Cultural, las mayores fuerzas de inspiración popular-catalanista y con rasgos que hacen pensar en el pacto de apoyo entre ERC y CIU, pero al revés en la gobernanza, y con el apoyo total para sus convocatorias de todo el aparato de poder de CIU y ERC, han dicho que se posicionarán este domingo en una concentración en Plaça Catalunya sobre su participación en la Consulta, y aunque ya han anunciado condiciones muy parecidas a las de ERC, cabe esperar que también se inscribirán todos como voluntarios en el Proceso Participativo de Mas. También la Asamblea expone su disposición a modificar sus estatutos y entrar en la Política. Ya TV3, la cadena de tv más influyente en Catalunya, con su desenfadada contribución a favor del independentismo sin fisuras, nos harán llegar la divulgación completa y todo lo que haga falta para priorizar su opción política por encima de las grandes ansias de todos los que sufren gravemente la crisis sistémica que vivimos en España y que lo sobrepasa todo. Ya lo vimos cuando, como si no fuera lo suyo, TV3 no trasmitió el bellísimo acto de solidaridad entre los pueblos de España y la imprescindible unidad de la clase trabajadora que, organizado por el Procés Constituent, celebramos en la Diagonal y el Paseo de Gracia de Barcelona durante la última Diada. Ello será un gran motivo para interpelarnos el próximo 9N. Con lo que manifieste este domingo la ANC se hará una buena recogida de leña para el debate. Pensemos que primarán los acordes más realistas y los espíritus más honestos. Resulta muy transparente que todos los que vivimos en Catalunya y que queremos votar el 9N queremos hacerlo con absoluta normalidad y sin ninguna manipulación, sea una Consulta o un Proceso Participativo, sea para enaltecer el triunfo de la estrategia de Artur Mas y CIU o para entender cabalmente cuál es nuestra realidad y las condiciones revolucionarias del pueblo al que pertenecemos. El debate está en nuestras manos y deberíamos aprovecharlo en toda su magistral amplitud, incluyendo esa parte fundamental de reivindicación nacional tan popular y tan legítima que vibra en los mayoritarios sentimientos del pueblo catalán. Abordar el mayor conjunto de factores presentes nos confirma que no hay otra alternativa para seguir imaginando que el Mundo ha de cambiarse y que ello incluso puede ser posible de la forma menos imaginable.

Calella, 18 de octubre de 2014














domingo, 21 de septiembre de 2014

Dicen que Cameron es un demócrata


Y ahora, de pronto, Cameron “es un demócrata”. Él se lo cree y lo proclama, o sea, el Reino Unido es la democracia que pretende convencernos de su fiabilidad. Sin duda que ha habido una diferencia entre la actitud del Reino Unido ante el conflicto con Escocia y el que mantiene el Estado Español con Catalunya: dentro de los contextos históricos respectivos, la Cámara de los Comunes en Londres acordó que los escoceses decidieran su estatus territorial y el Parlamento Español en Madrid ha decidido lo contrario con los catalanes, y para de contar. Podríamos analizar desde múltiples aspectos el por qué Cameron llegó a esa decisión y seguramente arribaremos a la conclusión de que no lo hizo por ser un demócrata, sino por las coyunturas que, con sus posiciones, intereses y expectativas, existen en el Reino Unido para tal decisión, muy similares sistémicamente al por qué Rajoy no decide lo mismo en España. Es muy posible que ambos líderes políticos se estén felicitando después del susto y las promesas de última hora para aumentar el discurso del miedo, pero gracias a ese muy calculado proceso final puede sentirse respirar a los gobernantes de la Europa más retrógrada y a su amo estadounidense después del NO a la independencia de Escocia. Para ellos el desplome del Orden Mundial sólo tiene explicación dentro de las corrientes Comunista o Popular, pero no para la Capitalista o la mal llamada Democracia. Democracia, para ellos, no es el poder activo del pueblo consciente de sus capacidades para la reflexión y la responsabilidad, sino la eterna confianza y resignación del pueblo a ser gobernado por los poderosos y dejarse arrastrar por ellos en busca de unos derechos individuales donde siempre los propios poderosos tendrán tiempo para orientar.

No nos engañemos, Cameron no es ningún demócrata, como no lo es Rajoy, pero para el establishment sistémico los dos lo son independientemente de lo que decidan. Si los ejemplos para las luchas que estamos emprendiendo con nuestras organizaciones, mareas y movilizaciones populares son Cameron, Merkel, Hollande, la Troika, la UE, Obama, los EEUU, el FMI, el BM, la OTAN y tantos otros especímenes por el estilo, incluyendo a Rajoy si decide ser como Cameron, que agonizan en un Orden Establecido vencido por la Historia, mala cosa para el mundo que aspira a ser diferente a como lo tienen concebido estos ejemplos. Y si nosotros llegamos a creer que porque se deje consultar o votar una propuesta de secesión en el Estado Español estamos en democracia estaremos echando por la borda, como mínimo, una porción bastante grande de tiempo ilusionado donde se lucha por toda la dignidad y las más justas reivindicaciones de los pueblos.

¿Cuántos españoles de ayer están absolutamente desencantados del destino que tomaron sus batallas? ¿Podrían repetirse estos sentimientos en otras naciones? De hecho, a día de hoy en Catalunya estamos en muy parecidas condiciones a las que condujeron a la transición política española de 1978: la correlación de las fuerzas ante el empuje de un nuevo país están a favor de las fuerzas menos democráticas y más manipuladoras del país. Y pensando que es mucho mejor repetir lo bueno ya escrito que intentar nuevas formulaciones, copio in extenso párrafos antológicos del artículo de Vicenç Navarro “Lo que está pasando en Catalunya y en España”, donde el autor reflexiona sobre la manifestación de la Diada Catalana en forma de “V” celebrada en Barcelona el pasado 11 de septiembre y sus relaciones con hermanos de angustias y esperanzas, el más decisivo bloque para que juntos alcancemos la verdadera libertad:

“El Procés Constituent, un movimiento político social al cual apoyo, comprometido con un cambio profundo de Catalunya, exigiendo que sean las clases populares –la mayoría del pueblo catalán- las que decidan, no solo sobre la relación de Catalunya con España, sino sobre todas las dimensiones que afectan a la cotidianeidad de dicho pueblo, convocó un acto dentro de la “V”. Y para mostrar su solidaridad con otros pueblos y naciones de España dio la bienvenida a las Marchas de la Dignidad, con delegados de Andalucía, de Galicia y de Madrid. El acto se celebró en la plaza donde coinciden la Diagonal (una de las ramas de la “V”) y el Paseo de Gracia, donde todavía hoy existe un monumento heredado del fascismo, y donde está la sede del Deutsche Bank. El motivo de escoger ese lugar era relacionar el enorme poder de un banco cuyas raíces estaban en el régimen nazi con el nazismo y el fascismo que habían existido en Alemania y en España, relación fácil de establecer conociendo el origen nazi de tal banco. La plaza estaba llena a rebosar. Nunca había estado tan llena. Y aunque había muchos miembros del Procés Constituent, la mayoría no lo eran, pues había muchísima gente de la V.

Y allí ocurrió un momento que sin hipérbole se puede definir como histórico. En un ambiente festivo, lleno de canciones y alegría (no hay nada más empoderador que sentirse parte de un gran colectivo que comparte una causa justa y canta para celebrarlo), subieron al estrado el compañero andaluz Diego Cañamero (Sindicato Andaluz de Trabajadores), miembro del movimiento andaluz, así como el delegado del movimiento gallego, Manolo Camaño, y el representante de la delegación madrileña, Ernesto Sarabia. De pronto se hizo un gran silencio, en una plaza llena a rebosar de banderas independentistas. Comenzó Diego Cañamero, quien indicó que la causa del movimiento en defensa del derecho a decidir del pueblo catalán era también la causa de todos los trabajadores de los distintos pueblos y naciones de España, que este Estado español no era su Estado tampoco, y que nuestra victoria sería la victoria de la otra España, la España plurinacional. En un discurso de una extraordinaria elocuencia, confirmó la causa común de la lucha por el derecho a decidir con la lucha por los derechos laborales y sociales. El silencio fue roto en la plaza con una enorme ovación que duró mucho tiempo, una de las ovaciones más intensas de la tarde. Y cuando el delegado de Madrid se presentó como representante de las clases populares madrileñas, explotadas por el propio establishment basado en Madrid, continuadoras de aquellas que lucharon en defensa de la República en contra del fascismo hasta el último día durante la Guerra Civil, y a las cuales el Presidente Companys, de la Generalitat de Catalunya, había dicho “madrileños, Catalunya os ama”, la plaza estalló en uno de los aplausos y ovaciones más grandes que se hayan oído en una manifestación en Barcelona. El momento fue de una enorme emotividad. Y era imposible no pensar que allí se veían las semillas de otra España que está surgiendo en este país, una España republicana, una España plural, justa y democrática, en la cual los pueblos y naciones puedan decidir sobre todo, incluyendo cómo se relacionan entre sí.
Lo que estaba ocurriendo allí, en aquella plaza, representaba una lucha que existe incluso dentro del movimiento del derecho a decidir y del movimiento soberanista en Catalunya, y que apenas ha aparecido en los medios, claramente controlados por las derechas del movimiento soberanista catalán.”
Gracias, Navarro, por mostrarnos que todo puede ser muy bien maniatado, incluso en instantes de gloria nacional. Vemos cómo todo está siguiendo un armonioso encaje, con consulta o sin ella, con independencia o sin ella, para que no cambie casi nada si acaso se produjese un pequeño o inmenso estallido emocional por cualquiera de las partes: el guión debe opacar el sueño más real de los pueblos, aquel que enaltece su máxima senda de fraternidad entre ellos. Esto debería llamarnos a todos a una profunda reflexión sobre los próximos pasos dentro de la magnífica movilización conseguida. A día de hoy entre el Reino Unido, España y Catalunya sólo hay un matiz -un tanto sin definir aún con total claridad-, pero la base fundamental de estos tres territorios sigue siendo la misma: continuo enriquecimiento de las élites, las medias-élites que funcionan como capataces y la mayor opresión a la clase trabajadora condenada a sobrevivir con las migajas que les dejan y que les generan las más diversas actitudes. Del 1 y el 9% de la población contra el 90% restante. Tal vez sea este el verdadero matiz que podemos descifrar para convencernos de que Cameron no es ningún demócrata. Cameron, al frente del Reino Unido, es el mayor gendarme del “Caos Capitalista” que dirigen los Estados Unidos de América en Europa.


domingo, 13 de julio de 2014

Sin matices


Ya resulta normal, si se vive sin las prisas que necesita marcar la Historia para su transformación y se disfruta de una existencia sin reales condiciones amenazadoras, no afiliarse a un conjunto de criterios de un solo color y auto proclamarse libre de corrientes políticas maniqueas, pensamientos unidireccionales y un sin fin de vericuetos donde la verdad y la ética pueden llevarse de buen grado. Se vive, a veces acaloradamente y otras con suficiente serenidad, con todos los matices que conforman a un ser humano amplio y vigoroso. Comúnmente se dice que tal postura identifica a la naturaleza humana. Y parece que así debe ser para muchos aunque muchísimos otros más no gocen siquiera del único y principal matiz humano que les dio el derecho de nacer: vivir. Es aquí donde participa nuestra opinión: ¿qué determina la marcha de la Historia, el respeto a la vida o la indiferencia hacia ella? Se ha dado casi certeza científica a la concepción de que sólo quienes portan una gran tribulación avanzan dentro de ese único y principal matiz de aceptar que todos tenemos el derecho a la vida. Y si éstos están atribulados es fácil reconocerles una entera falta de juicio. Por ello serán señalados, en la esencia de casi todos los criterios que emitan, con una inmensa falta de valor humano y por tanto condenados a no ser escuchados y a que se ejerza sobre algunos una seria vigilancia por su evidente peligrosidad para la barbarie en que se desarrolla la civilización. ¿Hasta cuándo durará tal barbarie? Unos piensan que durará toda la vida, otros que poco a poco irá modificándose por sí misma y otros más creen que se dan un buen número de caminos para su paulatina transformación histórica, como ha sido siempre, con una matización asombrosa a la espera del milagro que todo salga bien, aunque se sepa que estamos viviendo la época más destructora de todas las conocidas. Muchos sufren esa marcha de la Historia, la sufren con real franqueza, y otros muchos la viven sin grandes sobresaltos y realizan múltiples espectáculos sobre la necedad de los atribulados. Pero mi comentario no va por este último grupo, sino por el primero y los matices que consciente o inconscientemente asumen sin apreciar la diferencia entre su libre individualidad y los necesarios criterios que cooperen para una concepción del mundo que lo haga avanzar en vez de retroceder. En definitiva, cero contribución a la confusión con la barbarie.

Los atribulados, con su cordura o su locura, no se cansan de repetir de que un buen día, sin matices, todo explotará. En Gaza, por ejemplo, parecen tener toda la razón, pero igualmente sucede en Irak, en Afganistán, en... África, en... En las regiones más diversas del planeta donde los seres humanos padecen una espantosa supervivencia. También en numerosos países del famoso bienestar, y por otros motivos, se dan similares condiciones para que todo explote. Para la inmensa mayoría de la población mundial el por qué puede suceder esta explosión es muy claro: la falta de respeto a la pertinencia histórica, porque de la mano de lo que actualmente ejemplifican los Estados Unidos, la Unión Europea, Israel y la OTAN no hay marcha real de la Historia. Por el complot de esas fuerzas se desangra Siria. Por un arreglo de esas fuerzas se hunde Egipto. Por los intereses de esas fuerzas Ucrania ha ido a la guerra. En esas fuerzas se dan unos intereses que conspiran contra todo avance histórico por su decidido apoyo al Capital depredador. La Libia liberada por las fuerzas occidentales no es mejor que la que dirigía Gadaffi. Si Occidente quiere proteger a los pueblos no tiene necesidad de provocar guerras. Pacíficamente -y aún puede hacerlo- podría recorrer múltiples pueblos africanos y liberarlos del hambre y de enfermedades curables. Pero hay que elegir cómo queremos a los pueblos, obligatoriamente hay que elegir, y esta elección obtiene su validez concreta de acuerdo a lo que una u otra elección aporte a la marcha de la Historia. Las potencias occidentales, con ese Capital carroñero a su lado, poseen una elección sin matices: money is money. Y esto no sólo afecta a la pobreza, sino también a la riqueza. Lo degrada todo. ¿Qué elección tienen las personas que sufren la Historia? Seguramente no es la mencionada, pero a veces se parece bastante y se parece no tanto por la ausencia de matices sino por la abundancia de ellos. Terrible contradicción.

No se impulsará igualmente la Historia desde los gobiernos instalados en Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia que desde aquellos que perviven en México, Colombia, Honduras y Guatemala. La China comunista, a pesar de sus millonarios, ha logrado sacar de la pobreza extrema a millones de personas, lo que no ha logrado la India teniendo igualmente muchos millonarios. Es evidente que se trata de un problema cultural, pero no cultural por sus tradiciones, sino un problema cultural por la decisión de sus gobernantes políticos y empresarios millonarios apegados a un sistema de vida donde siempre debe haber ricos y pobres, seres humanos de valor y bestias que lo serán eternamente. La aplicación en Europa occidental del Estado del Bienestar sería impensable sin la explotación del Tercer Mundo y la confrontación con el Comunismo después de la 2 Guerra Mundial. El desastre sistémico del Sistema Capitalista de vida y aprovechamiento de unos sobre otros es mucho mayor que el desastre civilizador que fue derrotado en Europa del Este. La derrota no significa necesariamente que ese no era el camino por donde debíamos caminar. Se podía haber impulsado mucho más la Historia por el camino de aquel Socialismo que decidió mejorarse que por el rumbo señalado por el Capitalismo triunfante que multiplica su ferocidad amenazando a sus propios integrantes privilegiados. La actual crisis europea es un fruto especial de la derrota del Comunismo europeo y de esa marcha histórica que emprenden algunos países por su derecho a vivir.

Los pueblos y los individuos tienen la palabra en un mundo que cada vez se distorsiona más para que no triunfe la Historia. Resulta muy importante que hablemos claro, mientras más claro mejor, y sin matices por el momento, igual a como lo hace la reacción, pero contra ésta. Ninguna persona, ninguna, debe ser reducida al significado de una moneda. Se hace imprescindible que el Capital gane menos, mucho menos, y no más. Hasta con la contribución del Capital podríamos hacer retroceder a la barbarie. Por ello ante el acoso que algunas fuerzas dirigen contra Cuba y la hostilidad que emprenden contra Venezuela, Ecuador, Bolivia y contra cualquier otro país que afecte los beneficios que quiere aumentar el Capital, el criterio más verdadero es el que condene a esas fuerzas contrarias a la vida, a la Historia. Y condenar el llamado austericidio promovido por la Unión Europea para sus miembros del Sur igual, abiertamente condenarlo. Andarnos por las ramas en momentos de tanta degradación sólo sirve para alimentarla.

En términos generales -y por los conocimientos divulgados incluso por los propios medios de envenenamiento tradicional de las sociedades y las personas- los matices se van acabando si se piensa en la marcha de la Historia que evite una explosión devastadora. La creciente concientización del desastre humanitario que está sucediendo en el mundo de hoy ha llevado a que millones de personas concluyan que cuando la explosión generalizada suceda no habrán matices para nada ni para nadie. Es ésta la visión que muchos traducimos en un apoyo incondicional a todos los que le restan fuerzas al Capitalismo triunfante de la Guerra Fría. Una mirada en que es posible detener la explosión y seguir buscando alternativas. En ella se juega la normalidad de pensar y actuar a partir de la certificada condición humana de hacerlo con todos los matices.

lunes, 30 de junio de 2014

Por un agujero del bolsillo


(Notas sobre “La bolita de papel”, de Christine Arnaud, en una traducción del francés de Margarita Damián Ramírez)
 
Un libro que podría haber sido muy triste resulta inmensamente feliz por la humildad con que su creadora se desnuda en él. La autora elige las palabras de un escritor francés para darnos lo que no tiene -la vida que se le escapa a través “de un agujero del bolsillo de la chaqueta”-, porque es el no tener lo que con lúcida soberbia es lo que más tiene y ella quiere entregarlo. Por ello la decisión de escribir, como cantar o bailar, más allá del espejismo profesional, se apunta en el camino de los poetas. Christine inicia el trayecto con Eliseo Alberto, el escritor cubano del “Informe contra mí mismo”, aquel que imaginó el encuentro de todos los cubanos pasando por Ciudad México, y termina el recorrido con las palabras de uno de los más grandes poetas cubanos, Cintio Vitier, el que pensó que sólo dentro de la isla sería posible el tan ansiado encuentro de los cubanos. Y se hace notar el triunfo metafórico de este último sobre el primero. Christine ha “atendido” muy bien el goce de vivir un tiempo histórico en Cuba mientras otras estancias se le difuminan con disímiles relevancias. Ella arriba a La Habana como una “privilegiada” técnica extranjera, a pesar de su origen cubano, y se despide de la querida ciudad con el sagrado intento de no perder ni la más mínima memoria de lo vivido.
En brevísimas notas de Diario sin un contínuum cronológico, crónicas nostálgicas, cuadros costumbristas, homenajes –entre otros al radical uruguayo del Libro de los Abrazos-, y otros apuntes donde la sensibilidad de la autora observa vivencialmente el camino recorrido, el libro se desliza con suavidad entre evocaciones al ritmo del son cubano y, parando de dar vueltas por unos orígenes que nunca pueden tocar fondo, choca con el misterio de una “trituración académica” de la autora en la Facultad de Letras de la Universidad de La Habana. Pero como ha sido Cintio Vitier el elegido por la escritora para su particular viaje racional por Cuba, el libro alcanza su mayor fuerza emocional en los contrastes que Christine establece, casi como una trituración afectiva, en las puertas cerradas, los saludos indiferentes y otras señales que se le despliegan en el Departamento de Francés de la Universidad Autónoma de Barcelona, en el piso del barrio de Sarrià, en variados recuerdos de París y en un ticket de metro que se estruja. Con este contrapunto entre unas vivencias y otras se reafirma el éxito de “la atención” reclamada por Cintio hacia los más queridos valores de que nuestra autora se enamoró durante los 13 años vividos en Cuba.
Uno de los libros más sencillos con que uno se puede topar, y sin embargo, uno de los libros que con mayor serenidad desvelan la globalidad creciente de “las patrias”, uno de los libros que con mejor brújula muestran el rostro de la diferencia y uno de los libros donde con la más simple claridad puede “percibirse” –como lo más importante- el espíritu que se agita en La Habana, en París y en Barcelona. Finalmente entre las tres ciudades sale radiante la capital cubana en su jubileo del cuerpo y otros detalles no menos importantes. Y extrañamente o, ¿por qué no decirlo?, tranquilamente, es la ciudad que se ha decidido dejar con una profunda limpieza de alma de la cual el libro escrito es el más fiel testimonio.
No hay mucho más que explicar, o con gran exactitud, todo será entendido por quienes disfruten de la lectura del libro. Y cuando se llegue al final, o a la misma muerte, los que han elegido estar, como Cintio, “intensamente atentos a las cosas que ven y viven”, serán como Matisse: nunca dejarán de contemplar las huellas amadas con que el tiempo los nombra.


miércoles, 25 de junio de 2014

La mano de hierro


Ahora que Cuba ha comenzado a acercarse a cierta unidad con el mundo en el horizonte capitalista, descartando su vieja tesis de la Guerra Fría que calificaba a unas personas como “confiables” y a otras como “diversionistas”, comenzamos a entender la explicación de aquellos términos que mantienen la vigencia de sus contenidos. Los viejos términos de la Guerra Fría que el tiempo ha ido consumiendo alcanzan su mayor destaque por los poderes del Capitalismo Triunfante y son ahora esos poderes quienes los utilizan para, según sus planes, acabar de destruirnos. Nosotros, para ellos, nunca seremos “confiables”, sino muy “diversionistas” y demasiado peligrosos para el status quo que seguimos rechazando aunque ya no le demos la misma relevancia de antes. Pelear o construir con “mano de hierro” era la única posibilidad que teníamos para sostenernos y como hemos abandonado el término, en pro de un mayor realismo -eso creemos-, no nos percatamos que el Capitalismo, ya montado con “mano de hierro” desde su nacimiento, al coger la que dejamos, ahora tiene dos “manos de hierro” para gobernar el mundo. La visión es terrible: vemos que “las manos de hierro” que esgrime el Capital son convertidas en el mejor realismo para mantenerse en el Poder. ¿Fuimos buenos al abandonar la nuestra? Tal vez, pero ni los poderosos ni muchos de nosotros nos lo creemos, y hay parte de razón en ello, muchísimos de nosotros seguimos combatiendo y muchos más sabemos que estamos condenados a combatir. Es posible que nuestra "mano de hierro" haya sembrado definitivamente en la Historia que ningún ser humano debe rendirse ante un infausto destino. ¿Cómo son nuestras manos ahora? He aquí el dilema que debemos resolver... Los grandes poderes del Capital no sólo nos quieren gobernar con dos "manos de hierro", sino que encima se ríen de todas las flores que hemos descubierto.


sábado, 21 de junio de 2014

Ir con la Historia


Las distintas administraciones norteamericanas que han ocupado la Casa Blanca, con leves matices, han intentado siempre, como lo han preconizado, “destruir a la Revolución Cubana a partir de asfixiar al pueblo cubano por hambre y desesperación”. A pesar del horror del propósito y la magnitud de fuerzas reunidas para cumplirlo, NO LO HAN LOGRADO NUNCA en más de 50 años de triunfo revolucionario. Nos han debilitado muchas veces, pero jamás nos han hecho claudicar de uno de los proyectos de mayor alcance racional que ha conocido la Historia, a pesar del Comunismo con que lo hemos realizado: ah, el Comunismo, un movimiento de reivindicación humana para el que Estados Unidos ya prepara un gran museo sobre sus horrores, como si la sociedad capitalista que ellos tanto promocionan no tuviera capacidad para englobar los mayores horrores de la Humanidad. Pero, dejémoslos en sus iniciativas y sigamos con las nuestras. El tiempo seguirá encargándose de enseñarnos quienes y cómo van con la Historia.
Hace pocos días el prestigioso intelectual mexicano Pablo González Casanova escribía una Carta Abierta a aquellos que enviaron una carta al presidente Obama con el propósito de“apoyar a la sociedad civil en Cuba”. De la carta de Pablo podemos extraer este párrafo singular:

“Las medidas que exaltáis revelan, sin embargo, muchos errores y autoengaños al creer (y algunos creéis) que vais a impulsar “la independencia económica de
Cuba”, sus “derechos individuales” y sus “derechos humanos”, cuando en realidad se trata de un país al que no habéis podido vencer, a pesar de las tremendas presiones y acciones abiertas y encubiertas en su contra, y del incalificable bloqueo de más de medio siglo que le habéis infligido.”

He querido repetir dicho párrafo y hacer hincapié en su importancia para todos los que buscamos el mejoramiento de la sociedad
cubana. Ni por asomo quiero detener o culpabilizar la ola de críticas que muchos cubanos estamos haciendo a la Historia de la Revolución Cubana, nada por el estilo. Es nuestro país y lo defendemos intentando hacerlo mejor. Destaco la importancia del párrafo escrito por Pablo por considerar que nos retrata a todos, o a casi todos, o porque nos llama a todos a que intentemos que nos retrate a todos. Se me ocurren dos aspectos entre los muchísimos que nos han rodeado a lo largo de estos años:
1-Miles de cubanos que abandonaron la isla y hoy viven en los Estados Unidos no se lo deben a la magnanimidad del gobierno norteamericano, aunque es ese gobierno quien aparece como “salvador”, ¿salvador de qué? Fue el gobierno cubano quien impidió que el gigante del Norte organizara lamentables campamentos de refugiados cubanos en Centroamérica. Esa es la Historia.
2-Muchos cubanos recogen la pregunta “¿50 años de qué?”, una pregunta pronunciada por el personaje de Luz Marina en la pieza teatral Aire Frío, escrita en 1958 por el notable dramaturgo cubano Virgilio Piñera, como “la pregunta más desafiante del Teatro Cubano”. Por más de 50 años la realidad cubana se ha visto sacudida por los mayores principios de humanidad que han cubierto a todo un pueblo o a casi todo un pueblo. Por una obra gigantesca que sigue combatiendo por alcanzar cada vez más las máximas dignidades para todos, los más de 50 años de la Cuba Revolucionaria podrían significar, no sólo para el Teatro Cubano, sino para todo el mundo, el gran desafío de nuestros tiempos. Esa es la Historia.
La Revolución Cubana tiene los márgenes de error que cualquier emprendimiento humano puede tener, y tal vez menos. Esos errores constituyen las grandes pruebas de nuestra humanidad. Que algunos, o muchos, quieran llevarnos allí donde nos equivocamos, allí donde perdimos, no detendrá nuestra confianza en la Revolución. Allí vamos con los brazos abiertos y realizaremos todos los intercambios o debates posibles en los ámbitos políticos, económicos, sociales, culturales, científicos, religiosos, académicos, artísticos, deportivos y en los más diversos campos del conocimiento y de las vivencias individuales y colectivas. No tenemos ningún temor al análisis serio y responsable de todo lo que nos ha sucedido. A veces nos reiremos de los absurdos vividos y otras veces lloraremos ante las desgracias que nos ocurrieron. Si nuestra Revolución es una auténtica revolución es porque nosotros lo fuimos, lo somos y lo seguimos siendo. Podremos mirar lenguajes gastados y abordajes no lo suficientemente preparados, pero por encima de todas las peripecias y sin que nos nuble la vista ninguna soberbia, miraremos, como apunta Pablo en su Carta Abierta, la victoria del pueblo y del gobierno de Cuba en su complejísima trayectoria vital para ganar su Revolución. Eso es ir con la Historia iluminándonos con ella.
Cuba ha vencido y esa victoria nada ni nadie podrá quitárnosla. Quien enarbola los errores que cometimos y que aún cometemos o podemos cometer como la más fiel demostración del “fracaso de Cuba” sólo está levantando su propia condena histórica. Y eso también es ir con la Historia.


domingo, 15 de junio de 2014

Las existencias re-direccionadas


El desarrollo científico-técnico ha sido re-direccionado por los grupos de poder del Sistema Capitalista de forma que tal dirección fortalezca los dominios que poseen esos grupos. Como una feliz relación individuo-colectivo (la gran obsesión pendiente del Comunismo) puede desintegrar a las élites gobernantes capitalistas, éstas han decidido abiertamente superar la trayectoria comunista e imponer la primacía individual. Mediante los recursos de la Ciencia y la Técnica se está diseñando todo para re-direccionar nuestras vidas de manera que, aún dándonos cuenta y rechazándolo, lo aprobemos por la infinita amenaza comunista convertida en terrorismo. Todo, absolutamente todo, se prepara y se hace para avivar en las más diferentes sociedades el culto al individuo en contra de los valores del colectivo. Pero el colectivo, por su propia condición de integrador de los individuos que lo sostienen, ofrece una natural resistencia, ¿hasta cuándo? Los poderosos ya tienen un buen recorrido en sus derechos individuales. Sólo les falta que los de abajo también nos creamos completamente los beneficios de su alma. Por esa vía pueden debilitarse y finalmente destruirse todos los esfuerzos por los sueños colectivos: que todos vivamos en paz con los mismos derechos y deberes en un mundo verdaderamente natural.

Los Grandes Medios de la información se han especializado en hacernos creer la urgente necesidad de comprender nuestras equivocaciones sobre los peligros del mundo que vivimos. De la forma más legítima desarrollamos el miedo a lo peligroso y nos despreocupamos hacia donde nos re-dirigen. Si antes imaginábamos que todo debía suceder a favor del bienestar general, ahora participamos de un ritual más acorde con el Sistema triunfante: el exquisito y bien amado derecho individual debe preservarse a costa de cualquier cosa, aún cuando nosotros no nos veamos en la individualidad reconocida. La re-dirección, astutamente, nos sitúa en la esperanza de estarlo.

En lo más hondo de nuestras sensibilidades sabemos qué sucede en Afganistán, Irak, Egipto, Libia, Siria, Venezuela, Ucrania y en tantos otros sitios ensangrentados. No resulta fácil de creer que los grupos más poderosos del Capital tengan gestos de bondad con los pueblos. Pero, como ya estamos en el camino de la re-dirección exitosa, ésta nos mueve alrededor del alma del Capital. Apenas nos sobrecogemos con los acontecimientos y se está demostrando que podemos soportar sin significativos sonrojos la interpretación que nos dan.

Mientras, entre nosotros, a pesar del descreimiento general hacia nuestro entorno, las redes sociales por internet nos entregan la convicción de ser geniales. Ni de milagro nos pasa por la cabeza que lentamente nos podemos convertir, como los afganos o los egipcios, en existencias prescindibles. Al fin y al cabo nosotros estamos de este lado del poder. Ni la menor idea tenemos que la re-dirección que llevan nuestros pensamientos y nuestras conductas fue aprobada por nosotros mismos a favor del individuo prometido. Y seguimos la marcha: ya no hace falta que conversemos o nos reunamos, y mucho menos que pensemos, para eso están las máquinas que lo hacen con un cariz formidable para el mantenimiento del Sistema, el orden en el Poder, la garantía del Bienestar para los que nos dominan y un magnífico collar de cadenas esclavizadoras para que nosotros, los trabajadores de turno en los Centros de Poder, estemos entretenidos con nuestra incomunicación y nuestra cómoda resignación al apretar un botón para tomar un café luego de echar las monedas que la máquina nos pide. Casi como una epopeya plena de ardides fantásticos –la de estos tiempos en que todo indica que nos han vencido- acatamos que la re-dirección de nuestras vidas puede alcanzar un espléndido porvenir que ya está frente a nosotros y debemos prepararnos para disfrutarlo.

Lo que más importa es nuestro estatus personal, pero a ese nivel de la cotidianidad nos estamos encontrando con ciertos inconvenientes: la comunicación que sostenemos con las diversas instancias de las administraciones públicas está siguiendo el mismo camino que ya iniciaron importantes empresas privadas: una milimétrica relación a través de cuestionarios cerrados donde casi siempre las empresas nos re-dirigen hacia donde ya lo han valorado para su beneficio.

Esta simpleza de la razón diaria vino a hacerse consciente cuando, tras habernos dado de alta –por un módico precio- en una tarifa plana que nos prometía la gratuidad en todas las llamadas telefónicas nacionales, diversas entidades cambiaron sus números telefónicos por otros que debíamos pagar aparte aunque estuvieran dentro de la nación. Luego estos números perfeccionaron la incomunicación –y el coste de la llamada- a través de máquinas que nos indicaban las diferentes gestiones que podíamos realizar con los correspondientes números agregados que debíamos marcar. Estas operaciones tendían a evidenciar cada día más la desaparición del interlocutor a cambio de un orden estricto del que no podíamos desviarnos. De la victoria con la máquina telefónica se pasó a su imitación en la tramitación presencial de diversos servicios públicos: todo está en los impresos cerrados que rellenamos. Apenas hay escapatoria de ellos, y de contra, también se nos anuncia que si nuestra gestión es denegada debemos interpretar que “el silencio” es una respuesta concluyente. Ya no están obligados a hablarnos. También el re-direccionamiento de nuestra actitud hacia reacciones pacíficas lo aseguramos nosotros mismos a través de aquel individuo que nos propusieron como un derecho y que, según siguen diciéndonos, la burocracia comunista nos impedía acceder libremente a él.

Podrán argumentarse diversos renglones a favor de la era digital y sus beneficios para toda la sociedad, pero lo que no se podrá argumentar a su favor es la responsabilidad que para con los ciudadanos está eludiendo el Poder que maneja el desarrollo científico-técnico actual. Pero, ¿alguien tiene “cita previa” para decir algo sabiendo que en Pakistán o en Yemen o en cualquier otro lugar los drones teledirigidos confirman diarias masacres que no necesitan explicaciones y que, aunque insistamos en decir algo, en el impreso de la “cita previa” no aparece ninguna posibilidad de diálogo? Los que mueren a partir de esos tecnicismos, nos dicen los poderosos, constituyen el precio inevitable que debemos pagar como individuos altamente desarrollados, aún cuando para nosotros tal desarrollo esté significando una tele-dirección que, a su tiempo, nos hará igualmente desechables, sin la menor diferencia de un pakistaní o un yemení. Después de todo, ¿por qué habría de haber alguna diferencia?

Mi valor como individuo, ya empobrecido por las tantas tarifas planas que pagué en los más diversos aspectos, ya no existe incluso para trabajadores iguales que yo y que su oficio es atenderme a través de un impreso cuyo formulario está cerrado, ¿ellos se darán cuenta? No lo sé y quizás sólo estoy escribiendo con la intención de tomar mayor conciencia yo mismo y que mis compañeros sepan o alguien les haga saber que muy pronto su valor también dejará de existir: será sustituido por máquinas elaboradoras de impresos y ellos caerán, como yo y tantos otros como yo, en la aberrante situación de arrodillarnos ante las máquinas, sin ninguna posibilidad de que nos contesten, para implorarles misericordia. La conclusión es muy clara: entre todos estamos colaborando a la perfección de las existencias prescindibles, pero cabe señalar que la re-dirección científico-técnica de nuestras vidas posee un estrepitoso error de diseño: pueden surgir inconvenientes colectivos al Poder del Sistema. Y una advertencia por si se producen inconvenientes individuales: Muchas gracias y disculpen las molestias causadas.

lunes, 24 de febrero de 2014

Conducta: el contrapunto entre la historia y el tiempo (Crítica cinematográfica)



Todos ya lo sabemos: Chala es un niño de altísimos valores humanos en medio del peligro. Está bien certificada, no sólo por “papelitos”, sino también por estar bien “pulida”, que por la vida que él lleva, entre su madre fuera de todo orden e Ignacio, negociante de peleas de perros y otras luchas, el futuro de Chala es absolutamente previsible: carne de presidio. Raquel quiere cumplir con los requerimientos que debe realizar en su trabajo social para proteger al niño y propone internarlo, pero tropieza con la maestra Carmela: “ningún alumno mío ha ido a parar nunca a una escuela de conducta y Chala no va a ser el primero”. Muchísimo antes -porque Carmela lleva tantos años de maestra como los que llevan en la dirección del país sus gobernantes-, fueron alumnos suyos el director de la escuela de conducta y la madre del niño, dos personas con posterior destino completamente diferentes. Mientras él siguió los nobles valores humanos que le inculcaron, ella se asoma al abismo. En una escena Ignacio, el supuesto padre de Chala, en un primer plano le dice a Carmela que no piense por él. Y en otra escena, Carmela, en uno de los clímaxs de la película, le dice a Chala y a Ignacio que deben arreglarse entre ellos y los deja solos. ¿En qué territorio de lo humano, lo social y lo político podríamos agrupar estas peripecias? Decididamente cada persona responde a la moral y a la ética de las que se ha apropiado y toda sociedad que se precie de estar unida en torno a los más altos valores, como se pronuncia la cubana, ha de contribuir a que todos sus miembros -aunque no siempre ni con todos lo logre-, se honren con ser parte de ella. Y si se trata de un niño, la contribución es impostergable en un país que la alza como principio fundamental y sin demora de ninguna índole.

Cuando sucede un acontecimiento deslumbrante en la rutina cotidiana de los cubanos, sea el doloroso rescate del niño Elian para devolverlo al seno paterno, la terrible muerte de numerosos enfermos mentales en un hospital o, con la misma fuerza, las multitudinarias celebraciones de una Feria del libro, los Festivales de Ballet, Cine, Teatro, Música, Artes Plásticas y otros múltiples eventos artísticos, nos exaltamos y pasa como ahora, con la exhibición de la película Conducta, ya calificada como “dura, polémica, necesaria”. Con todo ésto se revela el portentoso espíritu analítico y apasionado que tenemos para participar de los hechos. Todos ejercemos ese derecho inalienable que conquistamos hace ya muchos años para nuestra historia y que el tiempo, con toda su carga positiva o negativa, muchas veces nos ha cuestionado. Es el derecho bien ganado a existir como comunidad. Por ello, a pesar de las complejas circunstancias en que vivimos, entre nosotros puede realizarse exitosamente esta película de completa producción local –ni un céntimo de ninguna productora o institución extranjera-, y esto aunque no se constituya en señal determinante, sí puntúa en el orgullo nacional de una forma muy destacada: todo lo que hagamos por nosotros mismos es lo más nuestro en forma y contenido que podremos visualizar, solucionar, desarrollar, embellecer y disfrutar con amor, conocimiento, comprensión, contención y el rigor necesario ante lo que cada cual debe hacer sorteando limitaciones, normas de convivencia, contradicciones e indiferencias vitales.

El compromiso con unos valores auténticamente asumidos ha de tener un desenlace con absoluta delicadeza y así es: la escena en que Carmela le dice a Raquel “no has entendido nada” funciona como una toma de cámara subjetiva que nos convierte a todos en activos participantes de un debate donde intentamos desentrañar qué hemos entendido. Hay tantas cosas por entender. Duele el corazón, duelen los sueños, duele el mundo. Una obra cinematográfica de esta envergadura trasciende sus armas artísticas precisamente por haberse valido de ellas y penetrar con cautela en una unidad de sentido donde los espectadores acojemos con confianza que “aquí no sobra nadie”. Por ese altísimo valor humano que hemos aprendido todo es más difícil de resolver, pues no sólo hay que solucionar la situación extrema de Chala y la matrícula de Jeny, sino también el abismo de Sonia y la inflexibilidad de Raquel.

Por esos significados profundos de lo que es propio y por propio hemos de resolver imagino el contrapunto entre la historia que nos ha movido hasta aquí y el tiempo que llevamos manteniéndola. Un desgaste inevitable invade, con elocuente sencillez y notoria generosidad, a esta “pieza tropical” deudora de la magistral “Madagascar” de los años 90 y con parentesco en el cine de autor y también con el documental de ficción. Todos los aspectos técnico-artísticos de la película escrita y dirigida por Ernesto Daranas Serrano están signados por el encanto de un cine popular. Nada ni nadie parece escapar de la idea del “taller” con que se ha dicho que se concibió la obra para que siguiera siéndolo ante los espectadores. Todo y todos habrían de reflejar en sus trabajos –u opiniones- el tortuoso contrapunto en que se desenvuelve la actualidad de la sociedad cubana, desde el guión hasta la fotografía, desde la banda sonora hasta la edición, desde la dirección de actores hasta la dirección de arte, desde el vestuario y el atrezo hasta la dirección del casting, desde la interpretación de los actores hasta la producción, desde el resultado final hasta las pantallas de todo el país. La confección de los personajes y sus diálogos cortantes se encargarían de humanizar toda la obra, desde Carmela hasta Raquel, desde Chala hasta Ignacio, desde el policía de Contramaestre hasta Pablo. Todos tienen un subtexto implacable: ¿quiénes más están en mi pellejo?

Los encuadres del tren serpenteando la línea, la caída de las chapillas debajo de los rieles –casi como el sonido de monedas- donde esperan los niños el feliz producto de su riesgo para hacer sus juegos nos fotografían el peligro que contrasta con la hermosa dedicación de todos los personajes implicados en la atención a la infancia, desde Carmela y la trabajadora social hasta el policía y el director de la escuela de conducta. El ángulo alto en picado donde Ignacio le dice a Carmela que cada cual ayuda como puede nos ofrece el concepto del guión con la posición de ambos ante el conflicto. El aletear de las palomas con su susurro y los aullidos de los perros con su rabia realzan una banda sonora donde el himno nacional cantado una vez y la hermosa canción de los niños cantada dos veces se empeñan en descifrar sus afinidades. El grito “Pioneros por el Comunismo, seremos como el Ché”, aún en su tierno destaque, se olvida fácilmente ante la aparición de la estampa de la virgen. 

Y podríamos seguir casi de forma interminable el contrapunto entre uno u otro factor que nos define y por ello la definición de la Patria, dada por uno de los niños en el aula, sin que aparezca otra definición aún cuando Carmela pregunta “si hay otra”, explica por qué se ha optado por mostrar un entorno para toda la película donde no aparecen letreros, consignas, fotos ni nada que aluda a la historia de una Revolución que se mantiene en el poder. Ni siquiera en el mural de la escuela donde se instaló la virgen –algo insólito- aparecen referencias directas a esa historia. Por ninguna parte vemos aquellas alusiones que pululan por toda la isla de condena al bloqueo norteamericano a Cuba, ni a la demanda de liberación de los 5, ni una palabra sobre el Socialismo Cubano, nada, la imaginación cinematográfica ha sustituido a la realidad. Y con esa misma imaginación portentosa los realizadores eluden la aparición ríspida de la burocracia, el autoritarismo, la corrupción y otros males que se intuyen a través de gestos, comentarios y miradas sin una gota de ingenuidad. Así también se destaca la dulce alegría de las mezclas raciales en el aula, sin ninguna referencia a los abuelos esclavos, aunque, como un murmullo, emerge la discriminación a “nuestros palestinos”. Y, como no podía ser de otra forma, por el mismo sendero de la imaginación se agranda el silencio donde van sucediéndose las principales conquistas sociales de la Revolución: una magnífica escuela primaria, excelentes maestros, una rotunda preocupación por la protección a la infancia, un hospital de primera con todos los recursos y una ciudad donde, sin que nunca observemos ni su imagen más oscura ni la más brillante, su gente anda en paz y con una gracia que pulveriza enseguida hasta el más natural de los desgarramientos humanos.

No obstante, también oímos y sentimos las palabras y las atmósferas que presionan a todos los cubanos. Tal vez por ello Martha dice que no aceptará presiones. En el largo discurso de Carmela a sus compañeros de trabajo, pulsando el ritmo de toda la película, se nos convoca a la reflexión, se nos demanda no evadir los problemas, se nos llama a luchar hasta el final, se nos exige ser intrasigentes con lo mal hecho, se nos insinúa una rebelión…, ¿contra qué? Para los que nos interesa que nuestra historia sobreviva al tiempo que la hiere –la gran odisea de todos los seres humanos-, el contra qué se esparce hacia la lucha interminable, sin jubilación que valga, contra la mala conducta que por diversas vías nada divinas nos afecta a todos. No obstante –porque siempre habrá muchos “no obstante”-, la ejemplaridad de Carmela, aún cuando nunca dejará de ser un enorme agradecimiento su existencia, también, junto a Raquel, Martha, Mercedes, Pablo, Ignacio, Sonia y muchos más, habrá de tener la justa matización de la vida, porque quien no pueda recibir la adecuada medida del descanso, igualmente puede cansarse y hasta llegar a sentir mucha “mierda” en el camino. Porque es que Carmela, entendida por muchos o no, con su humildad en el fuego y la soberbia como clave de su dignidad, es la caja de resonancia donde se mezclan todos los sueños y todas las pesadillas de la nación en su decisivo contrapunto entre la historia y el tiempo.

Es sabido que el arte verdadero provoca, interpela a toda la comunidad y usa el simbolismo popular para que fijemos los puntos inexplicables que debemos entender y solucionar. Del silencio contenido en esta película es de lo que más nos beneficiaría tratar. Por eso todos hablamos de Conducta y muchos queremos imaginar, con esa gran dosis de honda nobleza que tiene nuestro pueblo, con esos insistentes valores humanos de un país casi imposible y con una sutil sonrisa campesina, lo bueno que sería que esta película la viera el mundo entero y que todos entendieran las vueltas que le damos los cubanos a una imagen de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.